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Tai Chi en Mallorca: la templanza que sana cuerpo y mente

La milenaria disciplina china del Tai Chi cuenta en Mallorca con 200 seguidores. La Asociación Tai Chi Taoísta tiene una función primordial: la salud de la persona

Tai Chi en Mallorca: la templanza que sana cuerpo y mente

Viene de lejos la fascinación que las religiones y filosofías orientales provocan en Occidente, y junto a ellas determinadas disciplinas, tanto la de las artes marciales o las encaminadas a mantener físicamente en forma a las personas. Entre estas últimas se halla el Tai Chi Taoísta, la antiquísima, llamémosle gimnasia china, que busca a través de una secuencia de movimientos corporales caracterizados por la parsimonia, la lentitud, mejorar sustancialmente el estado físico de quienes la practican y recuperar en muchos casos la salud perdida. En Palma, la Asociación de Tai Chi Taoísta de España está instalada en la calle Pons y Gallarza. En sus locales, unos 200 practicantes, en su mayoría ya entrados en años, se dedican a la práctica del Tai Chi y, según cuentan, los resultados son excelentes. Tres de los instructores de la asociación, Josep Rovira, Irene Taylor y Camino Revilla, explican qué es el Tai Chi. Destacan la historia de su implantación en Mallorca de la mano del maestro Moy Lin Shin, quien tras abandonar China después de que los comunistas liderados por Mao se hicieran con el poder, recaló primero en Hong Kong, entonces colonia británica, y después en Canadá, desde donde expandió la práctica del Tai Chi por medio mundo. El maestro Moy murió en 1998 dejando en herencia una estructura plenamente asentada.

Pero qué es en esencia el Tai Chi. Los instructores lo describen como el arte basado en los movimientos lentos y armoniosos encaminados a mejorar la salud. Según la medicina china tradicional, se trata de reparar la armonía espiritual rota, recuperar la energía del cuerpo y la mente. Originariamente se enseñaba y practicaba en los monasterios taoístas, persiguiendo la consecución de la alquimia interior, la salud y la longevidad. El Tai Chi Taoísta ha fundido las tres grandes religiones de Oriente: confucionismo, la religión mayoritaria en China, el budismo y el propio taoísmo. ¿Qué se consigue con los ejercicios? Los instructores responden que lenta y pausadamente se regeneran los músculos de brazos, piernas y espalda, para finalmente recuperar la armonía física de todo el cuerpo. Se va ganando en equilibrio tanto físico como mental. Existen estudios científicos avalados por profesionales de la medicina que constatan sensibles mejoras en personas aquejadas de enfermedades neurodegenerativas, como el párkinson y el alzheimer. Se enfatiza el caso de una persona que sufrió un accidente de automóvil que le dejó tetrapléjico, quien a través de los denominados "cánticos lentos", una variedad del Tai Chi que guarda una vaga apariencia del canto gregoriano, progresivamente consiguió sentir vibraciones en su columna vertebral, hasta lograr una curación que parecía imposible. Hoy es uno de los instructores de la Asociación de Tai Chi.

humildes

En el Tai Chi existen muchos niveles de aprendizaje, pero no hay forma de saber qué experiencias han adquirido los maestros taoístas porque, aseguran los instructores, son muy humildes y no dan cuenta de hasta dónde han llegado; lo que sí hacen es corregir los defectos que aprecian en quienes practican el Tai Chi y están en los niveles inferiores. ¿Qué siente el que se inicia en el Tai Chi? De entrada, nota que progresivamente su cuerpo es más flexible, que va obteniendo más equilibrio y fortaleza. Después, adquiere otras sensaciones: relajación y una mejora en las relaciones sociales. Se trata de una vivencia muy personal, por lo tanto escasamente cuantificable.

El Tai Chi surgió en China hacia el siglo IX. Fue el maestro Li Tao Chu quien estableció la primera secuencia de 37 movimientos, la denominada "escalera al cielo". Dos siglos después otro maestro, Chang San Feng, considerado el "gran maestro" del Tai Chi, creó los actuales 108 movimientos en los que se basan todos los Tai Chi. A su muerte los denominados "siete discípulos" compilaron su saber en el "Libro de los maestros taoístas", en el que quedaron establecidas las prácticas a seguir.

Es en 1982 cuando el Tao Chi llega a Mallorca de la mano del mencionado Moy Lin Shin, que ha sido el principal divulgador del mismo en Occidente desde su base en Canadá. Moy, tras observar el enorme potencial que encierran las artes internas taoístas para mejorar la salud y aliviar el sufrimiento, decidió dedicar su vida a la implantación del mismo, a hacerlo accesible al mayor número posible de personas. Para ello estableció la Asociación de Tai Chi Taoísta Internacional. Desde ese instante todas las ramas de la asociación están administradas casi por completo por voluntarios. En Mallorca, quien quiera asociarse lo puede hacer abonando una cuota de 25 euros mensuales. La estructura de la asociación se basa en los denominados comités de instrucción, de los que forman parte, Camino, Irene y Josep. Las clases tienen una duración de dos horas, aunque pueden prolongarse si el que las toma así lo desea.

La asociación existe en España desde el citado año de 1982, cuando un pequeño grupo empezó a trabajar en Mallorca. A lo largo de más de tres décadas cientos de personas han constatado los beneficios que reporta el Tai Chi, aseguran los instructores. Son un centener los instructores voluntarios que, debidamente acreditados, están a cargo de las clases que la asociación ofrece en más de 30 centros repartidos por toda España, además de unas 15 clases entre distintas asociaciones relacionadas con enfermedades concretas: fibromialgia, esclerosis múltiple, alzheimer, así como en las asociaciones de personas mayores.

evidencias médicas

Los instructores insisten en las evidencias médicas que dan fe de los beneficios que para la salud tiene la práctica del Tai Chi. De entrada, constituye un ejercicio de entrenamiento cardiovascular moderado, que además tiene un efecto positivo importante en la función pulmonar; previene la arterioesclerosis; también se ha demostrado que mejora las actividades cotidianas de personas que padecen artritis reumatoide, osteoartritis y esclerosis múltiple, entre otras enfermedades degenerativas; igualmente ayuda a mejorar el sistema inmunológico y reduce la degeneración de la columna estando catalogado como un ejercicio muy eficaz para la prevención de caídas durante el período de la vejez.

Los instructores dejan claro que cualquier persona puede adherirse a su asociación, precisando que su objetivo no es religioso sino estrictamente dedicado a la mejora de la salud. Son taxativos al afirmar que no son monjes.

Los 200 asociados son en su gran mayoría mallorquines, curiosamente no hay ciudados chinos. La edad media es avanzada, porque a los jóvenses, ironizan los instructores, no los "enganchan" con facilidad debido a que la "lentitud" de los movimientos parecen no seducirlos. Eso sí, los traumatólogos les remiten a no pocos de sus pacientes. Añaden a lo dicho que los comités de instrucción son básicos, y por ello los instructores se reúnen una vez al año en Canada para intercambiar experiencias. Dicen que lo fundamental consiste en querer ayudar a los demás e ir progresivamente acumulando experiencias.

un caso sorprendente

En Mallorca, se ha dado el caso de una mujer de Alaró, María Font, a la que la práctica cotidiana del Tai Chi ha conseguido resultados sorprendentes. María padecía fuertes dolores en la espalda que prácticamente la incapacitaban para mantener una mínima actividad. Se inició en el Tai Chi y al principio su práctica le producía dolor por lo que aprovechaba los descansos para tumbarse, agotada, en uno de los sofas del centro. Fue al cabo de medio año cuando empezó a notar una notable mejoría. María dice que quiere contarle a todo el mundo cómo la práctica del Tai Chi ha hecho que pueda llevar una vida normal, a pesar de contar con más de 80 años. Ahora viaja, participa en talleres nacionales e internacionales, puesto que está interesada en realizar prácticas más intensas. El dolor incapacitante de la espalda, el que la mantenía atenazada, ha desa-parecido.

Retornando al dato de la almagama de las tres religiones orientales, los instructores Camino, Irene y Josep resaltan que se trata de una "mezcla muy especial", dado que las tres filosofías tienen algo que ofrecer, pero insisten en que el Tai Chi no es un religión, que se trata de una práctica encaminada a mejorar la salud sin que para nada interfiera en las creencias de cada cual. La afirmación de que "estamos enfocados en mejorar la salud", la reiteran una y otra vez. También enfatizan que la compasión es la base de las artes del Tai Chi Taoísta. Manifiestan que la orientación altruista de la asociación es un reflejo de la tradición taoísta, la ayuda desinteresada y el servicio a la colectividad. Se inspiran en el ejemplo del fundador, Moy, que dedicó toda su vida a ayudar a los demás. Esa es la razón por la que los instructores trabajan desinteresadamente y por la que todas las actividades de la asociación se llevan a cabo sin fines lucrativos.

Además del centro de Palma los hay en Manacor, Pollença, Alaró y Sóller, por lo que la práctica del Tai Chi se está extendiendo paulatinamente por toda la isla. El propósito de la asociación es la de llegar a cuantas más pueblos y ciudades mejor a fin de que su divulgación se universalice.

¿Quién fue el maestro Moy? Este monje taoísta combinó su amplio conocimiento de los clásicos taoístas con la formación que recibió en China y Hong Kong. En su juventud, Moy, estuvo aquejado por graves problemas de salud. Para acelerar su recuperación se inició en la práctica del Tai Chi y en la meditación taoísta. Con tales técnicas consiguió vencer sus enfermedades recuperando totalmente la salud, lo que le condujo a intentar hacer accesibles a todos la práctica de esas artes. Desde entonces la divulgación del Tai Chi se ha ido implantando por numerosas ciudades del mundo, fundamentalmente en Europa, Estados Unidos, Canadá y Australia. Los instructores recalcan el hecho de que Mallorca fue uno de los primeros lugares de España en el que se estableció la asociación.

Para verificar los beneficios que se obtienen de la práctica del Tai Chi, los instructores ponen sobre la mesa el ensayo clínico efectuado en el centro médico Tufts de Boston, donde se compararon los efectos de tres meses de Tai Chi con otros tres meses de estiramientos y educación de la salud. Los investigadores descubrieron que las personas que practicaron Tai Chi experimentaron menos dolor, fatiga, insomonio y depresión que el grupo de estiramientos y educación, y que los beneficiosos efectos siguieron manifestándose a lo largo de otro período de tres meses. El grupo de Tai Chi tuvo además un mayor nivel de funcionalidad física, según una escala estándar de fibromialgia, cosa que sorprendió especialmente a los investigadores.

Fibromialgia

El asunto de la fibromialgia es llamativo dada la considerable incomprensión que existe acerca de esa dolencia, porque los medicamentos prescritos habitualmente ofrecen un escaso alivio y conllevan efectos secundarios nocivos. La alternativa del Tai Chi Taoísta, según constata el doctor Mc Farlane, del centro médico de Boston, rompe el ciclo del dolor y desesperación asociados a la pérdida de elasticidad de los tejidos suaves del cuerpo. La fibromialgia ha sido descrita como una inflación del tejido conjuntivo, y el vínculo con el tejido conectivo dañado hace comprensible los efectos positivos del Tai Chi.

Camino, Irene y Josep quieren que el Tai Chi sea conocido en Mallorca, que la gente sepa los efectos positivos que su práctica tiene para la salud y que es accesible a todos, incluso a las personas aquejadas de graves incapacidades físicas.

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