-Ave María Purísima.
-No me toque las narices.
-A ver, es que no sé como preguntárselo...
-Pues no me lo pregunte. Que se le ve venir.
-Se me ve venir, pero si le contase a dónde voy...
-Al Valle de Josafat. Y ya le auguro la sentencia.
-¿Se ha confesado usted últimamente?
-Si lo hubiera hecho no le podría contar nada. Estaría sometido al secreto de confesión...-Pero el secreto de confesión afecta al sacerdote que confiesa, no al que dice sus pecados...
-El secreto de confesión afecta a quien diga la Santa Madre Iglesia, y Ésa en estas islas soy yo, mientras no se diga lo contrario.
-¿Y se va a decir lo contrario?
-Yo no he hecho nada de lo que mucha gente piensa...
-¿Y algo de lo que algunos no piensan?
-En estos momentos no le puedo contestar a eso porque noto que el Espíritu Santo no me está asistiendo.
-Es una paloma, estará asustada...
-Cierto. Habría que prohibir el tiro de pichón.
-Hablando de pichón, ¿no habrá ocurrido nada milagroso, verdad?
-Hay dudas que ofenden...-Ahora no sé a qué duda ofensiva de las que tengo se refiere usted...
-Veo que está usted en la línea de los grandes teólogos críticos, como Hans Küng.
-Es verdad que dudo de que el Papa sea infalible...
-Pues como se trague todo lo que le han ido contando ya le digo yo que no me dejan ser ni monaguillo.
-¿Y es verdad lo que le han ido contando?
-Depende de lo que le hayan ido contando.
-Llamadas a horas intempestivas...
-El arcángel Gabriel también hablaba con la Virgen a horas intempestivas cuando le anunciaba Lo que anunciaba.
-Y San José lo llevo bien...
-Eso mismo digo yo. Sin contratar detectives ni nada.
-Hay cosas que, por la Iglesia, no se pueden sostener...
-Ni por la Iglesia ni por España.
-Entiendo... Dicen que hay más de un pederasta de la diócesis que está disfrutando con su historia...
-Empecemos por aclarar que mi historia no es lo que muchos creen. Y si lo fuera, le puedo asegurar que se habla de alguien que no es menor de edad, ni mucho menos.
-¿No será una escenificación para dar alegría a los feligreses?
-Ahora no le entiendo...-Pues que nos estamos partiendo de risa. Que nos duele el cuerpo de tantas carcajadas...
-Ego te absolvo...