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La casa/ Arquitectura

Una casa sumergida en la Tramuntana

Situada en la Vall d´en March de Pollença, esta vivienda se integra en el entorno y es un paraíso de paz en un enclave de visuales espectaculares

Hoy les mostramos una casa obra del arquitecto Jaume March Muntaner y del arquitecto de interiores Felip Polar. Se trata de una casa sumergida, literalmente, entre las montañas de la Serra de Tramuntana, en concreto en la Vall d´en March Pollença , que es un paraíso de paz y un enclave de visuales espectaculares que en sus 360 grados dominan sobre cualquier elemento adjunto. El ejercicio es un dejarse llevar por las rocas erguidas, las cascadas que surgen a su alrededor de manera espontanea y salvaje en los días lluviosos y la vegetación mediterránea que enmarcan el llano donde se ubica la edificación. Este entorno empequeñece cualquier actuación humana a esa escala y es precisamente por este motivo por el que desde la mayor humildad y respeto se intentó que la construcción se integre en ese escenario no como protagonista, si no formando parte de él . Así pues, las cubiertas son de teja árabe de la de toda la vida y los muros exteriores de mamposteria de piedra tradicional. También la proporción de los huecos verticales es inferior al macizo de las fachadas predominando de este modo el aspecto sobrio de las possessions tradicionales . Esto por lo que respecta al aspecto exterior de la casa porque es en el interior donde surge la modernidad. A raudales, aunque sin perder tampoco la esencia natural que el enclave demanda.

El interior se adapta a un uso muy actual de la vivienda. El hall de entrada en el que transcurre la escalera que da acceso a la planta superior es a doble altura pudiendo percibir desde el primer instante el gran espacio y las dimensiones de la vivienda. Un efecto de grandeza que sorprende y regala aire, como si el paso exterior interior se produjera de manera natural.

La vivienda de unos 500 m2 distribuidos en dos plantas sorprende por su belleza y armonía. En la planta baja se ubican el salón comedor, la cocina, dos dormitorios con baño, un lavadero y un garaje para dos automóviles. En la planta piso tres habitaciones con baño, altillo sobre el doble espacio, y terrazas para todas las habitaciones hacen el resto de un mundo creado a partir de la naturaleza que le rodea, y de sus colores.

La planta baja dispone de un gran porche desde el cual se accede al jardín en el que se sitúa la piscina.

La piscina es de lámina rectangular de 60 m2 y se ha dotado de una canaleta imperceptible en su perímetro que lleva el agua desbordante a un deposito recuperador para conseguir que el nivel del agua sea el mismo que el de la terraza. El material que conforma la terraza y el interior de la piscina es el mismo, un aplacado de piedra natural que consigue así un color del agua muy natural ya que combina el reflejo del cielo con el color beis de la piedra del fondo. En la decoración se han usado piezas como un sofá isabelino mallorquín de color rojo o un fanal mallorquín que da una luz cálida, un fanal de Porreres en el hall, una consola de madera vieja reciclada diseño de Mestre Paco conviviendo con un gran cuadro de resina del artista de Pollença Amador Magraner.

En el salón comedor un aparador-separador diseño también de Mestre Paco, de estilo sacristía en abeto y espejos con papel de peces y una mesa comedor reciclada de tablero con talla manual de decapada en blanco, con sillas clásicas de piel blanca y un mueble diseñado también por Mestre Paco para ocultar los aires acondicionados dan idea de la armonía que en todo momento se ha intentado transmitir, sin dejar nada al azar. Un sofá modular de tela gris marengo con cojines Gaston, una mesa de centro antigua de modista reciclada , un sillón Luis XVI en cuero negro con alfombras naturales de gran formato cubren todo el suelo porcelánico de color beige, conviviendo para sorprender. Y agradar.

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