Aunque se generaliza a la hora de denominar la variedad blanca de uva moscatel, son varias las existentes, dominando la de Alejandría y la Frontignac, ambas de grano pequeño, aunque con variantes morfológicas. Desde antiguo se utilizaron para elaborar vinos dulces, posteriormente aparecieron los secos. Miquel Oliver, el cual hace unos años entregó el testigo de su bodega, unificada ahora en un complejo situado cerca de Petra, a su hija Pilar, decidió utilizar la Frontignac para elaborar su Muscat, un moscatel seco, el primero que se elaboró en España, de eso hace de veinticinco años. El Muscat 2015, como ocurre en cada añada, se reinventa así mismo. En esta añada el amarillo de su tonálidad es menos pálida. Mantiene las cualidades de la uva que lo ha creado, con notas florales y cítricos. Se aprecia el equilibrio en el paladar, con recuerdos a frutos blancos, mostrando persistencia en su recorrido final.
