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Reportaje

Mujeres pioneras: profesionales que han abierto brecha

Son nueve precursoras que desbrozaron el camino para que las mujeres dispongan hoy de un horizonte profesional más esperanzador del que ellas encontraron veinte años atrás

María Alarcón, maestra funcionaria y responsable de la Federación de Enseñanza de UGT, y Cristina Ferrer, maestra jubilada y exconcejala de Igualdad en el gobierno municipal de la alcaldesa Aina Calvo, han llevado a cabo un amplio estudio sobre las mujeres pioneras en el ámbito laboral de Balears. Dicen que el proyecto de destacar la contribución de nueve mujeres a la progresiva normalización laboral de la mujer fue una idea de la catedrática de la UIB Carmen Orte, a fin de incluir su biografía y lo que han supuesto en el anuario que confecciona la universidad. Orte, explican Alarcón y Ferrer, quería que se introdujera un capítulo en el que quedara reflejado el nombre de las mujeres que han sido pioneras y ahora ya tienen una cierta edad, incluidas dos ya fallecidas: Monserrat Casas y Marilén Pol, rectora de la UIB y presidenta de la Federación Hotelera de Mallorca. "Se trata -dicen- de mujeres nacidas entre mediados de la década de los sesenta y setenta del pasado siglo, salvo alguna excepción, en los años postreros de la dictadura franquista, años en los que los derechos laborales de las mujeres eran prácticamente inexistentes". Es la época en la que da comienzo un cambio social y posteriormente político de notable envergadura, "por lo que las mujeres que entonces vienen al mundo pueden plantearse al llegar a la edad adulta, entrados en la década de los ochenta, ser pioneras", afirman.

María Alarcón y Cristina Ferrer señalan que "imágenes y situaciones que hoy son cotidianas por lo que concierne a la incorporación de la mujer al mundo laboral, constituyeron verdaderos hitos en el pasado, por lo que generaron comentarios y críticas que abarcaron la vida personal, familiar y laboral de estas mujeres". "Hoy es normal que las mujeres trabajen en profesiones que hasta hace poco eran patrimonio de los hombres -añaden-, pero hace treinta años todo era mucho más difícil; por ello la generación de los ochenta e incluso la de los noventa fueron firmes pioneras, rompieron esquemas y abrieron camino, y por todo ello se han convertido en referentes vitales, generadoras de una lucha que todavía continúa".

Romper moldes

Precisan que en cualquier sociedad, romper moldes o estereotipos supone realizar "toda una gesta", y añaden que "conviene recordar que los modelos tienen una función vital en la socialización de la persona, ya que facilitan la identidad social y la conciencia de pertenecer a un grupo". Estiman que constituyen "fieles reflejos de una cultura y una historia respondiendo a las expectativas y necesidades que tiene el contexto, la sociedad y el sistema para preservar unas normas sociales que la benefician". Las autoras de las biografías de las pioneras dejan claro que "la mujer ha roto muchos corsés, pero no puede dejar de luchar por la igualdad, porque existen espacios en los que sigue existiendo una flagrante discriminación". Recuerdan el "avance espectacular" que supuso la legislación aprobada en tiempos de la Segunda República: reconocimiento del voto para las mujeres, matrimonio civil, divorcio, igualdad laboral y otras iniciativas que concedían derechos hasta entonces inexistentes a las mujeres. "Todo se fue a pique con el franquismo -afirman-, por lo que a partir de 1977 hubo que reiniciar el camino".

¿Tuvieron las mujeres las cosas más fáciles en Mallorca? Responden que "en determinados espacios tal vez fuera para ellas menos complicado, pero hay que tener en cuenta que la base social de la isla es muy conservadora, al tiempo que se da un cierto matriarcado en el seno de la familia, pero en el espacio público las cosas no eran ciertamente fáciles, ni mucho menos". "Lo que queremos resaltar -enfatizan- es que no se deje de visibilizar a la mujer, para lo que es imprescindible una educación igualitaria, y esa educación pasa necesariamente por visibilizar el espacio público". "Conste -aseguran- que no pedimos ir por delante, no es nuestra intención, sino que se nos visibilice, que estemos en pie de igualdad con los hombres".

Alarcón y Ferrer insisten en la necesidad de arrumbar determinados estereotipos, básicamente los que giran en torno a la idea que se tiene sobre cómo se han de comportar los hombres y las mujeres y, por lo tanto, de los roles que han de ejercer en el trabajo, la familia y en el espacio público, incluso cómo se han de relacionar entre sí".

Para las autoras del estudio la ideología patriarcal se basa en la creencia de la superiodad del hombre sobre la mujer y, por lo tanto, de los roles que unos y otras han de ejercer, puesto que "los hombres, apelando a su naturaleza, creen que poseen un conjunto de cualidades y habilidades que les otorgan derecho y poder para decidir la ordenación del mundo y la sociedad", dicen, añadiendo que "las mujeres han quedado relegadas al ámbito reproductivo de la vida privada o a un segundo plano en el espacio de la cosa pública".

Solas

Opinan que las pioneras de su época se encontraron solas, siendo tildadas de cabezotas antes que vanguardistas, "pero puede que sin pretenderlo -afirman- son mujeres que han tenido un papel esencial para la construcción de un mundo más justo y una sociedad más igualitaria". "Se trata de personas anónimas, sencillas, que pueden o quieren pasar desapercibidas, pero en ellas hay algo especial que las hace genuinamente diferentes, dado que todas han sido pioneras en su profesión, en su espacio laboral", destacan. ¿Por qué esas nueve". Responden que "evidentemente hay muchas más mujeres pioneras", pero que de lo que se ha tratado es de ofrecer unas "simples pinceladas" de algunas de ellas a modo de ejemplo, iniciando así un trabajo de investigación y reconocimiento que posibilitará seguir profundizando sobre el asunto.

Dicen que la "autoestima, la seguridad y la confianza son esenciales a la hora de acceder a espacios mayoritariamente o exclusivamente masculinos, pero fundamentalmente para mantenerse y ser capaces de cambiar estructuras rígidas de un patriarcado excluyente, jerárquico y retrógrado", que es lo que han sabido hacer las nueve pioneras objeto del estudio. "Han sabido autoafirmarse desde la posibilidad del cambio personal y la creencia de que tal cambio era posible", señalan, aunque matizan, generalizando, que "las creencias y costumbres patriarcales deterioran sistemáticamente esta autoafirmación, lo que dificulta el avance".

Alarcón y Ferrer resaltan que la Constitución española de 1978 proclama el derecho a la no discriminación por razón de sexo, "lo que abrió a los españoles muchas puertas cerradas herméticamente durante las décadas de la dictadura". Citan como ejemplo el acceso a los cuerpos y fuerzas de la seguridad del Estado. Recuerdan que hubo una época, no tan lejana, en la que las únicas mujeres que podían verse en las dependencias de la Policía y Guardia Civil eran las administrativas y las secretarias. Hoy representan un 16 por ciento de la plantilla de la PolicíaNacional y un seis por ciento de la Guardia Civil. Dos de las pioneras, Genoveva Hernández y Antonia Guillem, constituyen dos "buenas representantes", dicen, de "este colectivo de mujeres, luchadoras, que por primera vez pasaron a integrarse en los cuerpos de seguridad, "con una firme vocación de servicio a la ciudadanía". La primera como policía local y la segunda como bombera, una profesión hasta hace poco restringida a los hombres.

Universidad

Al referirse a otra de las pioneras, concretamente a la que fue rectora de la UIB Monserrat Casas, afirman que "siempre fue una mujer muy comprometida con la igualdad, el conocimiento, la educación y la sociedad, lo que se puso de manifiesto en innumerables ocasiones: oposición a los recortes educativos e investigación y desarrollo". "Un compromiso -resaltan- que llevó más allá de su muerte, puesto que dejó establecida su expresa voluntad de que las personas e instituciones que tuvieran previsto enviar flores destinasen su importe a la formación de jóvenes investigadores de la UIB. Previamente, en 2000, había sido la primera mujeren ocupar el cargo de "síndic de greuges" en la misma UIB.

Otra de las pioneras en desempeñar un trabajo que se consideraba reservado al ámbito masculino ha sido María Teresa Gili Sagrado. Es la primera mujer en ponerse al volante de una ambulancia en Balears. De entrada, la rechazaron por ser mujer argumentando que, dada su condición, carecía de condiciones, de la fuerza física requerida, para desempeñar su trabajo, puesto que, además de conducir la ambulancia, debía llevar literas y mover a los pacientes, lo que tenía que hacer sola, ya que no todas las ambulancias disponen de personal auxiliar. Más que las dificultades para obtener su trabajo, que no fueron pocas, recuerda que cuando se detenía en un semáforo invariablemente alguien exclamaba: "mira, una mujer conduciendo la ambulancia".

María Alarcón y Cristina Ferrer explican que las mujeres pioneras objeto de su estudio lo son del último tercio del siglo XX; mujeres que avanzándose a su tiempo rompieron barreras en sus ámbitos profesionales, con no poco esfuerzo. Afirman que es importante recordarlas, que visualizarlas constituye "un deber, un acto de concienciación para las generaciones futuras y para la actual, dado que resulta imprescindible reconocer y valorar que hubo mujeres, que hoy hay mujeres, que teniéndolo más difícil, fueron capaces de abrir caminos, diseñar rutas, romper moldes, marcaron estilo propio, fueron vanguardistas".

Añaden que la igualdad todavía está lejos de conseguirse, porque la mujer, aunque sobre el papel tenga reconocidos sus derechos, está discriminada en no pocos ámbitos públicos. Por ello mujeres como Teresa Gili, conductora de ambulancia; Joana María Palmer, mecánica de ferrocarril; Ana María Escandell, patrona de barco; Desideria San Nicolás, conductora de autobús; Genoveva Hernández, policía local; Antonia Guillem, bombera; Isabel Petrus, presidenta de club deportivo, y las fallecidas Marilén Pol, primera presidenta de la Federación Hotelera de Mallorca, y Monserrat Casas, la primera rectora de la UIB, "son merecedoras de un público reconocimiento", afirman las autoras del informe incluido en el anuario que elabora Carmen Orte.

María Alarcón y Cristina Ferrer dicen que las mujeres citadas, junto a muchas otras, "iniciaron la gran revolución de las ideas, de las reivindicaciones más racionales, de los derechos más universales, accediendo a campos vedados para ellas, hasta no hace tanto de uso exclusivo de los hombres". "Por ello -concluyen- es de justicia que se les reconozca su aportación en la lucha por la igualdad real".

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