Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Medio Ambiente

Más claro, agua

Las tarifas del agua que pagan los españoles no sirven para cubrir costes. Las empresas avisan: el recorte en inversiones ha sido el mayor de Europa

“En España, las tarifas que paga el usuario no cubren todos los costes de los servicios de agua urbana, lo que está repercutiendo en el deterioro de las infraestructuras y de las prestaciones de los servicios”. Esta es una de las conclusiones que se pueden extraer de la reciente presentación de la 13ª edición de la encuesta de suministro de agua potable y saneamiento en España. Un estudio elaborado por la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS) y la Asociación Española de Empresas Gestoras de los Servicios de Agua a Poblaciones (AGA).

“La tarifa actual solo cubre los costes operativos del servicio, pero no los relativos a las infraestructuras —amortización, renovación y nuevas actuaciones para la mejora de prestaciones o calidades del agua y servicio— y al alcantarillado”, asegura Fernando Morcillo, presidente de AEAS. Entre los costes operativos destacan los cánones de saneamiento o depuración de carácter finalista, destinados a cubrir los gastos de la explotación de las depuradoras, que son administrados por las comunidades autónomas. Se recaudan a través de la factura y están destinados a los costes de operación de la depuración de aguas residuales y el cumplimiento de los objetivos de la Directiva Marco del Agua (DMA) de recuperación de costes. “La reciente aparición de nuevos impuestos de carácter autonómico, denominados erróneamente cánones de saneamiento o del agua, no siempre van destinados a mejorar este servicio sino a compensar otros desequilibrios presupuestarios, lo que conlleva una falta de transparencia en la tarifa del agua”, apostilla Josep Carbonell, presidente de AGA.

Tarifas de agua entre diferentes ciudades europeas

Y es que el sector reclama que los costes de los servicios de agua deberían incluir en la tarifa la amortización y mejora de las infraestructuras, ya que, tradicionalmente han sido “subvencionados” por las diferentes administraciones públicas, que actualmente no dedican el suficiente presupuesto. De la factura doméstica de agua que pagamos por los servicios, aproximadamente un 60% corresponde a abastecimiento de agua y un 40% al saneamiento.

A pesar de ser un país con pocos recursos hídricos, la tarifa de agua en España es de las más bajas de la Unión Europea y solo representa un 0,8% de los presupuestos familiares. Muy por debajo del coste de otros servicios como la telefonía y la electricidad. “Por lo que cuesta una caña de cerveza pagamos el equivalente a más de dos días y medio de consumo de agua en una vivienda de una familia de tres miembros”, compara Morcillo. Tradicionalmente, las tarifas se han venido calculando para cubrir únicamente y, en ocasiones parcialmente, los costes operativos del servicio, mientras que la repercusión de las inversiones corría a cargo de los presupuestos generales del Estado o de las comunidades autónomas o de las entidades locales.

El precio medio del agua para uso doméstico en España (sin IVA, en 2012) fue 1,59 €/m3, de los que 0,92 €/m3 correspondieron al servicio de abastecimiento (58 % del total del precio), y 0,67 €/m3 al servicio de saneamiento (42%). “Estos precios no llegan a cubrir el coste total de los servicios, en contra de las exigencias de la DMA”, asegura Carbonell.

Las diferencias entre las tarifas entre áreas geográficas se deben a la disponibilidad, calidad, proximidad de los recursos hídricos, procesos, técnicas y costes para la potabilización y depuración del agua e incorporación de los diferentes cánones autonómicos, pero sobre todo al grado de cobertura de costes de la tarifa. Si tomamos una muestra representativa de las grandes ciudades, podemos concluir que para el servicio del ciclo integral del agua, la componente fija de la tarifa representa un 30% y la componente variable un 70%. En concreto, para el servicio de abastecimiento la componente fija de la tarifa representa un 38% y la componente variable un 62%, y para el servicio de saneamiento, la parte fija representa un 18% y la variable un 82%.

El recibo del agua, un 0,8% del presupuesto familiar

La encuesta

La 13ª edición de la encuesta de suministro de agua potable y saneamiento en España traza una radiografía de estos servicios básicos en España, donde el 64% del agua urbana consumida es de uso doméstico, el 15% se dedica al consumo industrial y comercial y el 21% restante se asigna a otros usos, como pueden ser los municipales o institucionales. Y hace especial hincapié en las inversiones. “El sector español del agua urbana manifiesta una patente falta de inversión, como consecuencia de la coyuntura económica y de las diferentes responsabilidades competenciales”, explica Fernando Morcillo, presidente de la AEAS. Y es que de acuerdo al informe de PwC, correspondiente a 2014, “La gestión del agua en España, análisis de la situación actual del sector y retos futuros”, España ha sufrido el mayor recorte de inversiones en referencia a otros países europeos. “Una reducción que está generando un claro deterioro”, asevera Carbonell de AGA. El déficit de inversión en renovación de infraestructuras se identifica en su envejecimiento y pérdida de prestaciones.

Derivados de la encuesta, se observa que la dotación de agua —el agua que sale de los depósitos de distribución para el consumo— es de 241 litros por habitante y día, para todos los usos, una cifra que ha ido descendiendo en las dos últimas décadas, hasta 2010, y que, sin embargo, ha aumentado un 2,1% entre 2010 y 2012. Además, se ha detectado un cambio de tendencia en el agua no registrada (incluye las pérdidas aparentes y reales de agua). Tras veinte años de tendencia decreciente (1990-2010) gracias a las renovaciones y rejuvenecimiento de las redes y a las campañas de detección de fugas y lucha contra el fraude, entre 2010 y 2012 se aprecia un aumento del índice de agua no registrada, consecuencia de la fuerte reducción de la inversión desde 2006 y 2007 y el envejecimiento de las redes de distribución. Las fugas en la red de distribución y las pérdidas por roturas en conducción —denominadas pérdidas reales— representan entre el 10% y el 15%. Según la Encuesta, en relación con la encuesta anterior, se ha producido un envejecimiento de las redes de distribución de agua. La antigüedad de la red de distribución es evidente. El 35% de las infraestructuras tiene menos de 15 años, el 27% entre 15 y 30 años y el 38% más de 30 años, siendo aconsejable intensificar su renovación lo antes posible.

En nuevas infraestructuras, el déficit se focaliza en el saneamiento y, concretamente, en la falta de instalaciones para la depuración de aguas residuales, fundamentalmente en municipios de pequeño y mediano tamaño, lo que provoca que “España incumpla la directiva 271/91 sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas”, avisan.

Mantener las Depuradoras es esencial para un buen estado ecológico de nuestras playas. LLUIS AMENGUAL

Bonificaciones

“En periodos anteriores, incluso al de la crisis económica, el sector ya contaba con mecanismos de acción social aplicables a la tarifa de agua mediante bonificaciones, que son públicas y transparentes en cada servicio”, explican desde AEAS. A pesar de la escasa repercusión de la factura del agua en el presupuesto familiar, la coyuntura económica hace que haya algunos clientes que no pueden hacer frente al gasto. “En general, el sector ha sido consciente de esta dificultad y se han ampliado los mecanismos de ayuda”, analizan.

Un 88% de la población tiene posibilidad de acceso a bonificaciones en las tarifas. La mitad de las bonificaciones son a familias numerosas u hogares formados por muchos miembros y una cuarta parte se aplican por razones de nivel de renta. El resto se benefician de otro tipo de bonificaciones (por ejemplo por premios a la reducción del consumo).

Directiva marco de agua

La DMA, en su artículo 9, introduce el principio de recuperación de costes para los servicios de agua, de acuerdo con el principio de “quien contamina paga” y el de “contribución adecuada” que fomenta la eficiencia del uso del recurso. “Los cánones aplicados al agua deben ser transparentes y finalistas, destinados a mejorar el servicio, sobre todo para la depuración de las aguas residuales. A pesar del esfuerzo realizado en los últimos años dotándonos de un gran parque de depuradoras, seguimos sin cumplir los objetivos fijados por la Unión Europea”, se expone en la Encuesta. Y es que se hace necesario que España ponga en marcha las infraestructuras de depuración precisas para cumplir con las exigencias de los mandatos europeos.

El sector del agua considera necesario establecer una estructura tarifaria clara y transparente para el usuario, de manera que el precio del agua refleje su valor real y asegure la gestión sostenible a largo plazo y las necesarias inversiones para sostener el complejo patrimonio hídrico y mejorar las infraestructuras que permitan el óptimo servicio ciudadano. Actualmente, la titularidad y la competencia legal de los servicios del ciclo integral del agua urbana son de las entidades locales o municipios, lo que supone una dificultad al haber más 8.000 municipios y genera heterogeneidad de las tarifas del agua. Un hecho que no favorece el establecimiento de modelos para una gestión más eficiente de los servicios.

Compartir el artículo

stats