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Es Fortí d´Illetes

Espacio histórico y pulmón verde

Es Fortí d´Illetes, propiedad de unos inversores británicos, languidece sin que se tomen medidas para que se recuerde su historia y su importancia como pulmón verde

Es Fortí d´Illetes, la fortaleza militar levantada en las postrimerías del siglo XIX, allá hacia 1890, fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por el Consell de Mallorca en 2003. Es Fortí y la zona virgen circundante, pasó a ser propiedad de un grupo inversor británico, que lo adquirió el año en el que fue declarado BIC por casi cuatro millones de euros a la familia Truyols. Desde entonces, se encuentra en un estado de absoluto abandono, ya que los presuntos proyectos urbanizadores del grupo inversor no se han materializado, entre otras razones por las dificultades legales que entraña acometer tal iniciativa en una zona considerada el último pulmón verde, a lo que hay que añadir el notable valor histórico de Es Fortí, que en 1936, al iniciarse la Guerra Civil, se convirtió en prisión militar, en la que fueron numerosos los fusilamientos de maestros, masones y militares leales a la República. Es Fortí d´Illetes se halla sumido en una suerte de limbo, sin que se sepa muy bien cuál sera su final, si se preservará o si se alumbrará una más de las urbanizaciones que en los últimos sesenta años han modificado drásticamente uno de los parajes de la bahía de Palma que atesoró un mayor valor paisajístico.

Al ser declarado BIC por el Consell de Mallorca, la fortaleza quedó formalmente protegida, no así todo el espacio que la rodea, al que se le considera el pulmón verde del término municipal de Calvià, y, por extensión, de parte de las bahía de Palma. La fortaleza, denominada Batería de Illetes, fue expropiada y al ser abandonada por el ministerio de Defensa, se inició el denominado proceso de reversión a sus propietarios (lo que nunca sucedió con Cabrera, declarado parque nacional marítimo-terrestre por el Congreso de los Diputados) al tiempo que la dirección general de Costas del ministerio de Medio Ambiente mostraba interés para que pasara a ser en su totalidad de dominio público. Al final, fue el grupo promotor británico el que adquirió Es Fortí, con lo que ahora se ha entrado en una situación de indefinición que no se sabe muy bien cómo resolver, ya que parece que ni se puede avanzar en los planes urbanizadores, pero tampoco hacer del mismo un dominio público procediendo a la rehabilitación de la fortaleza, salvo que las Administraciones públicas: Govern, Consell de Mallorca y Ayuntamiento de Calvià optasen por adquirirlo.

En julio de 1936, tras hacerse los militares golpistas con el control de la situación en Mallorca, Es Fortí pasó a ser uno de los centros de detención más importantes de la Isla. Junto a Can Mir formó parte de la red de cárceles en las que se internó a quienes se consideraba leales a la República. Es Fortí tuvo una peculiaridad, la citada de convertirse en centro de detención de maestros republicanos, además de masones y militares de clase de tropa que se negaron a sumarse al golpe de Estado.

Dos casas

En el centro de la enorme explanada de la fortaleza se ubicaban las dos casas, rodeadas por unos fosos de unos cinco metros de altura, y en ellas se encontraban los centros de detención, en las que llegaron a apiñarse unos 500 presos. Las condiciones en las que vivían eran muy precarias, dado que tenían prohibido salir de las casas; de hacerlo, los soldados que los vigilaban tenían órdenes de disparar a matar. El masón Josep Pons Bestard, que estuvo preso en Es Fortí, en su libro Mallorca 1936, relata las condiciones de vida de los presos y los constantes fusilamientos que se producían. Al contrario que en Can Mit, en Es Fortí no hubo sacas: los fusilados eran condenados en consejos de guerra sumarísimos, en los que las posibilidades de defensa eran prácticamente inexistentes. Los presos sabían a cuántos se fusilaba, porque contaban los tiros de gracia. Los fusilamientos se llevan a cabo al alba, momento en el que las víctimas eran conducidas al exterior de la explanada de la fortaleza, donde se las situaba en una pequeña elevación rocosa para que el pelotón de fusilamiento procediera a la ejecución. Cuenta Josep Pons que a veces los tiros de gracia no concidían con quines habían sido condenados, puesto que algunos no eran puestos en capilla: se les fusilaba sin previo aviso.

Después de la guerra, Es Fortí siguió siendo un centro de detención militar hasta entrada la década de los ochenta, momento en que fue abandonado por las Fuerzar Armadas. Los últimos detenidos fueron algunos objetores de conciencia que se negaron a hacer el servicio militar obligatorio.

La Asociación Memoria de Mallorca solicitó a los inversores británicos que pretendían construir un balneario termal en la fortaleza que abandonaran el proyecto, "por respeto al sufrimiento de las víctimas del fascismo allí recluidas y ejecutadas". Memoria de Mallorca recuerda que Es Fortí ha sido declarado BIC pese a lo cual los actuales propietarios lo mantienen en un estado de conservación lamentable y permiten reiterados actos "de vandalismo y pillaje". Añade Memoria de Mallorca, que Es Fortí "es un espacio de la memoria de la represión fascista de la Guerra Civil en Mallorca", por lo que dice no entender "cómo se pretende convertir un campo de concentración y de exterminio en un centro de relax y esparcimiento para turistas". Concluye preguntándose que si es impensable que tal cosa sucediera en Alemania, patria de uno de los grupos inversores, "¿por qué pretenden ofender y profanar el recuerdo y la memoria de las víctimas del fascimo en Mallorca?"

Parece que los argumentos de Memoria de Mallorca hicieron mella en los promotores, porque, al menos hasta el momento, el proyecto de balneario ha quedado paralizado. Las dificultades con las que los promotores se han topado para llevar adelante sus planes también ha pesado y no poco en que éstos hayan sido aparentemente abandonados. El resultado es el progresivo deterioro de la la fortaleza, que se halla prácticamente en ruinas, y sin que ni la propiedad ni las Administraciones, concretamente el Consell de Mallorca, que es quien la declaró BIC, hayan hecho nada para rehabilitarla o, al menos, evitar que se siga degradando.

Tala de pinos

La zona boscosa que rodea el cada día más ruinoso Fortí constituye el citado pulmón verde, que también ha sido objeto de agresiones al medio ambiente, entre ellas una ilegal tala de pinos llevada a cabo en septiembre de 2014. Fueron más de 200 los árboles abatidos en la zona forestal que circunda la fortaleza, incluidos algunos pinos que, según la Asociación de Vecinos de Portals Nous y Bendinat, podían catalogarse como árboles singulares, por su gran tamaño, belleza y longevidad, además de su vinculación al paisaje y su importancia histórica.

La asociación señala que la función de un entorno de protección es la preservación del elemento protegido más allá de su delimitación, sobre todo respeto al ámbito visual y ambiental inmediato, para evitar cualquier intervención en el entorno que pueda distorsionar la visualización, por lo que consideran que la preservación del entorno de la fortaleza resulta imprescindible para preservar los valores fundamentales del elemento declarado BIC. El problema radica en la dejación de las responsabilidad que competen a la propiedad y subsidiariamente a la Administración de preservar adecuadamente Es Fortí, lo que no se está haciendo.

¿Cual será el futuro de Es Fortí d´Illetes? Parece que de momento no hay forma de aclararse. La empresa inversora que lo compró a la familia Truyols da la sensación de haberse desinteresado, probablemente consciente de las dificultades que entraña poner en marcha sus proyectos, pero, que se conozca, tampoco se ha dirigido a la Administración para saber si ésta está interesada en adquirir la fortaleza para hacer un parque natural y un centro histórico, que es lo que se viene demandando. Es esa indefinición la que ha propiciado el deterioro de Es Fortí, su casi absoluta ruina.

La foto, correspondiente a los primeros meses de 1937, constata las ejecuciones que se llevaron a cabo en Es Fortí d´Illetes. BARTOMEU GARÍ

Construido para servir como batería costera en la defensa de Mallorca, fue uno de los que se proyectó hacia finales del siglo XIX y principios del XX para formar parte de la red de defensa costera. Siempre fue considerado por los militares un centro neurálgico, por su ubicación en la bahía de Palma. Después de la Guerra Civil, y aunque seguiría prestando servicio cuatro décadas más, paulatinamente fue perdiendo importancia estratégica, hasta que ya entrados los años ochenta dejó de tener el interés militar que casi por un siglo había ostentado. Se desafección fue lo que inició los movimientos especulativos, puesto que situado en la parte alta de Illetes, dominando toda la bahía, era y es un paraje privilegiado de la misma, que hasta ahora a escapado de la urbanización, la que se ha cebado con especial intensidad en el resto del perímetro de Illetes, hasta desfiguarla por completo.

Degradación

Lo que preocupa a los conservacionistas es tanto la citada degradación de la fortaleza, a pesar de contar con la declaración de BIC, lo que impide que pueda ser derribada para proceder a construir un nuevo edificio, como la protección de las áreas boscosas, que son las que ahora tienen interés para la especulación urbanística. El Consell de Mallorca podría actuar en un doble sentido: por una parte, promoviendo la restauración de la fortaleza, para lo cual basta invocar su condición de BIC, y, por la otra, promoviendo una figura de protección para la zona boscosa similar a la que tiene la Serra de Tramuntana, salvaguardada de cualquier proyecto especulativo. Pero parece que en el Consell no hay por el momento interés en evitar que en el futuro, con un cambio de color político más sensible a las tesis de la propiedad, se pueda retormar el proyecto de urbanización.

El Ayuntamiento de Calvià, con mayoría socialista, intentó antes de que pasase a manos del PP, con el alcalde Carlos Delgado, comprar Es Fortí con fondos provinientes de la primera ecotasa. Los entonces propietarios no accedieron a la venta, porque al parecer todavía no se había desafectado por parte del ministerio de Defensa. La desafección llegó pco después, en 2003, y entonces se materializó la venta al grupo de inversores encabezado por los británicos, quienes, constatando las dificultades existentes para proceder a sus proyectos de urbanización, acabaron por dessistir, y esa es la situación en la que hoy se halla en Fortí d´Illetes.

Denuncias

La Asociación para la Recuperación de la memoria Histórica, ARCA y el Grupo de Fortificaciones de Mallorca han denunciado reiteradamente el estado de abandono en el que se encuentra la fortaleza, que, por su valor patrimonial, dispone de niveles de protección más elevados que los que concede la Ley de Patrimonio. Hasta el momento todo ha resultado inútil: las Administraciones, más allá de la delaración de BIC, no han hecho nada para garantizar su protección y conservación, y tampoco se han involucrado en adoptar medidas de protección eficaces para la zona boscosa. No hay aparentemente ningún interés específico por parte del Consell de Mallorca y tampoco el Govern ha intervenido. El resultado es el conocido deterioro de la fortaleza y el peligro que gravita sobre el pinar: la tala de 200 pinos es la advertencia de lo que puede suceder en el futuro si no se adoptan medidas proteccionistas.

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