Ciertos corsés que se pusieron a los bodegueros a la hora de elegir las variedad más idóneas para elaborar sus vinos, por parte de las denominaciones de origen (DO) en sus inicios, se van aflojando. Un ejemplo es la DO Binissalem en donde los porcentajes, antes muy dominantes para la uva autóctona Manto Negro, en los últimos cinco años, se han ido reduciendo, cuando se ensamblaba con otras variedades, en especial francesas. Una cuestión que se aprecia en el nuevo tinto de la bodega Ca Sa Padrina, situada en Sencelles, el Gran Padrina 2014, en donde el Manto Negro se une a la gala Merlot, mandando esta con un 60%, mientras la isleña queda en un 40%. Una vez conseguida la fermentación, el nuevo vino pasó a envejecer en barrinas nuevas de roble francés durante catorce meses. Manda una tonalidad grana muy oscura. Entre sus aromas persisten los de fruta negra y especias. Se aprecian taninos suaves en boca, con toques golosos.
