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Medio Ambiente

Los mejores proyectos LIFE (I)

Dos proyectos españoles destacan junto a otros quince entre los mejores proyectos LIFE realizados en la Unión Europea

Construcción de un emisario.

El programa LIFE es el instrumento relacionado con el medio ambiente más longevo, reputado y potente desde el punto de vista económico de la Unión Europea. Desde sus inicios en 1992, el programa LIFE ha ayudado a ejecutar más de 3.000 proyectos en la Unión Europea, todos ellos con el medio ambiente como denominador común. En una de sus categorías, LIFE-Naturaleza es el que se centra en el desarrollo de iniciativas para la correcta gestión y manejo especies de flora y fauna así como hábitats comprendidos en la Unión Europea. Las zonas de actuación deben formar parte de la Red Natura 2000, la red europea de espacios protegidos más grande del mundo. En ella se incluyen Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) o Lugares de Interés Comunitario (LIC).

Para reconocer las iniciativas ejecutadas así como dar a conocer las mejores, la Comisión Europea ha publicado un informe sobre los proyectos LIFE más destacados de 2014. Estas acciones terminaron ese año y contaron con la financiación del Programa de Acción en materia de Medio Ambiente. Entre los 17 proyectos seleccionados de 13 países se encuentran dos de españoles, uno sobre la recuperación de especies invasoras en Euskadi y el otro en Catalunya, centrado en las tareas para la recuperación del río Ter.

Proyecto de recuperación del Ter

La recuperación de un tramo de río Ter, situado a la altura de la ciudad de Girona, se llevó a cabo entre los años 2010 y 2013. Bajo el nombre Recuperación de los hábitats riparios del río Ter, el proyecto fue ejecutado por el Consorcio del Ter en cuatro ámbitos de actuación. Las actuaciones se desarrollaron en los municipios de Girona, Jafre, Salt, Sant Gregori y Bescanó, todos ellos situados en la provincia de Girona. Los terrenos, de titularidad pública, formaban parte de la Red Natura 2000. "El proyecto tenía como objetivo la recuperación de los hábitats de la ribera del río Ter, en especial bosques de alisos, de sauces y de álamos y lagunas temporales mediterráneas. El proyecto también preveía la ordenación y control de los accesos de las zonas de actuación para evitar la degradación de estos hábitats", explican desde la dirección del proyecto.

Su objetivo principal fue la recuperación y mejora de los bosques de ribera. Se ejecutaron actuaciones con especies vegetales invasoras, profundizando en la metodología más eficaz para su gestión y control; se desarrollaron actuaciones de uso público para ordenar los accesos y evitar la degradación de aquellos hábitats más vulnerables y se organizaron muchas actividades para poder sensibilizar y dar a conocer los valores naturales de estos espacios, tales como salidas a las zonas de restauración, anillado de aves, exposiciones, etc.

Al tratarse de un medio en constante evolución, las actuaciones no terminaron cuando finalizó el proyecto LIFE. Posteriormente, se hicieron y se hacen necesarias actuaciones puntuales para poder mantener las acciones llevadas a cabo que se acaban concretando en el Plan de Conservación Post-LIFE. Entre ellas destaca el vigilar que aquellas especies alóctonas eliminadas durante la ejecución del proyecto no vuelvan a aparecer hasta que el bosque de ribera no se haya desarrollado. Caso análogo sucede con las colonias de cañas que históricamente se encontraban en la zona de actuación. "Las balsas temporales también tienen que mantenerse en buen estado especialmente en caso de que haya riadas", apuntan. Unas actuaciones que deberán contar con el apoyo imprescindible de los ayuntamientos donde se encuentran los terrenos objeto de actuación.

Recuperación de estuarios en Euskadi

Entre los hábitats más frágiles que existen en nuestro país se encuentran los estuarios de los ríos. Se trata de zonas roturadas, con gran presión antrópica y que, de un tiempo a esta parte, se encuentran amenazadas por la flora exótica. De acuerdo al estudio Diagnosis de la flora alóctona invasora elaborado por el Gobierno Vasco, hay actualmente 62 especies invasoras identificadas en la comunidad y 21 transformadoras. De las invasoras, más de la mitad, 34, se encuentran en hábitats litorales, los más amenazados por algunas de las especies invasoras más agresivas ya que sus condiciones ambientales facilitan el establecimiento de especies tropicales o subtropicales con gran poder colonizador.

Con este escenario nació el proyecto Restauración de hábitats de interés comunitario en estuarios del País Vasco, de algo más de 1,8 millones de euros de presupuesto, estuvo financiado en un 50 % por el programa LIFE. Las áreas de actuación (Urdaibai, Txingudi y el río Lea) se extendieron por un total de 314 hectáreas. Entre sus objetivos se encontraba recuperar hábitats de interés comunitario; mejorar de las condiciones ambientales para especies de aves migratorias; aplicar las mejores técnicas de restauración y difundirlas a otros lugares de la cornisa cantábrica con problemas similares y concienciar a expertos, gestores y sociedad en general sobre los problemas relacionados con las especies invasoras. Entre ellas se encuentra la Baccharis halimifolia, especie catalogada como exótica transformadora y calificada de muy peligrosa para la flora de la comunidad vasca. Introducido a mediados del siglo XIX procedente del noreste de América, este arbusto fue extendiéndose por la costa atlántica hasta llegar a la costa vasca, cuya primera cita es de 1914.

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