El dueño de un restaurante de Bunyola detenido por la Policía por explotación laboral niega todas las acusaciones. A través de su abogado, asegura que no vulneró ningún derecho del trabajador denunciante, quien sostiene que llegaron a quitarle la ropa de trabajo tras un infarto para ocultar que lo sufrió mientras trabajaba. Además, el sospechoso asegura que respetó los descansos, días libres y vacaciones del empleado.

Según el relato del acusado, el denunciante era pinche y el local solo tiene abierta la cocina durante cuatro horas al día, por lo que no es imposible someter a un trabajador a jornadas maratonianas. Además, afirma que el empleado estuvo trabajando unos dos meses y disfrutó de seis días de vacaciones.

El empresario niega incluso que el afectado sufriera un infarto y sostiene que él no se encontraba en el establecimiento cuando se produjo este episodio. Así, rechaza haber cambiado de ropa al trabajador para ocultar que estaba en su puesto laboral. Siempre según el acusado, los hechos ocurrieron un domingo por la tarde, cuando el restaurante tenía la cocina cerrada y el empleado estaba descansando en una habitación del establecimiento. El hombre se sintió indispuesto y bajó mareado al local, desde donde se avisó a una ambulancia.

El denunciante fue trasladado al hospital, donde según el empresario descartaron que hubiera sufrido un infarto y le dieron el alta ese mismo día. Además, sostiene que en ningún momento quedó inconsciente, por lo que su versión de que descubrió que le habían cambiado la ropa al despertar en Son Espases no es creíble. Además, fue recogido en el centro hospitalario por dos compañeros de trabajo esa noche y fue con ellos a cenar a un bar de Bunyola.

De esta manera, el empresario niega todas las acusaciones vertidas por el empleado, que llevaron a la Policía Nacional ha detenerlo por un delito contra los derechos de los trabajadores el pasado 26 de marzo.