José María C.G., acusado de asesinar a su mujer estrangulándola después de darle una paliza y golpearla en la cabeza con una tetera en su domicilio en Son Cotoner, en Palma, en noviembre de 2016, cuatro meses después de su boda, ha reconocido hoy en el juicio con jurado en la Audiencia que agredió a su esposa con la tetera.

El hombre ha asegurado que solo tenía "pinceladas de lo que ocurrió en la cocina". Según su versión, golpeó a la mujer con la tetera en la frente. "Ella estaba de pie y la golpeé con la tetera. Luego, no recuerdo más", ha insistido. "No sé cuántas veces la golpeé", ha admitido ante el jurado popular. "Lo último que recuerdo es que vi un blister de pastillas en la cocina e ingerí todo lo que pude", ha añadido. "Quería desaparecer, no tenía sentido. No me di cuenta de lo que hice, no sé si me corté las venas", ha añadido. También ha explicado que la mañana del crimen discutió con su esposa en la cocina de casa porque le dijo que tenía que hablar con sus hijos de "muchas cosas". Después, la víctima puso la mano sobre su boca. "De forma refleja, le mordí la mano. Cogí la tetera que tenía detrás y la golpeé", ha detallado.

La fiscalía solicita para el encausado, profesor de instituto de 61 años que estaba de baja por depresión, una pena de 25 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía con la agravante de parentesco. En concepto de responsabilidad civil, el ministerio público pide una indemnización de 120.000 euros para cada uno de los cinco hijos de la fallecida, Celia Navarro Miguel, de 56 años.

La acusación popular, que ejerce el Govern, reclama la misma condena, 25 años de cárcel, mientras que el letrado de la acusación particular, en representación de la familia de la víctima, pide 20 años por asesinato y una indemnización de 80.000 euros para cada uno de los cinco hijos.

Por su parte, la defensa solicita la libre absolución del acusado, licenciado en psicología, y de forma alternativa una pena de siete años y medio de prisión por un delito de homicidio con tres atenuantes: reparación del daño, trastorno mental y colaboración al reconocer los hechos.

El crimen se produjo el pasado 15 de noviembre de 2016, cuando el hombre se personó en el piso de su esposa, con la que se había casado cuatro meses antes, en la calle Margarita Xirgu, en el barrio de Son Cotoner, en Palma. Ambos vivían en distintos domicilios por desavenencias personales.

La pareja inició una fuerte discusión en la cocina de la casa y allí el acusado supuestamente pegó una paliza a su mujer con puñetazos en la cara y el cuerpo. Luego, cogió una tetera de forja con la que la agredió de forma reiterada en la cabeza. La víctima cayó al suelo malherida e inconsciente y el marido la dio por muerta.

Sin embargo, la mujer logró levantarse con posterioridad y trató de salir del domicilio apoyándose en las paredes del pasillo, pero el hombre la alcanzó, la llevó al baño y allí la estranguló con sus manos hasta acabar con su vida, según la fiscalía.

El día del crimen, la víctima había consumido alcohol, por lo que no pudo ofrecer resistencia y se hallaba indefensa. Su cadáver fue hallado un día después por los bomberos y la Policía Nacional, que entraron en la casa alertados por los familiares que no tenían noticias de la mujer. Dentro del piso también se encontraba el sospechoso, que tomó pastillas y se hizo cortes en las muñecas.

El acusado "sabía lo que hacía", lo hizo de forma "consciente y voluntaria" y simuló "un suicidio", según ha indicado hoy la fiscal. La acusación particular ha resaltado que, un día antes del crimen, José María C.G escribió una carta de despedida para sus amigos de una comunidad de meditación en la que participaba, por lo que considera que actuó "con premeditación".