Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Medio ambiente

De tirar a usar (VII)

De una lata a una llanta - De un coche a una bicicleta - De una olla a un destornillador - Esto es lo que conseguimos con el reciclaje

El acero puede reciclarse sin perder calidad.

Es tan común que pasa desapercibido. Desde un coche a una lavadora, pasando por una cacerola, unos cubiertos, un martillo, una bicicleta o unas latas de conserva. El acero está presente en casi todos los aspectos de nuestra vida. En algunos casos comparte con nosotros largos periodos de tiempo, como cuando cocinamos gracias a él. En otras situaciones, tiene vida fugaz cuando nos desprendemos de las latas con las que conservamos algunos alimentos.

Sea de la forma que sea, llega un momento en el que el acero deja de compartir nuestro camino y sigue el del reciclaje, siendo ejemplo claro de economía circular. Gracias a su reciclabilidad infinita sin merma de calidad, durante el pasado 2014 se reciclaron 10,6 millones de toneladas de chatarra, participando en un ciclo que convierte a España en uno de los grandes líderes del reciclaje de acero en Europa junto con Italia y Alemania. Y es que España gestionó más acero que la suma del resto de materiales juntos gracias a una industria siderúrgica española que tiene capacidad suficiente para reciclar toda la chatarra de acero que se genera en el país y, además, importar cinco millones de toneladas de chatarra. El acero se puede reciclar una y otra vez, indefinidamente, hasta tal punto que hoy se sigue reciclando acero fabricado hace más de 150 años.

El acero

El acero es un material de origen natural: el 8 % de la corteza terrestre es óxido de hierro y el 5 % es hierro. En su reciclado se obtiene un ahorro de hasta el 80 % de energía, el 85 % de agua y el 95 % de carbón respecto a la extracción de la materia prima, lo que permite reducciones de emisiones del 80 %. "Gracias a esta optimización, en los últimos veinte años y aumentando la producción el 50 %, la siderurgia española ha minorado sus emisiones globales de gases de efecto invernadero en un 50 %", asegura Andrés Barceló, director general de la Unión de Empresas Siderúrgicas (UNESID). El acero es un material con rendimientos de reciclaje prácticamente del 100 %, comparable al de los metales nobles y sus propiedades magnéticas facilitan su recuperación de forma muy fácil, independientemente de que haya sido recogido conjunta o separadamente, consiguiendo así que se recicle la práctica totalidad del acero disponible.

Y es que el sector del acero es un ejemplo de economía circular, respondiendo al modelo y aplicando sus principios de convertir los residuos en recursos; reciclando sus productos, interactuando con otros sectores para aprovechar al máximo todos los subproductos, como la escoria siderúrgica (árido, componente del cemento, adición del hormigón, etc.), obteniendo materias primas como el cinc de sus propias captaciones de polvo, que además ayudan a mantener limpia la atmosfera y mejorando continuamente la interacción con otros sectores a través de innovación y a la búsqueda de sinergias. Las infinitas vidas del acero permiten su continuo reciclaje sin perder ni un ápice de su calidad, ajustando sus propiedades a las necesidades de la sociedad con cada nuevo acero de cada nuevo ciclo.

La producción de acero en España en el pasado año 2014 fue de 14,2 millones de toneladas, con un consumo nacional de 10,5 millones de toneladas y una exportación neta que implica un importante beneficio a la balanza comercial española de 1.670 millones de euros. "Esto es así incluso a pesar de las agresivas importaciones procedentes de terceros países, fundamentalmente de China, donde se produce en condiciones industriales que nada tienen que ver con nuestros estrictos controles ambientales y con un considerable mayor consumo de recursos", añade Barceló.

China y el cambio climático

A principios del mes de julio, UNESID reunió a la industria siderúrgica para celebrar su XLVII Junta General Anual. En el evento, que contó con la participación del Ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, el presidente de UNESID, Gonzalo Urquijo, además de informar sobre la actividad en 2014 y la situación en estos primeros meses de 2015, presentó un paquete de medidas para el impulso a la industria.

Gonzalo Urquijo repasó el pasado ejercicio y comentó que las señales de la recuperación económica no lograron trasladarse a la producción siderúrgica, que se mantuvo en niveles del año precedente con 14,2 millones de toneladas de acero bruto, situando a España en el puesto 16 en el mundo, un ranking que sigue liderando China que supone la mitad de la producción mundial. "Los aceristas españoles no tenemos miedo a la competencia leal y exportamos dentro y fuera de la Unión Europea en condiciones de libre concurrencia, pero no podemos aceptar que importaciones desleales invadan nuestro mercado añadiendo en algunas ocasiones grave riesgo para los consumidores", afirmó Urquijo. En alusión a importaciones de China, -ese país exportó más de 88 millones de toneladas el año pasado, el equivalente al doble de la producción de Alemania-, a menudo en condiciones alejadas del mercado y sin reflejar los costes reales.

"La nueva Comisión Europea acierta al unir responsabilidades de política energética y cambio climático reconociendo su mutua influencia. En España la adscripción administrativa es diferente y se adoptan decisiones políticas y administrativas sin considerar esa interacción", explica Andrés Barceló. La siderurgia, principal consumidor de energía eléctrica y uno de los mayores consumidores de gas, es la industria electro-intensiva de referencia. "Transforma esa energía en productos y servicios de muy alto valor añadido, por lo que nuestra industria precisa de un suministro eléctrico a un precio predecible, con visibilidad a medio plazo para poder planificar las inversiones industriales, y una regulación estable y sin sorpresas al igual que la de nuestros competidores europeos", apunta Urquijo.

El marco regulatorio europeo reconoce la figura de la industria electro-intensiva y permite que tenga un tratamiento especial y diferenciado. "Exigimos que sea igual en España. La industria siderúrgica española no pide ni quiere subvenciones, pero tampoco quiere pagarlas. Demandamos un precio que permita competir -como mínimo- en el ámbito europeo y, a ser posible, en el mercado mundial", añaden desde UNESID.

En cuanto al cambio climático la postura de UNESID es la de "ser conscientes de la importancia relativa de cada país. En 2014, la Unión Europea representó el 10,4 % de las emisiones mundiales y España el 0,8 %, algo que algunas políticas europeas no tienen en cuenta. Sin compromiso real, equiparable al de la Unión Europea, de EE.UU., China, India, Rusia y Japón -más del 58% de las emisiones mundiales-, cualquier esfuerzo de Europa resultará inútil", afirman.

Y es que según asegura Urquijo "la cumbre de París solo tendrá éxito si los sectores industriales de los grandes países emisores y del resto de los relevantes tienen un objetivo y herramientas de reducción, equivalentes y compatibles con las que se aplican a la industria europea". En la revisión del marco regulatorio del comercio de derechos de emisión, los sectores industriales sometidos a la competencia internacional, como la siderurgia, "necesitan que la UE no dé más pasos unilaterales sin antes convencer a los países más emisores para que se unan a nuestros esfuerzos contra el cambio climático", añaden.

Compartir el artículo

stats