Situación geográfica, clima, morfología del terreno y topografía son, junto a las variedades elegidas y formas de cultivarlas, elementos esenciales para elaborar un buen vino, o que a uno de le guste. Y es en la Serra de Tramuntana, en donde la Malvasía ha vuelto a renacer, dichos elementos se juntan para dar un toque muy especial, casi único, en donde el mar que casi besa las viñas cultivadas en bancales, lo que da su entorno tan particular, les da un acento tan peculiar como mediterráneo. Para rizar el rizo, el bodeguero Tomeu Isern, en su habitat de Estellencs, elaboró su Malvasía Ambrull 2011. Todo un reto en el que logró un vino muy suyo, al igual que sus doradas malvasías dulces. Este tinto tuvo una crianza de un año en el interior de barricas de roble de EE UU, francés y rumano. Domina el grana en su tonalidad. Nos topamos con notas marinas, de hierbas y especias en nariz. Su paso en boca es goloso, con adecuada estructura.
Apto para caza, carnes rojas y pescados recios a la brasa o horno. Le va un queso de Ovella Rotja mallorquina a medio curar.
