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Recetario popular

Los grandes mitos gastronómicos del otoño

Los grandes mitos gastronómicos del otoño

En Mallorca tenemos algunos mitos gastronómicos a lo largo de los doce meses del año, pero de una manera especial, en otoño. Estamos en las postrimerías del verano, pero con la aparición de las copiosas lluvias veraniegas, el clima ha cambiado y sentimos como si estuviéramos ya en los meses de tránsito hacia el invierno.

¿De qué mitos otoñales estamos hablando? Son varios y todos, sobrevalorados. Por algo son mitos. Dos de ellos se encuentran ya en el mercado: la lampuga y el raor. La primera gozó siempre, al menos desde la edad media, de un aura de imprescindible, aunque los consumidores reconozcan después que con probarla una vez al año les resulta suficiente. El raor, por su parte, goza del máximo prestigio entre los peces, si al precio nos referimos. Su carne es blanca, fina y tiene un extraordinario sabor. Pero, en realidad ¿no existen otras especies tan ricas como el raor -aunque diferentes- mucho más asequibles? Quizás lo que les convierte en mitos sea el hecho que aparecen una vez al año, su duración sea relativamente corta y su pesca esté regulada y controlada.

Otro mito de otoño, sobrevalorado sin duda, aunque riquísimo, es el níscalo o esclata-sang. Con las lluvias, abundantes, es posible que aparezcan las primeras setas. Existe una gran variedad y calidad entre ellas, aunque ignoramos porqué, sólo el esclata-sang goza de una reputación estelar.

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