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Oblicuidad

Lea textos, no se quede en los titulares

Lea textos, no se quede en los titulares

Los escritores más leídos en Twitter son David Bisbal, Iniesta o Carles Puyol, por lo que sin duda nos estamos perdiendo algo. Pongamos las palabras sobre la mesa. La información de usar y tirar ya no es una tentación, sino una tendencia. Predominan las noticias "copo de nieve", un término acuñado por Ron Brownstein en el National Journal.

Los "copos de nieve" son historias pequeñas y chispeantes. Parecen irresistibles durante un segundo, pero se disuelven al tocarlas. Se licúan al aterrizar, su residuo es un barro embarazoso. La defensa alegará que no hay dos copos iguales, pero lo mismo podría asegurarse de Twitter sin mejorar la hegemonía de las Kardashian en la red.

Es posible que los "copos de nieve" hermanen a una persona con otros seres superficiales, pero a cambio de vaciarla íntimamente. Presumimos de consumir más información que nunca, cuando solo devoramos más titulares en un día que un individuo de un siglo atrás en toda su vida. Sin embargo, esta gula epidérmica no inclina la balanza a nuestro favor.

A diferencia de la fruta, las vitaminas no están en la corteza. La obsesión de la actividad periodística por titulares explosivos y definitivos olvida la fragancia y textura literal de los textos. Una noticia es una singularidad efímera, que permite abarcar una cosmovisión porque conecta con la experiencia personal del lector. Para lograrlo, la víctima debe hundir su atención en el contenido.

Los titulares aíslan, los textos unen. El riesgo evidente se debe a que ambos son escritos hoy por personas que han apostatado de la textualidad, porque solo les preocupa el impacto. El lector atento aprenderá pronto a discernir las piezas periodísticas escritas por personas que no solo leen titulares. A distinguir a los impostores que apresuran sus artículos porque tenían que tuitear alguna idiotez.

No podemos evitar que haya ignorantes que hablen de leer en diagonal como una experiencia mejorada. Es radicalmente falso. La lectura mínimamente atenta, porque la prensa no aspira a más, de una página de periódico supera a la revisión apresurada de decenas de titulares de la misma publicación.

Recorrer el camino inverso suscita el vértigo de oponerse a la norma, pero el desafío se verá ampliamente recompensado. Lamento únicamente que esta argumentación tan persuasiva venga envuelta en un titular mortecino. Reconozco que tendría más éxito con un encabezamiento digno de un "copo de nieve". ¿Qué tal "Lee textos o muere"?

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