Un grupo de atracadores, compuesto por tres hombres y una mujer, desplegó una actividad frenética entre el 29 de enero y el 19 de marzo pasado. Se conocieron en un club deportivo y todos ellos compartían la adicción al juego. Tras ponerse de común acuerdo, perpetraron al menos 13 asaltos en comercios y a particulares para costear su ludopatía. Agentes de la Policía Nacional les detuvieron como presuntos autores de los delitos de robo con violencia e intimidación. Ayer el juez envió a todos ellos a prisión.

La investigación policial se inició a partir del pasado 29 de enero. Los agentes del Grupo de Atracos de la Policía Nacional recibieron entonces una denuncia de una empleada de una farmacia de Can Pastilla. Según la víctima, sobre las 20.40 horas, un individuo encapuchado, con el rostro cubierto con un pasamontañas, irrumpió en el establecimiento. El sujeto la encañonó con una pistola, que resultó ser de fogueo, y obtuvo un botín de 300 euros que había en la caja.

Este golpe fue la antesala de otros atracos, que guardaban una gran similitud con el primero. Los asaltantes mantenían el mismo 'modus operandi'. Así, en un supermercado sustrajeron 270 euros y en otra farmacia robaron 450 euros.

Sobre las seis de la tarde del pasado 10 de febrero, dos individuos entraron en un salón de juegos de Palma con el rostro cubierto. Una vez allí, se hicieron con un botín de 1.250 euros antes de emprender la huida.

Apenas dos días después, un hombre denunció haber sido víctima de un atraco a punta de pistola cuando se disponía a aparcar su coche en el garaje de su casa. Los asaltantes le robaron 2.800 euros.

El 3 de marzo, un delincuente perpetró un golpe en una farmacia del Arenal. El atracador sustrajo 800 euros después de encañonar a una empleada con una pistola. Al día siguiente, una mujer que caminaba por la calle fue abordada por un individuo que esgrimía un cuchillo. El asaltante le robó el móvil, 20 euros y varios efectos personales. Otro sujeto le esperaba en un coche para huir. Ese mismo día, una empleada de una gasolinera fue asaltada cuando se disponía a ingresar en un banco el dinero de la recaudación. La víctima comenzó a gritar y el malhechor huyó en un vehículo.

Obligados a tumbarse

El 14 de marzo, dos empleados de una gasolinera denunciaron que, a las 22.00 horas y cuando cerraban el establecimiento, se personaron tres individuos encapuchados. Uno portaba una pistola, otro un bate de béisbol y el tercero iba desarmado. Les obligaron a tumbarse en el suelo y a darles sus efectos.

Tres días más tarde, la empleada de un supermercado denunció que un individuo con el rostro cubierto sustrajo, a punta de pistola, 500 euros de la recaudación. Ese mismo día, una pareja intentó desvalijar una farmacia intimidando a la dependienta con una pistola. La empleada les dijo que no tenía acceso al dinero y huyeron.

Por último, el 19 de marzo cometieron dos atracos. Uno a las siete de la mañana en una panadería. El asaltante huyó ante los gritos de la empleada. Y a las 22.00 horas sustrajeron 60 euros en una farmacia a punta de pistola. Al parecer, un décimocuarto atraco pudo ser cometido por esta banda el 5 de marzo al asaltar una farmacia de Llucmajor, cometido con el mismo 'modus operandi'.