Un juzgado de Palma condenó ayer a seis meses de cárcel a un preso peligroso por herir a dos funcionarios a los que agredió en mayo de 2017 durante el recuento en el centro penitenciario de la ciudad. El recluso de primer grado, español y de mediana edad, atacó a cinco empleados con patadas y mordiscos cuando estos abrieron su celda después de que no respondiera a varias llamadas. Causó lesiones a dos de ellos.
Además, el sospechoso les dedicó todo tipo de amenazas e insultos. "No toquéis nada que os mato, me quedan 28 días, en la calle os voy a matar, fuera no sois nada", les espetó. Al final, los empleados públicos tuvieron que reducirle.
El preso conflictivo, que pasa la mayor parte del tiempo en el módulo de aislamiento por mala conducta, ayer admitió los hechos en la sede de Vía Alemania. El interno, que tiene que cumplir condena en prisión hasta el año 2022, aceptó una pena de seis meses de cárcel por un delito de atentado contra funcionario público. También se conformó con dos multas de 30 días con una cuota diaria de dos euros por otros dos delitos leves de lesiones. Y, en concepto de responsabilidad civil, tendrá que indemnizar a los empleados perjudicados con 3.200 euros por las lesiones que les causó.
Tras reconocer los hechos ante la sala, la magistrada dictó sentencia 'in voce' contra él. El hombre estuvo de acuerdo con la condena y con las indemnizaciones de 1.300 y 1.900 euros para las víctimas.
El recluso, defendido por el letrado David Salvà, alcanzó un pacto con el fiscal y con las acusaciones particulares. Inicialmente, se enfrentaba a una petición de pena de un año y nueve meses de cárcel por parte del ministerio público, mientras que las acusaciones solicitaban para él cuatro años y medio de prisión por atentado, lesiones y amenazas.
La agresión se produjo el pasado 6 de mayo de 2017, sobre las siete y media de la mañana, cuando los funcionarios realizaron el recuento de presos en el centro penitenciario de Palma. El acusado no respondió a diversas llamadas de los empleados, por lo que cinco trabajadores abrieron su celda. En ese momento, el recluso de primer grado se abalanzó contra ellos amenazándoles de muerte y propinándoles fuertes patadas y mordiscos. Los funcionarios utilizaron medios de contención para reducirle. Uno de ellos resultó herido con una contusión en el costado y otro sufrió lesiones en un codo y en una rodilla y le han quedado secuelas.
