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Medio ambiente

Mucho de euro, poco de eco

Doce años después de su derogación, vuelve la ecotasa ahora rebautizada como Impuesto del Turismo Sostenible

Han pasado 14 años desde que se implantara la ecotasa.

El devenir del tiempo deforma la realidad de los hechos: en algunos casos los magnifica, en otros los relativiza. Y un caso paradigmático es el de la ecotasa, aquel impuesto ambiental y con carácter finalista que se aprobó el 1 de mayo de 2001. Pese a los chorros de tinta que vertió y sigue vertiendo, no llegó a estar vigor más de un año y medio. Su recaudación fue de aproximadamente 160 millones de euros, algunos de los cuales no se cobraron directamente de los turistas al ser abonados directamente por hoteleros para no repercutir sobre el cliente el gravamen. En otros casos, su cobro se ha dilatado en el tiempo debido a los recursos presentados en los tribunales, formalizados por algunos empresarios para no tener que pagarlo.

"La ecotasa nos hace perder competitividad", aseguraban fuentes del sector por aquel 2001. Los mismos argumentos que ahora mismo se vuelven a utilizar. "Fue un impuesto inoportuno además de injusto, erróneo y discriminatorio", afirmó por el aquel entonces conseller de Economía del Govern, Lluís Ramis de Ayreflor. Unos efectos maliciosos de un impuesto del que se tardó años en recuperarse, según la patronal hotelera.

Pese a las buenas intenciones del primer Pacto de Progreso que impulsó la ecotasa, la toma de decisiones del dinero recaudado "no fue nada transparente", afirman diversas fuentes. Entre los proyectos estrella, la compra del cuartel de intendencia en el centro de Palma, un edificio en un estado ruinoso; la compra de una finca de 395 hectáreas en Son Real (Santa Margalida); la adquisición de edificios ilegales para demolerse, cuando al final de la vía judicial la justicia habría determinado igualmente su demolición; la compra de una finca en la Serra de Tramuntana, Sa Coma d´en Vidal (Estellencs) para incorporarla a la red de refugios de Ruta de Pedra en Sec, y que después de 13 años sigue sin prestar el servicio para el que se adquirió... Por el camino, en gasto corriente, se fue más de la mitad del dinero recaudado de toda la ecotasa.

El nuevo impuesto

La conocida popularmente como nueva ecotasa es un concepto que no saldrá de la boca de ningún miembro del nuevo Ejecutivo. Oficialmente se denomina Impuesto del Tursimo Sostenible. "Se trata de un tributo directo y propio de Balears con carácter finalista que grava las estancias que realizan las personas físicas en alojamientos turísticos y en viviendas que se comercializan turísticamente en las islas y también en las embarcaciones de crucero que hagan escala en Balears", afirma Biel Barceló, vicepresidente y conseller de Innovación, Investigación y Turismo del Govern. Así, se gravarán, entre otras, las estancias en albergues, refugios, apartamentos turísticos, hoteles y cruceros. De todo ello se verán exentos los menores de 14 años y afectará tanto a residentes como a no residentes. "El impuesto abarcará desde los 0,25 euros en albergues y refugios en temporada baja hasta los dos euros en hoteles de cinco estrellas", detalla Catalina Cladera, consellera de Hacienda y Administraciones Públicas.

Según fuentes del Ejecutivo, los fondos recaudados irán destinados a la financiación total o parcial de inversiones y otros gastos con cargo a los presupuestos generales de la Comunitat, y a proyectos de protección, preservación y recuperación del medio natural, rural y marino; mejora de la calidad y la competitividad del sector turístico; fomento de la desestacionalización, creación de producto turístico y promoción turística; desarrollo de infraestructuras relacionadas con el turismo sostenible; recuperación y rehabilitación del patrimonio histórico y cultural; impulso de proyectos de investigación, desarrollo e innovación que contribuyan a la diversificación económica o relacionados con el ámbito turístico y a la mejora de la formación y calidad de la ocupación del sector turístico.

"Se necesitan recursos para invertir en el destino y conseguir una mayor sostenibilidad y calidad del producto", explicó en rueda de prensa Francina Armengol, presidenta del Govern. Posteriormente añadió que se abrirá un periodo de debate sobre el nuevo impuesto para que "el borrador que hemos presentado sea objeto de debate por parte del sector y de la sociedad en general"

Los próximos pasos

"El impuesto se empezará a aplicar cuando se haya aprobado el reglamento. Intentaremos que el impuesto del turismo sostenible se pueda cobrar en seguida que sea posible", asegura Catalina Cladera. Un impuesto que no distingue entre foráneos y autóctonos. "Lo deberá pagar todo el mundo porque las leyes impiden excluir a los residentes de su pago", explica. A pesar de ello, el Govern estudiará la manera en la que los familiares de enfermos de Menorca, Eivissa o Formentera que se desplacen a Mallorca por motivos sanitarios queden exentos o se les pueda abonar el tributo.

El nuevo impuesto será un tributo directo y propio de las islas, con un carácter finalista. El documento, presentado este miércoles, se busca que sea abierto a debate público. El Govern pretende aprobar el proyecto de ley del nuevo impuesto a lo largo de las próximas semanas, de manera que se pueda tramitar y aprobar en el Parlament durante el primer semestre de 2016. En cuanto a la cuota tributaria, el impuesto distinguirá entre temporada alta y baja. Durante la temporada baja la cuota será un 50 % menor. Además, se distinguirá entre categorías: los que se alojen en hoteles y apartamentos de más categoría, pagarán más. "Como ejemplo, una familia de dos adultos y dos niños menores de 14 años, que se alojen en un hotel de 3 estrellas durante 8 noches en temporada alta, pagarán un total de 16 euros", informan fuentes del Govern.

El borrador del impuesto prevé la creación de una Comisión de Impulso del Turismo Sostenible que estará integrada, como mínimo, por representantes de las consellerias competentes en materia de turismo, hacienda, economía y de medio ambiente y por representantes de los Consells, de los ayuntamientos, de los agentes sociales y económicos y de las entidades, especialmente las de carácter ambiental.

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