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Recetario popular

La sobrasada, un embutido mallorquín con prestigio

La sobrasada, un embutido mallorquín con prestigio

Sabemos de la presencia del cerdo en la isla, desde el Neolítico, a través de restos óseos. Los romanos, que preparaban embutidos, introdujeron nuevos ejemplares y hábitos culinarios. Después del paréntesis de la dominación árabe, nuestra isla volvió al consumo de la carne de cerdo e importaba carne salada de algunas regiones italianas, entre ellas Sicilia, de donde se supone que es originaria la soprassata, que significa carne comprimida.

A partir del siglo XIV se inicia en Mallorca la matanza junto con la conservación de productos derivados del cerdo: manteca, carne salada y butifarra y también, poco después, la sobrasada, sin el pimentón que le da sabor y color característico. Pasar de conservar el cerdo en sal a poder guardarlo en embutidos significó un gran avance.

Después del descubrimiento de América, uno de los productos que más rápidamente se extendieron en nuestra isla fue el pimiento junto con las guindillas. El pimiento seco molido (el pimentón) revolucionó y prestigió la sobrasada, que se convirtió en el embutido de referencia. Desde entonces hemos podido degustar longanizas, sobrasadas primes y rizadas, culana, bufeta, bisbe, poltrú y talec.

El prestigio y calidad de nuestras sobrasadas han convertido el embutido en artículo de exportación e incluso se fabrica fuera de la isla, pero con una calidad muy inferior a la sobrasada casera mallorquina.

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