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Desde Inglaterra

Brigadistas

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Se dice que no hay peor guerra que una guerra civil, porque es una guerra entre hermanos. En España, por desgracia, tenemos amplia experiencia en el tema, pero me gustaría hacer una matización: la guerra civil no fue solamente entre españoles, en España lucharon y murieron extranjeros por los dos bandos. Italianos y alemanes lucharon con los franquistas enviados aquí por sus dictaduras. En cambio, la República fue abandonada a su suerte por las democracias. Pero eso no significó que no recibiese ayuda del extranjero. Gentes de todo el mundo llegaron a España a combatir el fascismo, formando las Brigadas Internacionales. Eran hombres y mujeres jóvenes, de ideología izquierdista (principalmente comunistas), que vinieron a España a luchar contra Franco, pero sobre todo a luchar por unos ideales por los que estaban dispuestos a sacrificar su vida (y muchos así lo hicieron): libertad, democracia, igualdad.

Si les cuento todo esto es porque en la ciudad desde donde les escribo, Reading, hay un pequeño monumento dedicado a ellos, a dos miembros de las Brigadas Internacionales nacidos aquí, a los que la muerte encontró muy pronto. William "Bill" Ball murió a los 21 años por las heridas sufridas en la batalla de Jarama, en febrero de 1937, cuando apenas llevaba unas semanas en España. Archibald "Josh" Francis murió en Aragón en 1938. Ninguno de los dos tiene tumba conocida, así que probablemente estén enterrados en alguna fosa común, junto a casi 100.000 desaparecidos que dejó la guerra y la posterior dictadura. Pero Bill y Josh no fueron los únicos. La investigación llevada a cabo desde los años 80 confirma que al menos 12 personas de Reading estuvieron en España durante la guerra civil, aunque probablemente fuesen más. En su mayoría eran soldados, pero también personal médico, incluida una enfermera. El monumento se encuentra actualmente en Forbury Gardens, el parque más bonito e importante de la ciudad, donde fue trasladado el pasado mes de mayo tras 25 años en el ayuntamiento. La historia de la erección de monumento es muy emotiva. Yo tuve la suerte de conocerla de la mano de uno de sus principales artífices, Ray Parkes. El señor Parkes, tras su primera visita a España como marinero allá por los 60, se enamoró del país y se obsesionó por la guerra civil (palabras textuales suyas). Comunista irredento, en 1984, junto a otros camaradas, pensó en homenajear a los brigadistas por el cincuentenario del estallido de la guerra, en 1986. Se pusieron manos a la obra y fue en ese año cuando se celebró en Reading un gran encuentro en conmemoración del inicio de la guerra, en el que participaron tres exbrigadistas locales: Reg Saxton, Thora Silverthorne y Jimmy Moon. El monumento tardaría cuatro años más en llegar. Fue en 1990 cuando la enorme bandera republicana que lo cubría fue retirada por los exbrigadistas locales, en una ceremonia tremendamente emotiva que contó con la participación de Bill Alexander, el comandante del Batallón Británico en las Brigadas Internacionales. Tras el monumento, en 2002 llegó un libro, escrito por el propio Parkes juntamente con el historiador Mike Cooper, llamado We cannot park on both sides. Reading volunteers in the Spanish Civil War, 1936-1939. (No podemos aparcar en ambos lados. Voluntarios de Reading en la Guerra Civil Española, 1936-1939). Sirvan las líneas de este humilde escribidor como homenaje y reconocimiento a estas personas que lo dejaron todo para ir a España a luchar (y morir) por la democracia y la libertad. Que su ejemplo no sea nunca olvidado. Salut i força!

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