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Reportaje

Sindicatos: la urgencia de reinventarse

Acaba de pasar el 1 de mayo - El sindicalismo clásico vive horas difíciles, ha perdido prestigio y no parece capaz de dar con la tecla para defender los intereses de los trabajadores.

El sindicalismo español, los denominados sindicatos mayoritarios de clase, se han topado con una encrucijada que les obliga a reinventarse o a dejar de jugar un papel significativo entre los trabajadores. UGT y Comisiones Obreras, entre otros, tienen ante sí un panorama incierto, puesto que se ven desbordados por movimientos sociales que hasta ahora han sido incapaces de controlar, como es el caso del 15-M, y por nuevas organizaciones que directamente ignoran sus planteamientos. En Balears, además, pechan con problemas como son las enormes dificultades que padece UGT para elegir a un nuevo secretario general, lo que ha hecho que tenga que ponerse en manos de una gestora, y la condena que los tribunales han dictado contra la secretaria general de Comisiones Obreras, Katiana Vicens, al entender que vulneró el derecho al trabajo de un conductor de autobús. Para quienes fueron los dirigentes históricos de ambas centrales, Manuel Cámara y Paco Obrador, lo que sucede es que se ha desencadenado una durísima ofensiva contra el mundo sindical, a fin de eliminar los obstáculos que representan las centrales para que se imponga definitivamente el nuevo sistema de relaciones laborales que, en su opinión, deja a la interperie a los trabajadores.

Pero tanto para Manuel Cámara como para Paco Obrador "el sindicalismo de clase es hoy más necesario que nunca, aunque no se perciba mayoritariamente". El antiguo secretario general de Comisiones, viejo militante del PCE, opina que se está "reproduciendo" la situación en la que vivían los trabajadores a principios del siglo XX. "Las condiciones de trabajo que progresivamente se han ido adquiriendo ahora se están perdiendo aceleradamente". "Vivimos -añade- una situación de degradación de las condiciones laborales impensable tan solo unos años atrás, además de la pervivencia de un paro descomunal". Cámara, que coincide plenamente en el dignóstico con Obrador, manifiesta que las contrataciones que se están haciendo son, en mucho casos, de una precariedad "insólita". "En hostelería hay personas contratadas para una jornada de cuatro horas que trabajan ocho sin percibir más salario, porque se ha institucionalizado el trabajo precario, se ha convertido en la norma", dice.

Capacidad negociadora

Por qué, entonces, los sindicatos no son capaces de plantar cara a la situación que describen. Otra vez coinciden Cámara y Obrador: "los sindicatos carecen de fuerza -afirman-, es el mercado de trabajo el que independientemente determina cuál es la fuerza de los empresarios y hasta dónde llega la de los trabajadores". Por ello aseguran que es imprescindible "recuperar la capacidad negociadora que en el pasado tuvieron los sindicatos". Las razones de esta pérdida la atribuyen a la crisis, que ha hecho que entre los trabajadores cunda el temor, y la reforma laboral aprobada por el Gobierno del presidente Rajoy. A partir de tales premisas conceden que los sindicatos han de ser capaces de adaptarse a la nueva situación, adaptación que por el momento no se vislumbra que estén en condiciones de asumir.

En qué ha de consistir la adaptación. Los antiguos secretarios generales de UGT y Comisiones Obreras precisan que han de saber trabajar con las nuevas categorías laborales, la diversidad existente en el mundo del trabajo y la constante entrada y salida de trabajadores en el mundo laboral.

Además, enfatizan la, según dicen, "durísima campaña mediática" desatada en contra de las centrales sindicales y conceden que ha habido "escándalos" que han afectado a su credibilidad. ¿Reconocen errores? Cámara y Obrador dicen que sí, que los sindicatos, en ocasiones, no han sabido acomodarse al nuevo esquema, lo que ha perjudicado la necesaria cercanía de los sindicatos con los trabajadores. "También se ha de ser consciente -enfatiza Cámara- que el pacto social establecido en Europa tras la Segunda Guerra Mundial ha dejado de existir". ¿No se han convertido UGT y Comisiones Obreras en simples máquinas burocráticas? Cámara y Obrador lo niegan y, aunque sea remar contracorriente, opinan que concluida la Guerra Mundial en Europa se dotó a los sindicatos de los medios necesarios para que pudieran realizar eficazmente su trabajo, al contrario de lo ocurrido en España. "En nuestro país -declaran- a partir de la Transición se ha ninguneado a los sindicatos, no se les proporcionó los medios necesarios, impidiéndoles, en la medida de lo posible, que pudieran desenvolverse con eficacia". Esa es la razón que ha llevado a la escasa afiliación que registran las centrales sindicales. "El modelo español ha dificultado extraordinariamente el desarrollo del sindicalismo", sentencian.

Lo que sí reconocen es que los movimientos sociales han desbordado ampliamente la capacidad de reacción de los sindicatos. "Es verdad -dicen- que hemos perdido capacidad de conectar con los movimientos sociales". "No basta -precisan- obtener salarios dignos, sino que en las empresas se tiene que obtener el denominado salario en diferido, que no es otro que que el que garantiza sanidad, transportes, pensiones y demás serivicos básicos dignos; este es el protagonismo social que los sindicatos lamentablemente han perdido".

Obrador resalta que "las centrales necesariamente han de estar en los centros de trabajo, en las empresas, y mucho más de lo que lo han hecho hasta ahora en los movimientos sociales y políticos"; "lo que no significa -remacha Cámara- que tengan que adoptar una posición partidista".

Campaña mediática

Ambos están de acuerdo en que se han de llevar a cabo "importantes rectificaciones", aunque reiteran que "la campaña mediática en contra de los sindicatos ha sido y es muy importante, dado que constituyen una de las últimas barreras contra el capitalismo salvaje"; añaden que "los jóvenes que constantemente entran y salen del mercado de trabajo viven al margen del sindicalismo". Para Manuel Cámara lo evidente es que "un sindicalista sin conciencia política no es un sindicalista, porque sin conciencia política se tiende inevitablemente hacia la burocracia, lo que hay que evitar".

Otro de los reproches que se le hacen a los sindicatos es el de haber sido incapaces en los últimos años de presionar eficazmente al poder político. Conceden que no ha existido "una presión sostenida" contra la política económica y social que se está implimentando, una política que intenta "vaciar de contenido" la función de los sindicatos" al bloquear la negociación colectiva". Por ello tienen claro que "la reforma laboral ha supuesto un ataque frontal contra los trabajadores y ha sido un desastre para los sindicatos".

Cómo han de reinventarse, qué tiene que cambiar en el mundo sindical para que las centrales recuperen al menos parte de la fuerza social de la que dispusieron décadas atrás. La respuesta de Cámara es un tanto peculiar. "Los locales sindicales -afirma- han de volver a ser, salvando las distancias, lo que fueron las casas del pueblo y los ateneos en tiempos de la Segunda República". ¿Crisis terminal del movimiento sindical? Paco Obrador lo niega tajantemente. "Los sindicatos -opina- están inmersos en las situaciones de cada momento, padecen sus consecuencias, y ahora vivimos una situación especialmente difícil, ya que hay una crisis profunda de las estructuras sociales". "El neocapitalismo liberal -prosigue- es una atroz consecuencia de la caída del muro de Berlín, la consecuencia del cambio en el modelo de estado". A lo que hay que añadir, en opinión de quien fue secretario general de UGT y alcalde de Calvià tras las elecciones municipales de 1979, "el descrédito de los medios de comunicación que sistemáticamente ofrecen una información banalizada". Obrador asegura que los sindicatos necesitan "reencontrar" su papel.

Reforma de la Constitución

Para que ello sea posible opina que es necesario proceder a una reforma de la Constitución, concretamente modificar los artículos 6, 7 y 8, en los que se especifica cuál es el papel de los partidos políticos, sindicatos y Fuerzas Armadas, "porque lo que ha ocurrido -dice- es que se nos ha obligado a representar a todos los trabajadores sin contar con los medios necesarios para hacerlo con eficacia". "Hoy -sigue diciendo-, cuando ha entrado en crisis el modelo constitucional, los sindicatos tienen la oportunidad de recuperar el papel que les corresponde si se cambia el modelo".

Tanto Obrador como Cámara afirman que la situación presente hace imprescindible "la unidad sindical o establecer un sindicalismo unitario", al tiempo que se redefine cuál es el papel de los sindicatos, "que no solo han de limitarse a defender a los trabajadores de las grandes empresas, cosa que han venido haciendo con eficacia, sino que han de asumir un protagonismo mucho más abierto, más implicado en la sociedad, con toda su complejidad y en colaboración con los movimientos que en la misma se desarrollan". "Hay que saber distinguir -destacan- el ámbito de la acción sindical en la empresa y la acción global de los sindicatos en la sociedad, es imprescindible aprender que esa distinción es fundamental para que los sindicatos sean hoy los instrumentos necesarios para defender con efectividad los intereses de los trabajadores". "No queda más remedio que adaptarse a las nuevas circunstancias -argumentan- debido a que la reforma laboral ha lesionado gravemente la esencial del sindicalismo".

Pérdida de prestigio

Al plantearles que parece evidente que los sindicatos han perdido prestigio a raudales, al verse implicados tanto en casos de corrupción como por su menguante influencia, niegan la mayor. "No es verdad que hayan perdido prestigio -enfatizan-, puesto que donde el sindicalismo está presente, como en las grandes empresas, mantiene el prestigio, ya que se le ve como un eficaz instrumento para defender los intereses de los trabajadores". "Lo que sucede -reiteran- es que se está intentando socavar el prestigio de los sindicatos por todos los medios".

Al replicarles que en Balears, UGT está en manos de una gestora y que la secretaria general de Comisiones Obreras ha sido juzgada y condenada, a lo primero responde Obrador aduciendo que lo ocurrido es fruto del cambio "estructural" que se llevó a cabo en 1982 cuando se optó por el modelo alemán en vez de por el italiano-francés, aunque no duda de que, superada la etapa de la gestora, UGT dispondrá de un nuevo secretario general capaz de acometer la renovación del sindicato. Cámara, en cuanto a la condena de Katiana Vicens, asegura que "no hay causa", añadiendo que "me parece increíble que por participar en un piquete, que es un derecho de los trabajadores, se abra un jucio penal". "Es la consecuencia -concluye- de la injustificada represión que se ha desatado, fruto de la situación que estamos viviendo".

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