Agentes de la Policía Local de Palma sorprendieron el miércoles a un taxista al volante de su vehículo bajo los efectos del alcohol. Al no alcanzar 0,60 miligramos por litro de aire expirado no llegó a ser considerado delito contra la seguridad del tráfico y sí una infracción administrativa.

Los hechos ocurrieron sobre las ocho de la tarde del miércoles en la rotonda que comunica las calles de Alfons el Magnànim con Miquel Arcas de Palma. En un control de alcoholemia de la Policía Local, los agentes interceptaron a un taxista que acertó a pasar por el lugar.

El conductor dio positivo en la prueba de alcoholemia. Aunque su nivel mostrado en el etilómetro no era lo suficientemente elevado para ser considerado delito.