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Bulgaria, de la Edad Media al siglo XXI en dos etapas

La fortaleza de Tsaravet que empezó a construirse en el siglo XII.

Aunque lo ideal es dedicar más tiempo a descubrir los encantos de este gran país, aún poco conocido en España, una escapada de cuatro días en Bulgaria permite encontrar todo su atractivo, su historia vibrante, sus ciudades con ambiente, su extraordinario paisaje y sus espectaculares monasterios e iglesias.

Para entender lo que Bulgaria representa habría que comenzar con una visita a Veliko Tarnovo, en el norte del país a 241 km de la capital, Sofía. La primera impresión recuerda a Cuenca, con sus casas voladas y escalonadas asomándose al vacío; la segunda, también, a Toledo, con la que está hermanada, por su disposición en torno al río Yantra y por su armonía general. Sus casas altas y estrechas se asoman al borde de las paredes verticales que descienden a los meandros del río. En varias ocasiones ha ganado el premio a "La ciudad más bella" de Bulgaria. Su situación estratégica como encrucijada y punto de encuentro de muchas conexiones comerciales, hizo que durante más de 200 años fuera capital del país, en el período del Segundo Reino Búlgaro (1185 - 1393) que había sido restaurado por los hermanos Asen y Petar, quienes declararon el fin del dominio bizantino. Después de su elección como capital, la ciudad inició un rápido desarrollo; en el período entre los siglos XII y XIV fue la fortaleza búlgara inexpugnable por antonomasia, así como un centro cultural y espiritual de Bulgaria. De ambas cosas todavía presume la ciudad. Su fortaleza medieval de Tsarevets, situada en el pico que lleva el mismo nombre, y rodeado en tres de sus lados por el río Yantra se muestra orgullosa, aunque solo quedan las ruinas de lo que fue.

La construcción de la fortaleza empezó en el siglo XII. El muro tiene 1100 metros de longitud, 3,40 metros de ancho y alcanza más de 10 metros de alto. La fortaleza tuvo tres puertas, que se pueden observar aún en la actualidad. Una de ellas, la puerta Frenkjisarska, está situada en la parte sudeste y contaba con una torre para su defensa. Esta torre se conoce como la Torre de Balduino, llamada así por el emperador latino Balduino de Flandes, al cual hicieron prisionero durante la batalla de Adrianópolis.

En la parte central de la fortaleza está situado el Complejo Palacial: unos cuantos edificios, cercados por una muralla interna de piedras, dos torres de defensa y dos puertas. Incluye también la sala del trono, la Iglesia palacial y el reposo real. En 1185, después de que Tarnovo fuera proclamada capital del Segundo Reinado Búlgaro, Tsarevets se convirtió en su fortificación principal y sede de la aristocracia. En la parte norte de Tsarevets sobresale por la colina una roca, creando una caída al vacío sobre el río Yantra conocida como Lobnata skala. Hoy en día el Museo y Reserva Arquitectónica de Tsarevets es un lugar exclusivo para el encuentro con el pasado de Bulgaria.

La historia en luz y sonido

Una buena forma de aprender la historia de la fortaleza y la ciudad es con el bello espectáculo audiovisual Luz y Sonido que cuenta la gloriosa y trágica historia de Bulgaria y Veliko Tarnovo a través de música, luces, rayos láseres y campanas de iglesia, lo que lo convierte en un atractivo único en el país.

Como antiguo centro espiritual Veliko Tarnovo muestra viejas iglesias ortodoxas, como la Patriarcal Ascensión de Cristo, o la de los Cuarenta Mártires, una de las iglesias medievales más emblemáticas, construida para conmemorar la victoria del zar Ivan Asen II (1218-1241) sobre el déspota epiro Teodor Comnin. En la iglesia están enterrados los zares búlgaros Kaloyan, Ivan Asen II.

Hay todavía mucho que ver en la ciudad. Caminando por la calle Gurko o por Samovodskata charshia, se descubren talleres artesanos que elaboran desde dulces a cerámica que venden allí mismo y también los edificios que se construyeron hace más de 200. En esta parte antigua están la mayor parte de los museos locales, como el Museo Arqueológico, el del Renacimiento y Asamblea Constituyente, el de Historia Moderna y Contemporánea y varias casas históricas. A 6 km. de Veliko Tarnovo se encuentra la reserva arquitectónica de Arbanassi. El antiguo pueblo conserva residencias, pequeñas fortalezas y maravillosos monumentos arquitectónicos de la época del Renacimiento búlgaro, antiguas iglesias y pintorescos patios llenos de flores y espacios verdes.

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