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Desde Francia

París-Atenas

París-Atenas

Puede que el encabezado de esta columna les resulte extraño, y es verdad que suena como a campaña de publicidad, a oferta de una compañía aérea, cosa normal en estas fechas en que con la excusa de las rebajas los malditos cookies inundan todas las webs. Pero no, el enunciado, lo de unir las dos capitales con un guión, no obedece a razones publicitarias. Simplemente que cuando estaba dándole a las neuronas en busca de un titulo, me ha parecido evidente que por una vez con la ayuda de un simple guión podía unir el presente, la actualidad, de estas dos ciudades europeas.

Como ustedes ya saben, un servidor pasa los inviernos en París, y si un día me identifiqué como un "fijo discontinuo" para definir mi vínculo con Grecia, el término es válido para calificar mi condición de parisino a tiempo parcial. Lógicamente, esta situación me obliga a practicar un particular desdoblamiento: En invierno sigo con interés todo lo que ocurre en el país heleno, y en verano tengo siempre una antena abierta, conectada, con la actualidad gala.

Les confesaré que lo que me empujo a comparar el momento que viven estas dos ciudades/países, fue el tremendo problema de los refugiados, el drama del Egeo por un lado, con el flujo incesante de inmigrantes que huyen de los conflictos del Medio Oriente, y por otro el chabolismo, la situación insostenible de los campamentos de acogida en Calais, la improvisada sala de espera para entrar en Gran Bretaña. Reflexionemos, los presidentes, Hollande y Tsipras, cotizan a la baja y ambos tienen que hacer frente a diversos movimientos de protesta. El primero acaba de prorrogar, un trimestre más, el "Etat d´urgence", estado de excepción, como consecuencia del trauma vivido en noviembre, y de la situación de máxima alerta ante nuevos atentados. En ese aspecto, poco o nada que objetar, la medida ha contado con el respaldo del Congreso. Pero es en el seno de su propio partido donde le están surgiendo nuevos problemas. La dimisión de la ministra de Justicia, Mme. Taubira, provocada por la espinosa cuestión de la retirada de nacionalidad a los implicados en actos terroristas, agudiza la crisis interna que viven los socialistas. El sector progresista, encabezado por Montebourg et Hamon, critica la política neoliberal que defienden Valls y el actual ministro de economía, Emmanuel Macron. Y mientras, se suceden las violentas protestas en diferentes frentes: Agricultores y Ganaderos (asfixiados por las cargas fiscales y las presiones de mayoristas, de las grandes superficies), Taxistas (ante la competencia desleal de Uber y otras plataformas VTC, Vehículos de Turismo con Chofer, que ofrecen sus servicios vía Internet) Educación (contra la congelación salarial y las nuevas reformas en el programa educativo). De algún modo, y aunque no sea "políticamente correcto" podríamos decir que París, y Francia, han vuelto a la normalidad, al habitual panorama de manifestaciones, autopistas cortadas, aeropuertos bloqueados, colegios cerrados etc.€ El clima de "unidad nacional" provocado por los atentados parece difuminarse, eclipsado por el humo de los neumáticos que ardían el otro día en el "périphérique", la vía de cintura parisina.

Y qué decir de Atenas, de Grecia, a Tsipras también le están creciendo los enanos, las dimisiones de Varoufakis y de otros ministros más escorados a la izquierda le están pasando factura, aunque lo más duro es el desgaste sufrido al tener que abandonar sus promesas electorales y resignarse a aplicar los impopulares dictados de la Troika. Tsipras afrontó hace muy poco una nueva huelga general, la tercera de su mandato, contra los nuevos ajustes y la dolorosa reforma de la seguridad social, medidas, como no, impuestas por sus socios europeos como condición sine qua non al último programa de rescate firmado el pasado verano. Pese a todo, Tsipras sigue siendo el político más valorado, aunque ya solo cuenta con el apoyo de un 34% de la población, la mitad que hace un año, pero lo más significativo es que Syriza solo supera ya en un punto a Nueva Democracia. Un partido que aupado por su nuevo líder, Kyriakos Mitsotakis, aspira a recuperar el poder. Y lo siento mucho si con esas noticias les he amargado el día de San Valentín.

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