Un juzgado de Palma condenó ayer a casi siete años de prisión a un hombre por perpetrar dos atracos a mano armada en una zapatería y un estanco de la ciudad en el verano de 2016.

El acusado, de mediana edad y que está encarcelado, reconoció haber asaltado a punta de pistola los dos establecimientos y haber dejado herida grave a la dependienta de un estanco de Vía Alemania, a la que golpeó de forma reiterada en la cabeza con el arma. La víctima sufrió un traumatismo craneoencefálico y tuvo que ser hospitalizada.

El sospechoso, que actuaba vestido como un turista con pantalón corto, una gorra y una toalla, se conformó ayer con penas que suman seis años y diez meses de cárcel. En concepto de responsabilidad civil, deberá indemnizar a la empleada perjudicada con 2.000 euros y al representante de la zapatería asaltada con 325 euros, que fue el botín que se llevó.

Tras reconocer los hechos ayer por la mañana ante la sala, la magistrada dictó sentencia 'in voce' contra el atracador por dos delitos de robo con violencia o intimidación en local abierto al público, uno de ellos en grado de tentativa, y otro de lesiones. El fallo es firme.

El primer asalto se produjo poco antes de las diez de la mañana del 19 de agosto de 2016, cuando el acusado, de 42 años, acudió a una zapatería de Palma aprovechándose de que en esos momentos se encontraba sola una dependienta y entonces sacó una pistola de aire comprimido que llevaba. El atracador apuntó con el arma al estómago de la víctima y le dijo: "Esto es un atraco, dame todo lo que tengas".

A continuación, condujo a la empleada a punta de pistola hasta el almacén de la tienda, donde se hizo con 225 euros que se encontraban en una caja, de la que extrajo también la llave de la caja registradora. Posteriormente, cogió otros 100 euros de la caja de caudales y se dio a la fuga.

Una semana después, perpetró el segundo atraco. Sobre las nueve y media de la mañana del 28 de agosto de 2016, el sospechoso se dirigió a un estanco situado en Vía Alemania, en Palma. Al percatarse igualmente de que la dependienta se hallaba sola, se aproximó a ella y le dijo: "Dame el dinero". Al mismo tiempo, le enseñó una pistola. Acto seguido, agarró del brazo a la empleada y la golpeó con el arma en la cabeza. Entonces, se inició un forcejeo entre ambos y, a consecuencia de los golpes recibidos, la mujer cayó al suelo. Una vez tendida en el suelo, el asaltante continuó golpeándola con la pistola en la cabeza. La víctima empezó a gritar pidiendo auxilio y el hombre huyó sin botín.