'El Moreno' y 'La Rosario' han vuelto a caer. El hermano de 'La Paca' y su mujer fueron detenidos ayer en su casa, una planta baja de la barriada de La Soledad donde la familia se había instalado tras décadas residiendo en Son Banya. Una mudanza que no ha cambiado su manera de vivir: la investigación de la Guardia Civil los sitúa entre los clanes de narcotraficantes más activos de Palma. "¡Pero si solo hace dos meses que hemos salido de la cárcel! ¿Qué droga se puede vender en dos meses?", se preguntaba a gritos otra hija de 'El Moreno' y 'La Rosario', que despidió a sus padres y su hermano entre lágrimas cuando salieron esposados de la vivienda camino del calabozo.

La callejuela Prunes, pegada al polígono de Levante, se llenó de guardias civiles a primera hora de la mañana. Su objetivo era una casa con patio en el número 12, donde viven Isidro C.P., 'El Moreno', y su mujer, Rosario V.F. Ambos fueron arrestados junto a uno de sus hijos.

Desde la calle, otra hija de la pareja, Manuela, lideraba una reunión de casi treinta allegados a la pareja. "Han detenido a mi padre, a mi madre y a mi hermano", explicaba la joven. "Llama al abogado", pidió la chica a otra familiar. "Uy, yo eso no sé hacerlo", le replicó. Una niña de apenas diez años salió en su auxilio, arrebatándole el móvil y marcando el teléfono del letrado habitual de la familia.

Los guardias civiles, con pasamontañas y material antidisturbios, tuvieron que hacer frente a algún conato de revuelta. La tensión subió cuando 'El Moreno' salió esposado y custodiado de la casa para que los investigadores, con su beneplácito, inspeccionaran su coche. "¡Que no pasa nada!", proclamó el hombre para acallar los gritos de los suyos. La algarada durante el traslado llevó a los guardias a pedir refuerzos. Dos agentes salieron corriendo en su ayuda mientras desenfundaban las porras. Un rápido movimiento que zanjó de cuajo el conato sedicioso.

El registro en la vivienda del clan se prolongó durante más de tres horas. "No quiero que rompáis nada", advirtió el hijo de 'El Moreno' y 'La Rosario' cuando los guardias empezaron a rebuscar por todos los rincones del amplio patio de la casa en busca de dinero y drogas escondidos. La inspección se amplió a un vetusto Renault Laguna aparcado a las puertas del inmueble, rastreado por dos perros especializados del instituto armado. Su guía comprobó con cierta angustia que uno de ellos tenía una pata dislocada.

El nerviosismo de la hija de los acusados fue creciendo con el paso del tiempo. "¡Solo hace dos meses que salimos de la cárcel y ya vienen otra vez! ¿Qué droga puede vender uno en dos meses en la calle?", gritaba una y otra vez. La joven leía a conciencia el auto judicial que autorizaba el registro de su casa y otros 57 inmuebles. "Ah, también han ido a Son Banya. ¡Cómo no!", valoraba.

Sus padres, de 52 y 50 años, no perdieron la calma en ningún momento. Las intempestivas visitas de la Guardia Civil no son nuevas para ellos, curtidos en importantes afrentas judiciales. 'El Moreno' y 'La Rosario' fueron condenados en 2006 a casi dos años de prisión en una macrocausa por blanqueo. El caso 'Son Banya' -las torturas a cuatro personas tras el robo de varios millones de euros de un zulo del poblado- le costaron once años y medio a él y seis meses a ella. Ambos fueron juzgados también por la 'Operación Kabul', la mayor investigación contra el narcotráfico de la historia de Balears, y acabaron siendo absueltos.

Era ya mediodía cuando la pareja y su hijo salieron de la vivienda, custodiados por la Guardia Civil y rumbo a la Comandancia. "Estate tranquila, que no te va a pasar a nada. A las cinco va a verte el abogado", le dijo a 'La Rosario' su hija. La comitiva de vehículos del instituto armado con los tres detenidos salió de la calle Prunes en cuestión de segundos, dejando tras de sí a la joven llorando desconsolada por el enésimo problema de sus padres con la justicia.