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Reportaje

Sonrisa Médica: ternura y color para los niños en los hospitales

Los diez payasos de la Sonrisa Médica crean para los niños internados en los hospitales públicos de Mallorca un espacio en el que sea posible arrancarles una sonrisa - Es su trabajo - Lo cumplen a rajatabla

Fanny Guerrero cuenta que en una de sus actuaciones como payasa de hospital entró en la habitación de un niño aquejado de leucemia. Se topó con un chaval alicaído y con una madre con la tristeza que origina la impotencia dibujada en el rostro. La payasa de hospital se puso manos a la obra: cantó, desplegó todas las artes propias de su trabajo hasta conseguir que primero la sonrisa aflorara en el niño para poco después arrancarle una clara risa. Al tiempo, Fanny observó cómo a la madre de le deslizaban por las mejillas unas lágrimas mientras comentaba por teléfono que su hijo se lo estaba pasando en grande con una payasa. Fanny asegura que salió de la habitación con una emoción de la que no pudo sustrarse a lo largo de muchas horas. Ahora, Fanny Guerro es la directora de proyectos, eventos y sensibilización de Sonrisa Médica, una organización que cuenta con doscientos socios y diez payasos en activo, que trabajan en Son Espases y Son Llatzer, en la red de hospitales públicos de Mallorca. Antes, Fanny era la delegada de ventas de una empresa dedicada a la cosmética.

Sonrisa Médica hizo su aparición en Mallorca en 1994 debido a que un empresario mallorquín, con una hija, una adolescente de doce años, aquejada de un tumor cerebral, la llevó a Francia para ser tratada. Allí la niña descubrió a los payasos de hospital, quienes consiguieron que el tratamiento al que fue sometida resultara al menos algo más llevadero. Al regresar a Mallorca y volver a ser internada le espetó a su padre: "por favor, papá, trae a los payasos". El padre cumplió los deseos de su hija, posibilitando el nacimiento de la Sonrisa Médica, la organización que hoy es parte de la unidad de pediatría de Son Espases. Fanny afirma que "somos payasos profesionales, en mi caso soy una payasa de hospital", y añade que no es fácil optar por esa profesión, "porque para entrar en Sonrisa Médica -ironiza- es necesario saber hacer el pino puente con la nariz".

Formación psicológica

Los payasos de hospital, los adscritos a Sonrisa Médica, reciben formación psicológica para poder manejarse emocionalmente en situaciones estresantes, como son la de los niños con enfermedades terminales. "Con ellos -asegura Fanny- se viven experiencias muy difíciles, que cuesta muchísimo asimilar", aunque deja claro que "arrancar una sonrisa a un niño, sacarlo del lugar en el que se encuentra, aunque sea por un rato, es algo verdaderamente mágico, que compensa el drama que se está viviendo". Además de la psicológica, los payasos de hospital cursan una formación de carácter sanitario, a fin de que puedan conocer las situaciones clínicas con las que tienen que trabajar. Fanny pone un ejemplo: no pueden entrar en la habitación en la que hay un niño que ha sufrido un accidente de tráfico haciendo de automóvil. "Trabajamos con la improvisación -afirma- con lo que nos da el niño enfermo y la habitación, a ello nos tenemos que amoldar". Los payasos también tienen que estar familiarizados con el vocabulario médico, ya que necesitan saber qué enfermedades son contagiosas para adoptar las precauciones adecuadas".

Dice que los diez payasos que forman el equipo de la Sonrisa Médica son suficientes para cubrir las necesidades, ajustadamente, "pero lo hacemos", asegura. No tienen establecido el tiempo de sus actuaciones. "Es aleatorio -explica Fanny-, aunque estamos más tiempo con los niños de oncología y con los crónicos, que son nuestros grandes fans, hasta el punto de que nos conocen con tan solo oir nuestros pasos". En cuanto a la formación artística precisa que es la propia de los payasos, destacando que no es lo mismo actuar para un niño de tres años que para otro de diez, incluso para los adolescentes. Fanny cuenta el caso de un joven de 16 años internado en la UCI. Junto con uno de suscompañeros iniciaron su actuación detrás del cristal, dado que no podían acceder hasta el paciente, pero pudieron ver cómo, al poco, el enfermo movía los pies siguiendo el ritmo de la música, lo que hizo que hasta el médico de guardia y las enfermeras quedaran impactados. "Son momentos que te quedan grabados para siempre, no los puedes olvidar", dice, añadiendo que "cuando se da una situación como ésta, se para el tiempo, se para todo".

Sobrevivir

Siendo payaso de hospital se puede sobrevivir económicamente, comenta Fanny, aunque matiza que "en La Sonrisa Médica no estás por dinero, ya que es una cuestión vocacional", lo que obliga a que los payasos tengan que complementar su salarios con otras actividades, como actuar en fiestas, lo que posibilita que algunas de las actuaciones que en ellas protagonizan con posterioridad las incorporen a su trabajo hospitalario. En Navidad han actuado en Son Espases, Son Llatzer y los centros hospitalarios de Inca y Manacor. Los payasos no actúan en hospitales privados, pero Fanny informa que "hemos escrito una carta a los Reyes Magos para que nos abran sus puertas". Es en Son Espases donde trabajan con más asiduidad, hasta tres días a la semana. Se debe a que en el centro es donde hay el mayor número de casos de hospitalizaciones de larga duración y enfermedades de diganóstico complicado. El centro asume una parte de los gastos y el resto se obtiene con la colaboración de entidades privadas, además de la gestión de eventos que Sonrisa Médica lleva a cabo. Fanny destaca que la colaboración de entidades privadas es importante e insiste en que les gustaría poder trabajar en centros privados.

En Sonrisa Médica consideran que el payaso, al igual que la pintura abstracta, crea junto al mundo real, un mundo nuevo que exteriormente no tiene que ver con la realidad. Lo afirma Jordi Cumellas, explica Fanny, director del equipo artístico, para el que junto al mundo natural aparece uno artístico, igualmente real y concreto; y es en este mundo donde los payasos están en condiciones de exprimir el poder de transformación, tal vez incluso el de curación. Fanny resalta que al entrar en las habitaciones de los niños enfermos, cuando consiguen sacarlos de la situación de abstracción en la que se hallan, contribuyen a mejorar su estado, hacen que vuelvan a reconectarse con lo que les rodea. "Las caras de agradecimiento de los padres expresan el alivio que experimentan al ver a sus hijos dejar el abatimiento en el que se encontraban", asegura.

Jordi Cumellas afirma que "hemos avanzado claramente en relación a la formación artística, piscológica y sanataria, lo que hace que, año a año, nuestro equipo de payasos crezca, madure y ofrezca actuaciones de mayor calidad artística y humana".

Fanny incide en los estudios que sobre la eficacia de los payasos para reducir el dolor infantil se han venido realizando. Dice que dan unos resultados positivos, que su trabajo contribuye eficazmente a mejorar el estado anímico de los niños. "Comprobamos ­-comenta- que nos esperan, que para ellos constituye una experiencia gratificante vernos actuar lo que, por supuesto, no hace querer hacerlo cada vez mejor, es la mejor satisfacción que podemos tener".

Fanny precisa que en Sonrisa Médica se requiere planificar con detalle todas sus actuaciones según un presupuesto establecido. Las aportaciones económicas de los socios ayudan a desarrollar la programación, ya que sus cuotas garantizan unos ingresos regulares con los que afrontar parte de los gastos fijos con una cierta seguridad. La base de socios se mantiene estable a lo largo de los años, porque, según la directora de proyectos, los socios creen firmemente en el proyecto y se mantienen fieles a la asociación a pesar de la crisis económica, aunque algunos se han visto en la tesitura de tener que reducir sus aportaciones, pero han sido muy pocos los que han tomado la decisión de darse de baja. El objetivo sigue siendo el de incrementar la base social, ahora situada en los dos centenares de cotizantes.

Otro apartado en el que Fanny Guerrero pone énfasis es el del voluntariado. Asegura que Sonrisa Médica es muy consciente de que cada vez es más necesario disponer de una base sólida de voluntarios, a los que se les pide que crean en la labor de Sonrisa Médica, que se comprometan a colaborar firmemente con la asociación y, sobre todo, que se ilusionen con los proyectos: animación en eventos, atención y venta de mesas informativas, confección de vestuario, que para los payasos ha de estar siempre al día; cuentacuentos en hospitales y todo un abanico de actividades que hace imprescindible la directa colaboración de los voluntarios. "Son muchos los frentes que tenemos que cubrir", asegura Fanny, para la que "hacer posible las actuaciones en los hospitales requiere un aparato que es el que posibilita que Sonrisa Médica exista y pueda cumplir con sus fines promordiales".

Entre las actividades que desarrolla Sonrisa Médica destacan la de los denominados "talleres de sensibilización", que se llevan a cabo en los centros escolares, donde se enseña a los niños qué es lo que hacen los payasos en los hospitales. A través del juego y la música, se les hace comprender la situación de sus compañeros o allegados enfermos, incluso la experiencia que ellos mismos pueden llegar a vivir, lo que les ayudará, llegado el caso, a aceptarla con más normalidad.

La colaboración de los centros docentes se considera imprescindible para que la labor de Sonrisa Médica obtenga la divulgación que se requiere para darla a conocer. Fanny Guerrero manifiesta que toda la colaboración que pueda obtener es bienvenida, añadiendo que "nuestra organización necesita ser más conocida, que la sociedad se involucre, que sepa que ayudándnos se ayuda a sí misma", y concluye diciendo que "cuando los niños enfermos reciben la visita de los payasos de Sonrisa Médica, su alegría es suficiente razón para que nostros hagamos todo lo posible para verlos contentos, y eso es algo que tiene que saberse, la gente ha de conocer que vale la pena ayudarnos a hacer nuestro trabajo". "Sonrisa Médica -sentencia- está donde tiene que estar y para ello necesita la colaboración de cuantas más personas mejor: cuantos más seamos a más niños enfermos podremos atender".

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