Un accidente de tráfico generó ayer un insólito atasco en la Vía de Cintura y los principales accesos a Palma. La ronda de circunvalación llegó a ser cortada y el colapso se extendió a lo largo de más de quince kilómetros por las autopistas de Llucmajor e Inca. La colisión, con dos camiones, un coche y una furgoneta implicados, dejó cinco heridos leves, dos de ellos niños. La Guardia Civil redobló esfuerzos para intentar disolver las retenciones, una labor que le llevó varias horas.

El siniestro ocurrió al filo de las dos y cuarto de la tarde en la Vía de Cintura, explicaron fuentes de los servicios de emergencias. Un camión cargado de bloques de hormigón circulaba por la vía de Cintura en sentido Andratx cuando, a la altura de la salida hacia la calle Aragó, se topó con una retención. Cuando el conductor frenó, las correas que sujetaban la carga se partieron y las piezas se desplazaron. El vehículo salió impulsado y se llevó por delante al coche que le precedía. Este colisionó entonces con una furgoneta que, a su vez, impactó con un camión.

Los equipos de emergencias pusieron en marcha un gran operativo. Varias ambulancias, patrullas de la Guardia Civil de Tráfico y la Policía Local, dotaciones de los Bombers de Palma y operarios de Aceinsa Movilidad, la empresa encargada del mantenimiento de la vía, acudieron al lugar.

El conductor del camión, la conductora del coche y sus dos hijas menores y los dos ocupantes de la furgoneta habían resultado heridos. Según fuentes del Ib-Salut, todos presentaban lesiones leves y fueron trasladados en ambulancia a dos clínicas privadas.

El camión que desencadenó el choque múltiple quedó bloqueado en mitad de dos de los tres carriles de la Vía de Cintura. Era preciso retirarlo con una grúa. Los agentes de la Guardia Civil de Tráfico se desplegaron por la zona para regular la circulación, mientras bomberos y operarios se afanaban para retirar los restos de los vehículos y limpiar la calzada.

El atasco fue instantáneo y extraordinario. El colapso en la ronda de circunvalación de Palma, que por el 'efecto mirón' se extendió a los carriles del sentido opuesto, llegó en cuestión de minutos a la autopista de Llucmajor. Allí, miles de conductores quedaron atrapados en un gigantesco atasco que llegó a los diez kilómetros. El embotellamiento alcanzó también a la entrada a Palma por la autopista de Inca, donde se alcanzaron más de cuatro kilómetros de retenciones.

La situación se agravó cuando la Vía de Cintura quedó cortada en sentido Andratx para que una gran grúa retirase el camión cargado de con los bloques de hormigón, cada uno de los cuales pesaba una tonelada.

El atasco, el peor de los registrados este año en Mallorca, tardó más de tres horas en disolverse. A las cinco y media de la tarde la situación en la Vía de Cintura y la autopista de Llucmajor empezó a volver a la normalidad.