Los territorios marcan a los vinos que se producen. La ubicación de las viñas, la altitud, su situación de isla, en el caso de Mallorca, así como los microclimas que tienen, y especialmente el régimen de lluvias y la capacidad de retención de humedad por el subsuelo, que varía muchos según su constitución, son cuestiones que influyen mucho en el resultado final. El blanco Nou Nat de la bodega Binigrau 2015, situada en Biniali, en donde la tradición rota por la filoxera se reanudó hace unos veinte años, refleja una serie de notas que ofrece esa zona del Pla, que del NE va al SE, en donde piedra y arena, con notas calcáreas, lo que ayuda a que la lluvía se filtre bien. La temperaturas estivales y las insolaciones estivales también influyeron en las uvas Moll o Chardonnay que crearon este blanco. Ofrece un amarillo ligero, con ribetes verdosos. Hay campo, notas de fruta blanca y almendras en sus aromas. Tiene frescura, equilibrada acidez y golosidad en boca.
OFERTA
Suscríbete esta Semana Santa a Diario de Mallorca durante seis meses por solo 12,99 euros
La cata