Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Rescates de guerra en el mar balear

Decenas de vapores y veleros de transporte fueron hundidos entre la primavera y verano de 1916 alrededor de Balears - Autoridades y ciudadanía se volcaron con los náufragos

Un submarino germano torpedea un mercante en una de las acciones que tuvo lugar entre la primavera y el verano de 1916. Willy

El desembarco por la pasarela del vapor ´Jaime II´, propiedad de la Isleña Marítima, recién atracado en el Moll de la Riba el 13 de abril de 1916, de los 33 naúfragos del ´Vega´, vapor hundido durante el mediodía del 12 de ese mes por el submarino alemán U-34 entre Barcelona y Tarragona, frente Mallorca, incluidos los supervivientes del trasatlántico español ´Príncipe de Asturías´ de la compañía Pinillos, estrellado contra la costa brasileña, fue un aviso a los mallorquines. Y tenía argumentos válidos ya que en aquel segundo año de la Gran Guerra, la campaña submarina de los Imperios Centrales contra el tráfico marítimo aliado, por presiones de los Estados Unidos, aún neutral, se estaba trasladando del Atlántico Norte al Mediterráneo. Un cambio de escenario bélico naval en la contieda que afectó gravemente a la seguridad de la navegación en aguas mediterráneas españolas, especialmente desde el Cabo de Creus hasta las Columbretes, con una extensión que cogía de lleno a Balears. Una tragica situación que se prolongó durante cinco meses ya que en el otoño de aquel mismo año la presión submarina germana bajó sensiblemente, recuperándose parte de la tranquilidad perdida. Reflejo de que la pesadilla los tiburones de acero de los Imperios Centrales empezaba a ser un mal recuerdo, fue la frase en boca de muchos mallorquines durante bastante tiempo que decía: "quin estiu mes mogut el del 16".

Se puede decir que el hundimiento del ´Vega´, vapor de 2.957 Tm. de registro bruto, construido en 1898 en Gran Bretaña y que en 1916 pasó a la flota de una naviera francesa con sede en Marsella, procedente del Brasil, llevando a bordo una carga de cacao, café y tabaco, fue el primero de una larga serie de mercantes echados a pique a cañonazos o torpedos desde submarinos de los Imperios Centrales al iniciarse en la primavera de 1916 la ofensiva submarina en el Mediterráneo occidental. Se trataba de una estrategia naval cuyo objetivo era colapsar en lo posible el tráfico naval entre Francia y sus colonias en el Norte de Africa y el paso de buques de guerra y mercantes de la Gran Bretaña, tanto desde Suéz como el procedente del estrecho de Gibraltar, con las consiguientes repercusiones negativas sobre los frentes de batalla. Para esa campaña submarina los submarinos del Kaiser iban a poder tener bases logísticas en los bien equipados puertos que Austria tenía en la costa croata, como Pola y Fiume, en el norte del Adriático, mientras en el sur, contaba con el de Cattaro, muy bien resguardado en la tortuosa costa de Montenegro.

Submarino costero abarloado a uno oceánico, en el Mediterráneo, ambos alemanes. WILLY

Una temible flota submarina

En su inicio, la flota submarina alemana desplegada en el Adriático se componía de submarinos Tipo I, de 127 Tm. de desplazamiento en superficie, con 17 tripulantes, del Tipo II, de 263 Tm de desplazamiento en superficie y 22 hombres de dotación. A las nuevas bases de la flota submarina alemana en el Adriático, el estado mayor de la marina imperial destinó al Mediterráneo a una serie de comandantes submarinistas experimentados ya en el bloqueo marítimo a la Gran Bretaña. La clase de submarino elegido fue la denominada oceánica U-31, de la que se pusieron en servicio 11 unidades, alistadas en 1914 y en el que ya se apreciaban los importantes avances de la industria alemana en este tipo de naves. Desplazaban 685 Tm. en superficie y 878 Tm. en inmersión, con una eslora de 64´70 metros, una manga de 6´32 metros y un calado de 3´56. Su velocidad era de 16´4 nudos en superficie y 9´7 en inmersión, con una autonomía en superficie de 7.800 millas en superficie a 8 nudos, mientras sumergidos solo podía navegar 80 millas a cinco nudos.

Disponían de cuatro tubos lanzatorpedos de 500 mm y una pieza de 75 mm sustituida por una de 88 mm en 1916. Su tripulación era de cuatro oficiales y 31 suboficiales y marineros. Las unidades submarinas alemanas de alta mar enviadas al Mediterráneo fueron los U-21 al mando de Otto Hersing; U-33 con Konrad Gansser al mando; el U-34 capitaneado por Claus Rücker; U-35 con Waldemar Kophamel de comandante, sustituido posteriormente por Lothar von Alnauld de la Perrière, miembro de una aristocática familia hugonote refugiada en Alemania; U-38 mandado por Max Valentiner y U-39 bajo la jefatura de Walter Fortstmann. Volviendo a Alnauld de la Perriere, máximo as del arma submarina germana, hundió 194 buques, desde veleros hasta mercantes, sumando unas 450.000 toneladas. Se dio la circunstancia de que a bordo del U-35 entró en la base naval de Cartagena para entregar un mensaje personal del kaiser Guillermo II a su primo el Rey de España. En la carta daba a Alfonso XIII las gracias por el buen trato a los refugiados alemanes que llegaron a la Guinea española, procedentes de la colonia alemana de Camerún.

La trágica premonición de los periodistas palmesanos que tuvieron al ser testigos de la llegada de los náufragos del Vega, apenas unas semanas antes, no tardó en convertirse en trágica realidad, pues en la tarde del 23 de mayo se recibía en Palma un telegrama urgente, emitido desde Pollença, comunicando la inminente llegada a su puerto de los 11 tripulantes de la goleta francesa de 356 TM. ´Myssotis´. El velero había sido hundido a 35 millas náuticas de la costa nord mallorquina por el submarino alemán U-34 durante el día anterior. A las cuatro horas de recibirse el citado cable, de la misma procedencia, le siguió otro muy similar informando de la llegada a su costa de náufragos del vapor noruego ´Tjomo´, con un desplazamiento de 1.425 Tm., hundido a cañonazos, dos días antes, después de que sus tripulantes lo abandonaran.

El hundimiento del mercante noruego se produjo a unas sesenta millas de cabo Formentor en el canal de Menorca. Después de la llegada de los náufragos del ´Myssotis´, estos junto a los del ´Tjomo´, tras ser atendidos por los vecinos del Port de Pollença, fueron trasladados a Palma en donde se hicieron cargo de ellos sus respectivos representantes consulares. A estos buques hundidos, el comandante del U-34, Rücker, añadiría el 22 de mayo los veleros ´Roberto G´, italiano, de 587 toneladas, ´Regina´, ruso, de 587 Tm; junto a los italianos ´Genista´, de 1.856 Tm; ´Orealla, de 1.876 Tm y ´Australia´, de 1.586 Tm, junto a la última víctima marítima de ese día, entre el SO de Mallorca y la costa de Tarragona, que fue el vapor griego ´Istros´, de 1.891 Tm. Al día siguiente, el U-34 se apuntaba otra víctima al hundir al vapor italiano ´Cormigliano´, de 2.862 Tm, casi en la misma derrota de la jornada anterior. Ante la cotidianeidad de los hundimientos, en la prensa palmesana comenzó a desaparecer de las portadas y de las últimas noticias de las contraportadas, pasando a tener sección propia en el interior de los periódicos, denominada ´Buques Torpedeados´.

De la Perriere en la popa de su 'U-35' en Cartagena. WILLY

Cuando finaliza mayo de 1916 la presión submarina teutona alrededor de Balears, las costas catalanas y las levantinas se hace casi insoportable. Entre el sur de las Pitiusas y la zona costera de Castellón el U-35 hunde, entre el 19 y el 25 de mayo, cuatros veleros italianos, dos franceses, dos vapores británicos, uno japonés y otro galo, con un total de unas 35.500 Tm. de arqueo. Lejos de remitir la cacería submarina esta continúa con un líder indiscutible, el U-35 comandado por Alnauld de La Perrière, que en su regreso al canal de Menorca durante el 27 de junio manda al fondo del mar a cañonazos o con cargas explosivas, una vez abandonado por sus respectivas tripulaciones, los vapores italianos ´Clara´, de 5.503 Tm., ´Mongibello´, de 4.059 Tm.; ´Roma´, de 2.491 Tm. y ´Pino´, de 1.677 Tm.

Antes del inicio de la gran caza submarina de la Triple Alianza en el Mediterráneo Occidental avanzado ya julio de 1916 en aguas de Balears, con unas cuarenta unidades operando en el Mediterráneo, desde Gibraltar al Mar Negro, entre el 21 y 23 de mayo y el 21 de junio los periódicos locales daban la noticia del hundimientode la goleta francesa, de 480 toneladas de arqueo, ´France et Russie´, a unas 60 millas de Sóller, por el U-35. Al atardecer de dicha jornada aciaga el mismo submarino alemán echó a pique con su cañón al velero italiano ´Mario C´, de casi 400 toneladas de desplazamiento, a 40 millas de cabo Caballería, en Menorca. En el amanecer del 27 de junio mandó a las profundidades del mar, en el Llevant mallorquín, al carbonero ´SS Windermere of Cardif´, de 2.292 Tm., con rumbo al puerto italiano de Savona. Una docena de sus náufragos llegaron por sus propios medios a Cala Santanyí, siendo atendidos por autoridades y vecinos.

La flota italiana en contra

En esa época Italia solo se mantenía en guerra con Austria, pues no fue hasta el 27 de agosto del mismo 1916 cuando inició las hostilidades con Alemania. Esta nueva situación produjo que la marina de guerra italiana sumara su importante flota a las operaciones en contra de los submarinos del Kaiser, aunque sin grandes resultados. Hay que tener en cuenta que las aguas jurisdiccionales españolas se limitaban a las tres millas, desde la costa al mar adentro, por lo que los submarinos de los imperios centrales campaban a sus anchas en amplias franjas de mar. A la vez, las medidas de vigilancia, a cargo especialmente de la Armada española eran limitadas y con el grueso de unidades desfasadas aunque se había aprobado una Ley de nuevas y modernas construcciones navales que fue suspendida por el estallido de la Gran Guerra. Una evidente escasez de medios de la Armada para intentar neutralizar la acción submarina germana, tanto en el Mediterráneo español como en el mar de Galicia, especialmente la zona de Finisterre en donde se producía el abastecimiento clandestino de unidades del Kaiser, procedentes en su mayoría de Wilhelmshaven, la mayor base naval alemana en el Mar del Norte. Las únicas unidades modernas incorporadas antes del inicio de la Gran Guerra a la Armada española fueron 10 de los los 22 torpederos autorizados, de 186 Tm. En cambio, el arma submarina española, creada sobre el papel por la Ley Miranda el 17 de enero de 1915 no recibiría su primera unidad hasta el 26 de abril de 1917. En septiembre llegaron los tres sumergibles construidos en Italia.

Durante el mes de julio la tranquilidad volvió al mar balear pero esta duró poco. El 7 de agosto el U-35 hundía los vapores británicos ´Trident´, de 3.129 Tm. y ´Newburn´, de 3.554 Tm., en aguas próximas al NO de Mallorca. Por su parte, el U-38, comandado por Max Valentiner, hundía el 26 de agosto el vapor italiano ´Atlántico´, de 3.600 Tm, al SE de Formentera. El velero italiano ´Stella della Mare´, de 1.166 Tm. sería su siguiente víctima desapareciendo a unas 25 millas de la mallorquina Cala Tuent, el 29 de agosto. Horas más tarde, el mismo submarino echaba a pique el vapor ´Antigoon´, con bandera belga, de 1.884 Tm. y el velero francés de 118 Tm. François Joseph. Este velero se hundió a 80 millas al Norte de la isla Dragonera. Al día siguiente hundía el velero italiano ´Nostra Signora della Guardia´, de 1.588 Tm., con cargamento de carbón, a 25 millas del puerto ibicenco de Sant Antoni, a donde llegaron posteriormente en botes sus trece tripulantes. Durante el 31 de agosto el U-34 volvió al ataque entre las Pitiusas y la costa levantina, llegando a la altura de las Columbretes, siendo sus víctimas los veleros italianos ´Santa María´, de 947 Tm., ´Quinto´, de 836 Tm., ´Nostra Signora Assunta´, de 1.256 Tm., junto a los vapores ´Orlock´, de enseña británicas y 3.200 Tm. y el italiano ´Cornigliano´, de 2.862 Tm. Naúfragos de varios de esos buques hundidos llegaron al Port de Sóller.

Soldados alemanes de la I Guerra Mundial en un submarino de la serie U. WILLY

El U-34 finalizó su campaña en aguas de Balears el 1 de septiembre hundiendo el mercante británico Baron Yarborough´, de 1,784 Tm, al NO de la Dragonera. Se dio el hecho de que los náufragos de dicho barco fueron recogidos por el vapor correo francés ´Medjerda´, mandado por el catalán Joseh Got, al parecer con la presencia del submarino atacante, en inmersión, en la misma zona, por lo que fue condecorado en Francia.

Tras un lapsus de cuatro semanas, regresó a aguas de Balears el U-35, con su veterano comandante Arnauld de La Perriere. Sus primeras víctimas en esta nueva campaña resultaron ser el velero ´Garibaldi´, de 1.374 Tm. y el vapor de 2.485 Tm., ´Guiovanni Zambelli´, ambos italianos, echados a pique en Andratx y Eivissa durante el 22 de septiembre. Al día siguiente, el vapor británico ´Charterhouse´, de 3.021 Tm. se vió atacado y hundido cuando navegaba en lastre de Tolón a Gibraltar, al SE de Formentera, por el mismo sumergible. En la jornada siguiente echó a pique al mercante noruego ´Bufford´, de de 2.000 Tm, frente a Banyalbufar. Sus naúfragos fueron auxiliados por vecinos de dicha localidad de la Serra Nord mallorquina siendo trasladados posteriormente a Palma, en carruajes de caballos. Ese mismo día, los vecinos de Banyalbufar volvieron a los acantilados para contemplar algo ínsólito para ellos, el duelo artillero entre el U-35 y el buque corsario británico ´Browen´, de 8.000 toneladas, resultando hundido este. Después de ambas acciones citadas frente a Banyalbufar, el submarino de La Perriere se dirigió a aguas frente a Andratx echando a pique el mercante italiano ´Nicolo´, de 4.000 Tm, durante el 24 de septiembre. Un día más tarde hundiría en la costa norte mallorquina el vapor de 3.842 Tm., ´Bonpark´, italiano. Veinticuatro horas despues la misma nave se apuntaba la destrucción de los vapores brasileños ´Newbay´, de 2.168 Tm., ´Stathe´, de 2.623 Tm. y ´Roddam´, entre norte de Menorca y la costa gerundense. Sus últimas víctimas en esa patrulla por el mar balear las consiguió el 27 de septiembre al hundir los vapores británicos ´Ralluscok´, de 1.752 Tm. y ´Secondo´, de 3.912 Tm., junto al mercante noruego Vinderggen-Skien, de 2.611 Tm, en la misma zona de caza de días anteriores. Varios supervivientes de este mercante fueron salvados por el paylebote mallorquín ´Nuevo Corazón´.

Después de esos hundimientos en la zona marítima balear, el submarino del as alemán puso rumbo hacia el Sur buscando un campo de operaciones más próximo a Africa y Gibraltar. Aunque en el inicio del otoño de 1916 los submarinos de la Triple Alianza hundieron varios mercantes, como se han indicado anteriormente, siguó un periodo de tranquilidad hasta finalizar el año, salvo el ataque que el U-78, al mando de Erns Krafft, hundía cerca de Palamós, en el canal entre Menorca y aguas gerundenses, al vapor italiano ´Palermo´ de 9.203 Tm, el de mayor desplazamiento de los atacados por los submarinos germanos entre las Balears y litorales de Levante y Cataluña. El barco transportaba un gran cargamento de caballos.

Solidaridad mallorquina

Representantes consulares de los países perjudicados por la ofensiva submarina del Kaisser en el Mediterráneo Occidental, así como armadores de los barcos hundidos, representados en Menorca, Mallorca y Pitiusas, casi siempre, por sus respectivos consignatarios, reconocieron oficialmente el esfuerzo de autoridades, ciudadanía, ayuntamientos de las islas en donde se rescataron y acogieron a náufragos, así como de la Guardia Civil, el cuerpo de Carabineros y Ayudantías de Marina. Y hubieran podido darse más barcos hundidos si los submarinos alemanes hubiesen tenido mejores medios de comunicación y podido coordinarse formando los que en la II Guerra Mundial fue la mortal táctica de la ´manada de lobos grises´. Durante la campaña submarina de los imperios centrales en el Mediterráneo Occidental, varios submarinos coincidían sumergidos en una misma zona de operaciones, pero sin saberlo sus comandantes. Una novedad fue el apoyo de hidroaviones a los submarinos del Kaiser, en alta mar.

Compartir el artículo

stats