El clan de 'El Pablo', el histórico narcotraficante del barrio de La Soledat, obtenía ingentes beneficios las 24 horas del día. Un acusado que se dedicaba a vender cocaína en un punto de venta en un domicilio de la calle Teix, en Palma, admitió ayer en la segunda sesión del macrojuicio que se celebra en la Audiencia Provincial que ganaba 100 euros al día trabajando doce horas en dos turnos.

El hombre, que el lunes no alcanzó un acuerdo con la fiscalía y que se enfrenta a una petición de condena de siete años de cárcel por un delito contra la salud pública y otro de integración en grupo criminal, reconoció ayer ante el tribunal de la sección segunda que entre septiembre de 2014 y enero de 2015 se dedicaba a vender cocaína en una vivienda de la calle Teix que controlaba una hermana del cabecilla. El sospechoso fue condenado por hechos similares pero ocurridos en fechas anteriores.

"Éramos dos turnos en esa casa. Yo iba todos los días. Tenía que estar allí doce horas", aseguró el encausado. "Me llevaba un porcentaje de las ventas, diez euros por cada gramo de cocaína vendido. El gramo se vendía a 60 euros", detalló. Según su versión, normalmente se vendían diez o quince gramos de cocaína diarios, por lo que él ganaba unos 100 euros al día. Así, el punto de venta ingresaba diariamente entre 600 y 900 euros.

"Yo trabajaba para Tamara, le entregaba a ella el dinero. Era de ella el domicilio de la calle Teix. La droga la llevaba otra persona a la casa", apuntó el hombre incriminando a otra acusada, hermana de 'El Pablo'.

Le echan por adulterar la droga

"Tamara me despidió porque yo le adulteraba la droga. Discutí con ella cuando me despidió. A raíz de ser detenido le dije a la Policía que trabajaba para ella", admitió el hombre, que en el momento de ser arrestado los agentes le intervinieron en el domicilio en el que se hallaba entonces, en la calle Reyes Católicos de Palma, varios envoltorios con cocaína en julio de 2015. "Le estaba guardando la droga a un dominicano", aclaró.

El sospechoso también recordó que coincidió con Tamara trabajando en la cocina de la cárcel de Palma. "Allí discutimos, pero eran discusiones de trabajo", alegó, al tiempo que negó haber tenido contacto telefónico con uno de los hijos de 'El Pablo', que ayer aceptó cuatro años y medio de prisión, la misma condena que su progenitor. Por último, el vendedor de cocaína explicó que trabajaba en ese punto de venta por su adicción a las drogas, ya que estaba "muy enganchado" en esas fechas.

Por su parte, Tamara, para quien el fiscal también pide siete años de cárcel, negó ayer de forma tajante controlar un punto de venta de cocaína en la calle Teix entre los años 2014 y 2015. La hermana de 'El Pablo' recalcó que no era cierto que el otro sospechoso vendiera cocaína para ella. Según su versión, conoce a este hombre de la prisión y están enemistados. "Lo conocí en la cocina del centro penitenciario. A él le sentó mal que me dieran un puesto de trabajo porque él pensaba que se lo merecía él. Esa enemistad viene de ahí. Yo, simplemente, pagué mi condena. Llegamos a odiarnos por un puesto de trabajo", apuntó para desacreditar al primer encausado.

"Yo no controlaba el punto de venta de la calle Teix, número 7", insistió Tamara ante la sala. Según detalló, en esa época ella y su hija trabajaban de ayudantes de cocina en un bar de Gomila. La Policía Nacional se incautó en su domicilio de 2.900 euros. La sospechosa manifestó que ese dinero era de las dos nóminas de ella y su hija.

Un tercer encausado, apodado 'Cuco', que está preso por otra causa, reconoció finalmente ayer los hechos y se conformó con una condena de tres años y medio de cárcel por un delito contra la salud pública e integración en grupo criminal. "Estoy de acuerdo, pero la pena es un poco alta, no se me ha aplicado la toxifrenia", indicó.

Grupo criminal

Este sospechoso se suma a los 46 imputados del lunes, entre ellos el líder del clan, 'El Pablo', quienes aceptaron penas que suman cien años de prisión por narcotráfico en Palma. El cabecilla dirigía un grupo que controlaba prácticamente todo el barrio de La Soledad con activos puntos de venta de marihuana y cocaína en 2014 y 2015. Se trata de uno de los mayores macroprocesos por tráfico de drogas en Balears, junto con la operación 'Kabul' que en el verano de 2008 descabezó el poderoso clan de 'La Paca' en Son Banya.

Otros dos acusados que el lunes no se conformaron con los hechos negaron ayer dedicarse a vender cocaína en dos puntos situados en la calle Teix y en la calle Rector Petro. Uno de ellos explicó que se hallaba en una casa okupa y se desvinculó del narcotráfico. "Hacía una semana que me había mudado a esa casa. Un tal Jesús me vendió una habitación por 150 euros. Era una casa de okupa", recordó el hombre desde Canarias a través de videoconferencia.

Otro sospechoso declaró que acompañó a una chica a su casa después de ir a comprar droga en Son Banya y que, de repente, irrumpió la Policía en la vivienda. "Yo estaba adormilado, a oscuras. Al ver a la Policía, intenté tirar por la pica dos o tres gramos que llevaba para consumir. No sé nada de la droga que encontraron allí. Yo no estaba contratado por el clan de 'El Pablo' para vender droga", recalcó el hombre. En la vivienda de la calle Rector Petro en la que fue sorprendido, los agentes descubrieron una plantación de marihuana con más de mil plantas y más de cien papelinas de cocaína.