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Memorias de la cocina

Lechona en la mesa de Año Nuevo

Lechona en la mesa de Año Nuevo

Aunque la cocina actual haya evolucionado hacia platos mucho más sofisticados, globales, coloristas y de una gran diversidad, la gastronomía de Año Nuevo, tanto la cena de la víspera (antes, más bien discreta y austera) como la comida del primer día del año, no presentaba muchas diferencias con la de Navidad e incluso con una comida festiva cualquiera.

Si en Navidad el plato emblemático por excelencia fue -y en muchos hogares sigue siendo- la lechona, esta tradición se alargaba hasta el día de Año Nuevo. Pero conviene añadir que no se trataba de otra, sino de la misma lechona, que se preparaba el día de Navidad, pero que sólo se cataba, ya que la comida del día 25 era abundante y más que suficiente.

Dice Mn. Alcover en su libro Ses Matances i ses festes de Nadal que la lechona se sacrificaba, limpiaba y adobada el día 24, fregada con mucho jugo de limón; se colgaba con un palo atravesado en su vientre para facilitar el relleno y una piedra en la boca para que, al meterla en el horno con el hurgón (burxó), fuera fácil asarla al ast. Se rellenaba el vientre de la lechona con pasas muy abundantes, migas de pan, pedacitos de sobrasada y tocino, almendras peladas, piel de limón rallada, ajos y huevos.

El día de Navidad, después de comer arroz, bullit y aufegat dolç se empezaba a comer la lechona por la cabeza y poco más. El resto se guardaba para Cap d’Any.

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