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La casa

La belleza de lo antiguo

Buniferri goza de una nueva vida gracias a la reforma llevada a cabo este año. Existe constancia de la finca en el ´Llibre del repartiment de Mallorca´ del rey catalano-aragonés Jaume I, definida como alquería musulmana

Buniferri goza de una nueva vida gracias a la reforma llevada a cabo este año. Existe constancia de la finca en el Llibre del repartiment de Mallorca del rey catalano-aragonés Jaume I, definida como alquería musulmana.

Se ubica en la parte norte del término de Llucmajor, protegida por la Serra de Galdent con sus tres montañas: Puig de ses Bruixes, Puig d'en Claret y Puig de Galdent. Cabe destacar que se trata de una de las pocas possessions de la isla que disponía de muralla y una torre de defensa, de las que aún hay constancia. Las dependencias han sido rehabilitadas siguiendo el transcurso de la historia de Mallorca adaptando la finca a las necesidades de cada época. De hecho, la última rehabilitación de la casa documentada se había producido en el año 1841.

Para esta nueva intervención se ha conservado el estilo neoclásico que caracteriza a la vivienda. Antes de acceder a ella, nos encontramos con una estructura de emparrado, a día de hoy convertido en una confortable zona de descanso y, justo en el centro, con la característica cisterna de las possessions mallorquinas.

En todo el hogar, tienen un protagonismo destacado los objetos antiguos, que se integran con gusto en cada una de las estancias, como pasa con unas viejas hormas de zapato enmarcadas con luz, que se encargan de decorar las paredes del comedor. De hecho, los marcos son recurrentes para enfatizar algunos elementos del hogar, como los toalleros del lavabo o la televisión del salón, convertida en un auténtico cuadro animado. Todo ello, fruto del equipo de interioristas de Natural Home Staging, especializados en reciclar y dar una nueva vida a los objetos obsoletos por el tiempo y las modas.

En las habitaciones, encontramos muebles de máquinas de coser que hacen la función de mesita de noche, canteranos, 'caixes' y arcones que durante siglos han marcado la estética de las casas mallorquinas, y que todavía conservan su funcionalidad para guardar sábanas, toallas y edredones. Tampoco faltan simples elementos embellecedores, como un antiguo peu de ribella o máquinas de coser, sin otra función que la ornamental.

La bóveda de marés y las paredes de piedra del salón aportan intimidad a la estancia, invitando a la lectura y al sosiego, como sugiere la lámpara de esta estancia, cuya luz se eleva a través de una pila de libros. Por otro lado, la cocina se ha reformado integralmente con todas las comodidades que ofrece la tecnología actual, pero se ha conservado la antigua cocina mallorquina, que se ha dotado de una estufa que hace la función de grill.

En los exteriores, una refrescante piscina en forma de ´L´ y varias terrazas invitan a disfrutar del maravilloso clima mediterráneo que define la isla de Mallorca.

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