En esto de la política habíamos creído que mandábamos nosotros, los votantes, pero tururú. Tú vas, por ejemplo, de votante que decide no votar y resulta que te asignan un diputado que te representa, por ley, por esa ley electoral que han hecho ellos; tú vas y votas a los ilusos de Izquierda Unida, y tu voto, mayormente, se va al guano propiamente dicho. Tú vas y, pongamos, votas a Bauzá o a Rita porque los amas, y van el fulano y la fulana y se piran por la puerta de atrás a las primeras de cambio a cobrar al Senado. Tú vas y votas al Coletas, pensando que vas a cambiar el mundo, y ya se ocupan todos los medios vinculados al PP y al PSOE de soltar toda la caca que pueden para que te lo pienses la próxima vez que estés delante de la urna; o sea, dentro de tres meses.
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