El domingo es el día en que los medios de comunicación dan más tiempo a las declaraciones (por falta de hechos). El domingo pasado, el país acababa de ser apremiado por Europa para formar gobierno pronto. En ese contexto, Pedro Sánchez aprovechó para decir que "Mariano Rajoy es el Red Bull de los independentistas porque les da alas". El líder del PSOE habla como si escribiera en Twitter. A años luz de los políticos que citaban a Winston Churchill, Sánchez prefiere repetir lemas publicitarios. A los que comentamos estas cosas nos viene genial porque ya no tenemos que hacer esfuerzos de lectura, memoria y comprensión con los que destilar juicio y, si es posible, gracia. Ahora es más rápido y lo agradeceremos los lectores, la empresa periodística y los columnistas. A ello.
A Rajoy una mesa de mil piezas o una pizza de mil ingredientes le están diciendo "bienvenido a la república independiente de mi casa Tarradellas, como en casa en ningún sitio" y el presidente del gobierno en funciones responde que, cuando se trata de soberanía, se atiene a la tradición: "soberano es cosa de hombres". Por eso centra todo su empeño en formar gobierno contra los independentistas. Cuenta con el apoyo de Ciudadanos como era de prever porque la derecha española fue explicada hace años con un bolígrafo francés: "Bic naranja escribe fino y Bic cristal escribe normal". Como sigue corto de escaños, Rajoy pide ayuda a Sánchez con un "no es lo que tengo es lo que soy". Pero eso es, precisamente, lo que le impide al socialista aceptar que "compartida, la vida es más".
"Impossible is nothing" pero con la irrupción de nuevas fuerzas "el frotar se va a acabar". Eso nos deja con un Rajoy que "no se nota, no se mueve y no traspasa" y un Sánchez que es "un agujero rodeado de buen caramelo". Y con una pregunta: Pedro, Mariano "¿a qué huelen las nubes?".
