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Medio ambiente

De tirar a usar (y X)

¿Qué hace que un municipio recicle el 50 % de sus residuos y otro no llegue al 15 %?: la concienciación y la dedicación, elementos clave

Durante los últimos nueve domingos se ha analizado desde estas páginas qué se obtiene del esfuerzo ciudadano de reciclar sus residuos. De la cultura del usar y tirar, al tirar y usar, como ejemplo de economía circular. Sin embargo, basta con echar un vistazo a los datos oficiales para ver la disparidad en las cifras de reciclaje según la localidad. Mientras que en algunos municipios se recicla el 70 % de los residuos generados, en otros, a duras penas se supera el 10 %. Y es que a día de hoy, cada municipio diseña, planifica y ejecuta su propia estrategia para cumplir el objetivo marcado por parte de la Unión Europea, que fija, según la Directiva Marco de Residuos, un porcentaje de reciclado del 50 % de los residuos generados para el año 2020. Repasamos algunos casos de éxito en Mallorca. Y algunos que lo podrían ser en poco tiempo.

Artà: objetivo cumplido

Uno de los municipios más transparentes en proveer de información a la ciudadanía sobre la gestión de residuos es Artà. Con datos actualizados de las recogidas de residuos accesibles desde su web (www.arta.cat) es fácil hacer el seguimiento de cuántos residuos se tratan mensualmente en el municipio.

Desde el mes de febrero de 2014 tiene implantado el sistema puerta a puerta donde cada día de la semana se recoge una fracción de residuos diferente (envases ligeros, papel y cartón, rechazo, materia orgánica, vidrio, etc.). Antes de la puesta en marcha del nuevo sistema de recogida, el escenario era diferente. La situación de partida era de 100 contenedores de rechazo y 42 contenedores tipo iglú repartidos en el municipio. Con una población empadronada de 8.000 habitantes, distribuida en varios centros urbanos, del total de residuos generados, casi 3.200 toneladas anuales, el 86 % no se recogía de forma separada, mientras que de lo que se reciclaba, el 5 % correspondía a papel y cartón, 2 % a envases ligeros y el 7 % en vidrio. Frente a esta situación, desde el Ayuntamiento de Artà se decidió implantar la retirada de residuos puerta a puerta a partir de principios de 2014. Para ello se elaboró un plan municipal de residuos participado donde se mantuvieron reuniones con comercios, empresas, ciudadanos, partidos políticos, centros de salud, etc. A ello le siguió una nueva ordenanza fiscal donde se premiaba aquel que reciclara mediante descuentos en el recibo de gestión de residuos; se planificó una campaña de comunicación y sensibilización hasta que se eliminaron de las calles todos los contenedores.

La comparación de los residuos gestionados de forma selectiva entre el año 2013 (sin recogida puerta puerta) y en 2014 con su implantación, es espectacular. Se pasó de recoger separadamente 454 toneladas de residuos en 2013 a recoger 1.482 en 2014. El rechazo, aquella fracción que el ciudadano no deposita en los contenedores de reciclaje, pasó del 86 % al 38,43 % de un año a otro. Actualmente el porcentaje de rechazo, que termina en la planta de valorización energética de Son Reus ronda el 40 % del total residuos producidos. Artà ya ha cumplido el objetivo de la Unión Europea.

Palma: oportunidad de mejora

En cuanto a residuos, la situación de Palma es compleja desde varios puntos de vista: alberga casi la mitad de la población de Mallorca, tiene zonas rurales y urbanas, zonas de acceso limitado como el centro de la ciudad y zonas turísticas y residenciales. Además, tiene una población flotante muy marcada durante el transcurso del año que se traduce en las toneladas de residuos tratadas que van de las 13.825 toneladas en febrero de 2014 a las 19.078 toneladas en julio del mismo año.

La implantación de la recogida selectiva en Ciutat fue gradual: en 1988 se implantó la recogida de vidrio, en 1993 la de papel y cartón, en 2001 la de envases ligeros, en 2009 la de materia orgánica (en zonas muy limitadas) y en 2012, la de restos de poda y ropa. A día de hoy se recogen, sin contar residuos voluminosos (comúnmente conocidos como trastos) ni residuos de construcción y demolición, alrededor de 210.000 toneladas anuales, de las que aproximadamente el 15 % se recicla y el 85 % no.

En los últimos años se han llevado a cabo experiencias piloto. Es el caso de la recogida puerta a puerta en Son Sardina, con su implantación el mes de marzo de 2009. Un año después, en marzo de 2010, desde la empresa pública se dieron a conocer los resultados: el 74 % de los residuos se recogieron de forma selectiva mientras que sólo el 26 % no. Después de varios años de funcionamiento, actualmente se ha vuelto al sistema tradicional de contenedores.

No es el único sistema que nació con estrella y terminó estrellado. Otro ejemplo lo tenemos con la recogida neumática en el centro de Palma. Pese a estar previsto su uso durante 30 años, a menos de cumplir un tercio de su vida útil, dejó de funcionar el mes de mayo de 2012. En su sustitución, desde EMAYA se está trabajando actualmente en el proceso de implantación de un nuevo sistema de recogida de residuos que se adapte a las características del casco histórico de la ciudad. "Esta semana un equipo técnico externo ha comenzado a analizar la situación y a estudiar diferentes opciones recogida aptas para el centro urbano. En un plazo de un mes tendremos un compendio de alternativas, detallando pros y contras de cada una de las opciones, coste económico, etc.", apuntan fuentes de la empresa pública. Cuando EMAYA cuente con la información completa de las opciones, "se iniciará un proceso de participación y debate entre los sectores sociales relacionados con el centro de Palma (vecinales, culturales, ecologistas, en defensa del patrimonio€), los sectores económicos (comerciantes, restauradores, etc.) así como todos los grupos políticos de la ciudad", añaden. Se prevé que después del proceso de participación y debate, a finales de noviembre se tomará la decisión del sistema a implantar. De esta manera "el centro de Palma podrá contar con un nuevo sistema de recogida de residuos para el año 2016", aseguran.

Mancomunitat: reciclar sale rentable

La Mancomunitat del Pla de Mallorca lo forman 14 municipios: Algaida, Ariany, Costitx, Lloret de Vistalegre, Llubí, Maria de la Salut, Montuïri, Petra, Porreres, Sant Joan, Santa Eugènia, Sencelles, Sineu y Vilafranca de Bonany. En total, 38.000 habitantes.

La recogida puerta a puerta se inició en estas localidades en el año 2008. Hasta la fecha, el porcentaje de residuos que se reciclaban rondaba el 10 % mientras que el 90% restante tenía como destino el vertedero o la planta de valorización energética de Son Reus. En 2008, el primer año de recogida puerta a puerta, el porcentaje de residuos reciclados aumentó al 26,51 %. En 2014, sobrepasó ya el 50 %. Aparte de las obvias ventajas ambientales donde se registra un espectacular aumento de reciclaje de residuos, también se produce una reducción en lo que se paga por su tratamiento. Según datos de la Mancomunitat, el coste en 2013 de la recogida puerta a puerta fue de 2.466.540,17 € mientras que sí se hubiera seguido con el sistema tradicional de contenedores el montante hubiera llegado a los 3.093.581,31 €. La diferencia radica en que las fracciones que se reciclan y no tienen destino la planta de valorización energética financian su reciclado a través de los sistemas integrados de gestión (SIG) como Ecovidrio o Ecoembes. Sólo en 2013, la Mancomunitat obtuvo de los SIG 555.917,13 €. Un dinero que no se hubiera conseguido si no se hubiera llegado a estas cotas de reciclaje y que el ciudadano debería haberlo abonado.

A pesar de todo, para poder obtener estos porcentajes de reciclaje se ha tenido que trabajar en diferentes líneas. Así, se creó la figura de técnico ambiental de la Mancomunitat; se reglamentó el puerta a puerta mediante ordenanzas en cada uno de los pueblos; se realizaron campañas de vigilancia; se informó en los puntos verdes del municipio mediante la figura del educador ambiental además de dar más información a la ciudadanía sobre el porqué reciclar más y mejor. Después de siete años ya se puede hacer balance con perspectiva histórica. "Con el actual porcentaje de reciclaje sale más beneficioso económicamente en la Mancomunitat del Pla un sistema puerta a puerta. Es un sistema que necesita mayor número de trabajadores y, por tanto, crea lugares de trabajo", aseguran fuentes del organismo. Sin embargo, no se esconde la dificultad de conseguir buenos porcentajes de residuos durante los primeros años de implantación, lo que supone "que actualmente aparte del coste operativo anual, es necesario financiar el déficit provocado durante el inicio del nuevo sistema. Aún no se puede producir una bajada de la tasa de gestión de residuos de una forma significativa", aseguran.

Sant Llorenç: pionero

El término de Sant Llorenç des Cardassar se compone por cuatro núcleos de población además del de Sant Llorenç: Son Carrió, s´Illot, sa Coma y Cala Millor. Dispone actualmente de unas 25.000 plazas turísticas. En 2008 el ayuntamiento de la localidad empieza a realizar recogida de fracción orgánica de residuos municipales en grandes productores. Posteriormente, en 2010, se implanta la recogida puerta a puerta en Son Carrió y en 2014 se implanta en Sant Llorenç. Unas medidas dieron su fruto: en 2014 ya se reciclaba más del 42 % de todos los residuos generados en el municipio. Pero llegar a este punto ha sido un trabajo de años. Una de las medidas pioneras fue el control del peso de los contenedores de residuos mediante tecnología RFID con la voluntad de determinar qué producía cada productor singular. Para poder incentivar el reciclaje, desde 2010 el ayuntamiento aprobó la aplicación de una tarifa diferenciada de residuos de fracción orgánica (FORM). Así, en 2013, se pudieron recoger de forma selectiva 1.785 toneladas de FORM gracias a la participación de 59 establecimientos turísticos.

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