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Historia

Antonio Maura, 90 años de la muerte del cinco veces presidente

El 13 de diciembre de 1925 moría en Madrid Antonio Maura Montaner, el único mallorquín que ha presidido un Consejo de Ministros. El político isleño intentó modernizar España con su "revolución desde arriba"

Casa en la calle Calatrava donde nació Antonio Maura. La finca sigue siendo propiedad de los Maura, de uno de sus tataranietos.

En 1909 España se vió sacudida por los sucesos de la denominada "Semana Trágica", un movimiento revolucionario de matriz anarquista que tuvo su epicentro en Barcelona, donde la oposición a la leva de reclutas con destino a la guerra colonial de Africa se saldó con decenas de muertos y el fusilamiento, después de someterlo a un consejo de guerra, del que se consideró, sin pruebas, instigador de la revuelta, el maestro Francisco Ferrer Guardia. En aquellos convulsos días presidía el Consejo de Ministros el líder del partido conservador Antonio Maura. Lo sucedido en Barcelona dio pie a que el rey Alfonso XIII procediera al "borboneo" del político mallorquín, al que el monarca, siempre dispuesto a inmiscuirse en los lances políticos, solicitó la dimisión. Fue entonces cuando hizo fortuna el "Maura no", con el que sus adversarios pretendieron neutralizarlo definitivamente, puesto que se oponían a sus proyectos reformistas. Maura intentó la que se denominó "revolución desde arriba", el intento de hacer de España un estado liberal moderno.

El catedrático de Historia Contemporánea de la UIB Sebastià Serra, estudioso del período en el que Maura actuó en política, destaca tanto la contribución del mallorquín en la vida pública española, el papel fundamental que tuvo en el primer tercio del siglo XX, como la influencia que tuvo en la política y la sociedad de Mallorca, destacando que dos intelectuales de la talla de Miquel de los Santos Oliver y Joan Alcover fueran declarados mauristas. También enfatiza la relación que mantuvo con otro notable político mallorquín, el liberal Alejandro Rosselló.

Masa neutra

Alfonso Pérez-Maura, tataranieto de Antonio Maura, hijo del que fuera primer gobernador civil de Baleares tras la dictadura del general Franco, Ramiro Pérez-Maura -posteriormente senador de UCD por Mallorca en las Cortes Constituyentes- destaca que su antepasado intentó que la que Maura denominó "masa neutra", la ciudadanía española, actuase en política, cobrase conciencia del papel que le correspondía, añadiendo que su tatarabuelo intentó desarrollar una política reformista, manteniendo, además, una estrecha relación con Francisco Giner de los Ríos, creador de la laica Institución Libre de Enseñanza, a pesar de ser un declarado católico.

Antonio Maura nació en Palma del 2 de mayo de 1853. Pertenecía a una acomodada familia de comerciantes de nueve hermanos, uno de ellos rector del seminario diocesano. La enseñanza media la cursó en el Instituto Balear, el precursor del actual Instituto Ramon Llull, donde trabó amistad con Alejandro Rosselló. Instalado en Madrid, cursó la carrera de Derecho para, de inmediato, pasar a formar parte de uno de los despachos profesionales más renombrados de la capital, el de Gamazo, dirigente del partido liberal y líder de la facción "gamazista" del mismo. Su relación con Gamazo desembocó en el matrimonio con su hija (uno de los hijos habidos en el matrimonio fue el político republicano Miguel Maura, ministro de la Gobernación en el Gobierno provisional de la Segunda República y autor de "Así cayó Alfonso XIII" ( texto fundamental para entender los sucesos de 1931) y su decidida entrada en la vida política española de finales del siglo XIX, sacudida profundamente por la guerra de Cuba y la pérdida de los restos del imperio colonial en 1898: Cuba, Filipinas, Guam y Puerto Rico. Es entonces, precisa el profesor Serra, cuando los correligionarios de Gamazo abandonan el partido liberal incorporándose al conservador fundado por Antonio Cánovas del Castillo, el artífice de la Restauración borbónica con Alfonso XII, con el que se instaura el denominado turno de partidos entre conservadores y liberales.

Juan March

Serra destaca que la incorporación de Maura a los conservadores llevó aparejada "la hegemonía conservadora en Mallorca, que, con distintas modalidades, siempre bajo la impronta del denominado "maurismo", se mantendrá hasta 1922, momento en el que se impone Juan March Ordinas al frente del partido liberal". Antonio Maura jamás dejó de ser diputado a Cortes entre los años que abarcan el período que va de 1884 hasta 1922, aunque hay que matizar que la inestabilidad congénita que caracterizó la época hacía que las legislaturas fueran siempre extremadamente cortas.

No se conoce el caso de ningún otro político español que haya ocupado la presidencia del Gobierno, entonces denominada presidencia del Consejo de Ministros, tantas veces como Antonio Maura. El profesor Serra señala que fueron cinco las oportunidades en las que el rey Alfonso XIII (bis buelo de Felipe VI) le llamó a palacio para encargarle la formación de gobierno. La primera vez, enumera Serra, fue entre 1903, casi inmediatamente después de la proclamación de Alfonso XIII al llegar a la mayoría de edad, permaneciendo en el cargo hasta diciembre de 1904. Poco menos de dos años. Vuelve a la jefatura del Gobierno en 1907 hasta octubre de 1909. Un lapso de tiempo tan excepcional para los usos de la época hizo que el Gabinete de Maura fuera conocido como "Gobierno largo".

Al igual que otros políticos coetáneos de Maura, éste sufrió un atentado. Fue el 12 de abril de 1904 cuando, en Barcelona, el anarquista Joaquín Miguel Artal lo apuñaló en su automóvil descapotable. El anarquista gritó, tras clavarle el puñal: "ya lo ves, Germinal". Maura resultó herido leve y se trasladó a Mallorca para recuperarse.

Hay que aguardar hasta 1918 para ver al político mallorquín nuevamente encaramado en la cúspide del poder ejecutivo. Es justo después de la huelga general revolucionaria de este año cuando el rey le llama para que se haga cargo de la confección de un gobierno, que no llega a durar ni tan siquiera un año. La enésima crisis política y otra vez Maura acude a palacio para constituir un gobierno de concentración, que se prolonga de abril a julio de 1919. La última vez que recibe el encargo real de presidir el Ejecutivo es en 1921, tras el Desastre de Annual, la derrota de los militares africanistas, entre los que ya estaba Franco, que ascendía rápidamente en el escalafón para obtener cuanto antes el generalato, por entonces su gran ambición. Todavía no soñaba con ganar una guerra civil y ser el dictador de España. Este último Gobierno de Maura es de "emergencia" prolongándose su vida hasta marzo de 1922.

Sebastià Serra reitera que Antonio Maura "intentó consolidar un estado moderno, de carácter liberal y reformista". "A partir de 1898 -añade- es crítico con el sistema, intenta denodadamente imponer su revolución desde arriba sin conseguirlo plenamente, aunque sí obtiene algunos triunfos parciales". "En Maura se da una evolución política hasta que abraza decididamente el reformismo conservador -prosigue el catedrático de Historia Contemporánea-, porque se da cuenta de que el turno de partidos ha fracasado, que no da más de sí a partir de 1909, al constatar que los sucesos de la Semana Trágica suponen un punto de no retorno".

Maura cumplió su promesa de propiciar la construcción del túnel de Alfabia. En la foto puede vérsele celebrando la inauguración junto a colaboradores y familiares.

El 13 de septiembre de 1923, el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, padre de José Antonio, fundador del partido fascista Falange española, da un golpe de Estado en Barcelona, que de inmediato es secundado por el rey Alfonso XIII, procediendo a la suspensión de la Constitución e instaurando el régimen dictatorial. Antonio Maura, ya en los años finales de su vida, se opone a la clausura de las Cortes y hace una defensa del parlamentarismo. Su oposición a la dictadura supone su definitivo alejamiento de la vida política. Dos años después fallece en su finca madrileña de Torrelodones, el 13 de diciembre de 1925.

Sebastiá Serra dice que el impulso reformista de Antonio Maura se plasmó en una cierta modernización de la Administración local, en una ley de comunicaciones marítimas y en las leyes de la denominada colonización interior, lo que posibilitó que se permitiera cultivar la tierra de los grandes latifundios, hasta entonces improductivos. También intentó una reforma de las leyes electorales, pero no pudo impedir que continuara vigente el viejo caciquismo, que mantuvo su fuerza en la mayor parte de España, fundamentalmente en los pequeños núcleos de población y en las zonas rurales. "Lo que sí impuso fue la norma de que los gobiernos no se inmiscuyeran en las elecciones municipales", asegura.

Borboneado

La primera vez que Maura tuvo que soportar el "borboneo" de Alfonso XIII fue en 1912. Disponía de la mayoría parlamentaria para formar gobierno, pero el monarca se decantó por nombrar al liberal conde de Romanones. Fue una más de las constantes intromisiones del rey en la vida política española de las primeras décadas del pasado siglo, que culminaron con su apoyo al golpe de Estado del general Primo de Rivera, lo que, nueve años más tarde, le acarrearía perder el trono al proclamarse la República. En los primeros compases de la misma, el hijo de Antonio Maura, Miguel, tuvo un papel destacado, al entrar en el Gobierno formado por otro exmonárquico, el que fue primer presidente de la Segunda República, Niceto Alcalá Zamora, dirigente, junto a Miguel Maura, de la Derecha Republicana.

La incesante actividad política de Antonio Maura no fue obstáculo para que mantuviera una presencia constante en la vida cultural y profesional tanto española como mallorquina. Entre los años 1898 y 1900 fue presidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y, desde 1913, presidente de la Real Academia Española de la Lengua, cargo que ostentó hasta su muerte.

En la imagen se aprecian los incendios desencadenados en Barcelona por los sucesos de la revuelta anarquista de 1909. Maura tuvo que dar el enterado de la pena de muerte contra Ferrer Guardia.

¿Qué ha perdurado del legado de Maura? Para Serra, además de las esculturas y las plazas y calles que llevan su nombre, se mantiene una memoria histórica sobre su figura y lo que representó, destacando que "se le reconoce como un político riguroso y coherente, capaz de entenderse con los sectores moderados del catalanismo sin ser autonomista". Comenta que "siempre se entendió con el otro gran político mallorquín de la época, el liberal Alejandro Rosselló, tío carnal del socialista Alejandro Jaume, fusilado en el cementerio de Palma el 24 de febrero de 1937, en plena Guerra Civil. Serra enfatiza que Joan Alcover, el autor de La Balanguera, era maurista, filiación a la que se adscribió otro notable escritor e intelectual, el periodista Miquel de los Santos Oliver.

Alfonso Pérez-Maura resalta que la primera intención de su tatarabuelo fue la de dedicarse a la enseñanza. "Tuvo la inquietud de ser profesor", dice, enfatizando la relación que mantuvo con la Institución Libre de Enseñanza, añadiendo que la idea reformista siempre la tuvo presente. "Sus dos primeros gobiernos fueron claramente regeneracionistas", aduce, estableciendo que desde 1913 no se le puede considerar un político conservador tradicional, sino alguien decididamente identificado con el reformismo". "Sería bueno que en la España de hoy se conociera mejor quién fue y lo que defendió Antonio Maura". Al recordarle la filiación republicana de su tío bisabuelo, Miguel, y su libro "Así cayó Alfonso XIII", ironiza diciendo que no está de más que sea uno de los volúmenes de cabecera de la institución monárquica. Alfonso Pérez-Maura se congratula de que el ayuntamiento haya procedido a reinstalar la escultura de su tatarabuelo en la plaza del Mercat.

Sebastiá Serra concluye recordando que, además de ostentar en cinco ocasiones la presidencia del Gobierno, también fue ministro: De Ultramar en la postrera década del siglo XIX, en 1892, año del nacimiento del general Franco, y en 1895 ministro de Gracia y Justicia en el Gobierno del liberal Práxedes Mateo Sagasta. "Antonio Maura nunca quiso ser ennoblecido, no aceptó un titulo nobiliario", afirma. Con posterioridad sus descendientes han ostentado y ostentan el de duques de Maura, título que tuvo su bisnieto Ramiro, gobernador civil de Baleares y senador por Mallorca en la legislatura constituyente de 1977 a 1979. Los Maura conservan la casa natal de su tatarabuelo, en la calle Calatrava, en el centro histórico de Palma, donde una lápida recuerda que allí nació Antonio Maura Montaner.

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