Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Impresiones primaverales

Cine

Cine

Gracias a la buena disposición de César Antonio Molina, uno de los mejores ministros de Cultura que ha tenido el reino, y de Fernando Lara, que sabe del arte de la pantalla un montón, la Casa del Lector ha organizado en su auditorio del Matadero de Madrid un ciclo dedicado al cine de Camilo José Cela porque, como saben todos los que le conocieron, mi padre tentó la carrera de actor allá por los años 40 del siglo pasado. No rodó demasiadas películas y, por añadidura, algunas se han perdido. Sólo queda copia (algo maltrecha) de tres de ellas.

En El sótano CJC interpreta un papel importante, casi de protagonista (el físico agnóstico que juega al ajedrez con un cura bondadoso) y su director era Jaime de Mayora. Se estrenó en el año 1949 pero duró muy poco en cartel a causa del boicot que los falangistas ortodoxos hicieron a Mayora, también falangista pero más bien herético. Es una pena porque la película no está nada mal y da una imagen interesante de lo que debió ser la guerra civil española aunque en el guión no hay referencia alguna del país ni la ciudad que sufren los bombardeos y obligan a refugiarse bajo tierra. Lo más raro es oír a Camilo José Cela, que tenía un vozarrón considerable, doblado con una vocecita irreconocible.

La segunda de las películas en las que mi padre tuvo un papel de cierto peso fue Facultad de letras, de Pío Ballesteros, estrenada también en 1949 y en ella interpreta a un profesor. Fernando Lara, con buen criterio, no la incluyó en el ciclo de la casa del Lector porque atufa a propaganda franquista. Y en la tercera que se conserva, Manicomio, nada menos que de Fernando Fernán Gómez y con estreno en 1952, CJC sólo sale en una escena. Lo he contado ya en un libro que acaba de aparecer: los encargados del casting se llegaron hasta la casa de mi padre en Madrid a ver si estaba disponible.

„Es que, ¿sabe usted?, necesitábamos un actor que comiera yerba y diera coces, y hemos pensado en usted.

Según parece mi padre, puesto en el papel del personaje que comía yerba y daba coces, lo hizo tan bien que en la primera toma mandó a una actriz a la casa de socorro víctima de la patada. Pero esa película tampoco se incluyó en el ciclo de Madrid. Sí que se añadieron, sin embargo, el Pascual Duarte de Ricardo Franco y La colmena de Camus, en la que mi padre hace un cameo.

Gracias a una iniciativa del Consell de Mallorca el cine de Cela se va a poder ver en Mallorca. No sé qué películas se proyectarán y ojalá que el Viaje a la Alcarria de Antonio Giménez Rico, que se hizo para TVE y entró en el ciclo del Matadero de Madrid, figure en la lista. Fue emocionante contemplar al actor Joaquín Hinojosa caracterizado como el CJC de su primer viaje; era casi como poder ver al propio vagabundo. Y sorprende la recreación que el director hizo de la España de 1946 siendo así que la película se filmó treinta años más tarde. Como el Viaje a la Alcarria es el único libro de mi padre en el que salgo, estuve atento pero, ¡ay!, no se ve a ningún niño muy pequeño que duerme tumbado boca abajo, como un cachorro, porque tiene calor.

Parece que en Palma se proyectará también el documental El recuerdo más cercano de Belén Tánago y Carlos Agustín al que me refería el domingo pasado. Me alegro. Tampoco salgo yo en él pero ya me voy acostumbrando.

Compartir el artículo

stats