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Balears votará en clave nacional

Los ocho diputados que Balears envía al Congreso no se circunscribirán en esta ocasión al dupopolio PP-PSOE, sino que habrá nuevos actores

Ramón Socías, los socialistas no pueden vender regeneración con este candidato. Es un error que matiza la clave nacional.

Dos aspectos decisivos caracterizarán el resultado electoral que ofrecerá Balears, donde son ocho los diputados que se ponen en juego. Uno de ellos ha constituido una pétrea constante desde 1977: se vota en clave nacional, afirma rotundamente Andreu Grimalt, lo que sistemáticamente se ha traducido en un inapelable triunfo del bipartidismo. Siempre han sido los dos grandes partidos estatales los que se han repartido los diputados. Primero, y hasta octubre de 1982, fueron UCD y PSOE; desde el inicio de la década de los ochenta AP, la matriz del actual PP, y PSOE. Nunca ha quedado abierto el más mínimo resquicio para que los partidos nacionalistas u otras fuerzas políticas tuvieran la mínima posibilidad de penetrar para romper el blindado armazón bipartidista. La segunda clave, que supone dar un giro de 180 grados a lo que se ha vivido, es la irrupción de los dos partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos, que, como ya se ha constatado en las elecciones autonómicas y municipales de mayo, están en condiciones de hacer saltar por los aires el duopolio PP-PSOE existente hasta hoy. Clave que se completa, en opinión del sociólogo. con la fuerza que está exhibiendo Més, el partido nacionalista clásico en Mallorca, lo que le permite aspirara cumplir su viejo y nunca plasmado sueño: Llegar al Congreso de los Diputados.

Grimalt dice que si es aventurado hacer pronósticos estatales todavía lo es más adentrarse en el intento de establecer cuál será la distribución de los ocho escaños que la circunscripción balear tiene asignados. Partiendo de la que se obtuvo en 2011: cinco para el PP y tres para el PSOE, ahora el desenlace se anticipa diametralmente diferente. El augur maneja una horquilla de 3-2 diputados para los conservadores, con unas pérdidas que no bajarán de los dos escaños, pudiendo, en el peor de los casos, llegar hasta los tres, lo que supondría, de materializarse, un descalabro inédito en la historia electoral de las Islas. El PSOE no sale mejor parado: se le garantiza la pérdida de un escaño reduciéndose a dos su cosecha. Restan de tres a cuatro escaños en juego, y ahí entran diversas combinaciones, que Grimalt sintetiza pronosticando que Ciudadanos se mueve entre uno o dos asientos en el Congreso, adjudicando uno fijo a Podemos. La incertidumbre es total en el caso de Més: puede hacerse con un escaño o quedarse a las puertas de obtenerlo. Le perjudica, y no poco, la citada clave nacional de los comicios del 20 de diciembre. Al Pi no le otorga ninguna posibilidad, aunque sí el posible arrastre electoral en la part forana para complicarle, en aplicación de la Ley Electoral, la obtención del tercer diputado al PP. De ser así, los conservadores perderían el escaño que reservan para Menorca.

2-2-2-2

Grimalt insiste: "hay que echar mano de la bola de cristal para hacer pronósticos, porque la incertidumbre es muy considerable". "La irrupción de Ciudadanos y Podemos -añade- ha trastocado la situación, ha modificado sustancialmente la relación de fuerzas, con lo que el resultado apuntado puede no ser el que al final se dé". Al preguntarle si descarte el cuádruple empate, el 2-2-2-2 para PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos (anunciado por el CIS), responde que es una eventualidad que hay que tener en consideración, pero reitera que le concede al PP la chance de obtener el tercer diputado y que la consecución de un escaño por Més es igualmente una posibilidad que parece plausible. "Insisto -dice- las elecciones están más abiertas que nunca, son de muy difícil pronóstico, porque la situación es nueva y la volatilidad muy alta, es complicado establecer un pronóstico taxativo".

Los candidatos que presentan los cinco partidos que en mayo obtuvieron representación en el Parlament tendrán una influencia muy reducida en la decantación del voto, porque, insiste Grimalt, la "clave nacional" opera con la fuerza suficiente para impedir que el candidato de una circunscripción mejore o empeore decisivamente el resultado de su partido. Son Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias quienes se presentan en Balears, no Isern, Socías, Yllanes, Navarro y Font quienes lo hacen. Establecidas tal premisa, que considera fundamental, Andreu Grimalt afirma que el candidato del PP, el exalcalde de Palma Mateo Isern, "es mucho mejor candidato que Mariano Rajoy, aunque, insisto, que su influencia será muy limitada en el resultado que los conservadores obtendrán en la circunscripción balear". Aún así reitera que Isern es uno de los mejores cabezas de cartel que el PP está en condiciones de presentar.

Todo lo contrario que la opción del PSOE. Ramón Socías, el número uno de la candidatura socialista, "constituye un error -asegura-, porque tratar de vender regeneración poniendo a Ramón Socías y Antonio Machado para el Senado es imposible, no hay regeneración que valga". "El PSOE -añade- se ha equivocado totalmente, ha cometido un grave error, aunque, al igual que sucede con el PP, seguramente la clave nacional lo neutraliza".

Para Grimalt el "gran desconocido" de las cinco candidaturas es el número uno de la lista de Ciudadanos, Fernando Navarro. "Nadie sabe quién es, es un perfecto desconocido para el electorado", asegura, añadiendo de inmediato que "el resultado que obtenga el partido no se verá condicionado por ese desconocimiento, prueba palpable de que las elecciones se dirimen exclusivamente en clave nacional".

La clave nacional, el gran hándicap que Més se ve obligado a superar si quiere que su número uno, Antoni Verger, acceda al Congreso. "Es un buen candidato -dice Grimalt-, que cae bien al electorado tradicional del partido, máxime después de haber sido exonerado por la Justicia de la acusación que le lanzó el PP, lo que le obligó a renunciar a ser candidato a la alcaldía de Palma". "Lo sucedido -opina- puede servirle para vender la lucha de Més contra la corrupción, por el hecho de haberse apartado cuando fue denunciado".

Influencia

El candidato de Podemos, el magistrado Juan Pedro Yllanes es, sin duda, concede Andreu Grimalt, un "buen candidato", un "fichaje que hay que tener muy en cuenta, porque la figura de un juez que iba a presidir el tribunal que ha de juzgar a la infanta Cristina y a Urdangarín es una figura de prestigio para el electorado". La pregunta que el sociólogo no saber responderse es qué grado de influencia va a tener en el momento de depositar el voto en la urna. "No lo sé", reconoce.

Queda el candidato del Pi, su presidente y portavoz en el Parlament. No concede a Font ninguna posibilidad de acceder al Congreso. El Pi carece de la fuerza suficiente para ni tan siquiera plantearse la posibilidad de rozar el escaño, pero, opina Grimalt, sí dispone de la necesaria para perjudicar sensiblemente las expectativas del PP de hacerse con el tercer escaño debido a las peculiaridades de la Ley Electoral vigente.

Andreu Grimalt finaliza su prolijo análisis enfatizando la dificultad de establecer pronósticos por la "alta volatilidad" que se detecta a dos semanas de las elecciones, insistiendo, además, en que el resultado que se dará en Balears modificará radicalmente el mapa político que en las Islas ha permanecido inamovible. "Definitivamente estamos entrando en un tiempo nuevo, que poco o nada tendrá que ver con el que hemos vivido, por lo que, después del 20 de diciembre, habrá que analizar con lupa los resultados para empezar a saber a qué atenernos; las cosas ya no volverán a ser iguales". La diversidad de colores políticos que Balears remitirá al Congreso de los Diputados constituirá la nítida foto de que el cambio se ha puesto en marcha. Las repercusiones que pueda tener en las Islas están por verse, pero en Balears el bipartidismo también ha concluido.

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