Miles de conductores circulan por las carreteras de Balears bajo los efectos del alcohol y las drogas. 5.399 personas dieron positivo en las pruebas realizadas el año pasado por la Guardia Civil de Tráfico y la Policía Local de Palma, a las que habría que sumar las del resto de policías locales. La cifra supone un 4,24 por ciento de los 127.000 tests practicados a lo largo de 2017 en el archipiélago tanto a los implicados en implicados accidentes de tráfico o autores de infracciones como en controles preventivos, según los datos facilitados por estos cuerpos de seguridad. En las estadísticas destaca el elevado número de conductores drogados detectados en las carreteras, ya que seis de cada diez pruebas confirmaron el consumo de estupefacientes.
El alcohol acapara la inmensa mayoría de los casos. La Guardia Civil detectó el año pasado en las carreteras de Balears a 3.052 personas al volante con una tasa superior al máximo permitido en 114.627 controles preventivos. En Palma, los agentes de la Policía Local practicaron 10.934 pruebas, de las que 705 -un 6,5%- dieron un resultado positivo. La mayoría de los controles en la capital se llevaron a cabo tras accidentes de tráfico. En estos 7.350 tests se descubrió a 176 conductores bajo los efectos del alcohol, 146 de los cuales dieron una tasa superior a 0,6 miligramos por litro de aire espirado y, por tanto, fueron acusados de un delito. Otros 3.232 pruebas fueron en controles preventivos, con 337 positivos, 202 de ellos delictivos. Las 352 pruebas restantes se llevaron a cabo tras detectar infracciones de circulación, de los que 192 confirmaron la alcoholemia. Además, a lo largo del año hubo 11 conductores que se negaron a someterse al test y acabaron acusados de desobedecida.
La Policía Local y la Guardia Civil descubrieron además el año pasado a 1.183 conductores que había consumido estupefacientes antes de ponerse al volante. Estas pruebas suelen realizarse únicamente cuando el sospechoso da negativo en alcoholemia pero los agentes sospechan que no está en condiciones de conducir por haber tomado otras drogas. Esto explica que la tasa de casos positivos se dispare. El instituto armado realizó un total de 1.881 pruebas de consumo de drogas, de los cuales 1.173 -un 62,36 por ciento- dieron positivo. En Palma, la Policía Local detectó otros diez casos.
La detección de conductores ebrios o drogados tiene también su particular temporada alta. Los controles policiales se incrementan entre junio y septiembre ante la gran afluencia de visitantes que reciben las islas. En esos tres meses de 2017, la Guardia Civil y la Policía Local de Palma practicaron 50.911 controles de alcoholemia, con 1.576 casos positivos. Por consumo de drogas se evaluó a 739 conductores, de los cuales 450 confirmaron las sospechas.
Las fuerzas de seguridad redoblan esfuerzos también en otras épocas del año especialmente peligrosas, como el periodo navideño y las cenas de empresa que se celebran en diciembre. En ese mes, la Guardia Civil y la Policía Local de Palma llevaron a cabo 8.225 pruebas de alcoholemia y detectaron 240 casos positivos. Hubo también 302 controles de drogas en los que se sorprendió a 165 personas que circulaban bajo la influencia de estupefacientes. A lo largo de 2017, la Dirección General de Tráfico (DGT) impulsó tres campañas específicas para detectar el consumo de alcohol y drogas, en las que participaron tanto la Guardia Civil como las policías locales de numerosos municipios de Balears. Estos operativos se llevaron a cabo del 5 al 11 de junio, del 11 al 15 de agosto y del 11 al 17 de diciembre. Dejaron un balance de 85 positivos por alcohol y 11 por drogas en 2.825 y 29 pruebas respectivamente.
En 2018, las cifras evidencian que alcohol, drogas y volante siguen conjugándose con frecuencia en Balears. Hasta el pasado jueves, la Guardia Civil de Tráfico había denunciado a 586 conductores ebrios o drogados.
