Un acusado de 32 años aceptó ayer en la Audiencia de Palma una pena de ocho años de cárcel por abusar sexualmente de una niña de doce años a la que cuidaba y a la que dejó embarazada en la isla a finales de 2014. La menor tuvo que abortar en febrero de 2015 y ha precisado seguimiento psicoterapéutico a consecuencia de estos hechos.

El sospechoso, que en la actualidad está libre, reconoció ayer al mediodía ante el tribunal de la sección segunda que mantuvo relaciones sexuales completas con la menor en dos ocasiones. El joven, que fue asistido por una intérprete de lenguaje de signos al ser sordo, detalló que se trató de sexo consentido y que conocía la edad de la perjudicada. El encausado, de origen ecuatoriano y que permaneció un mes en prisión provisional por esta causa de octubre a noviembre de 2016, trató de justificarse ante la sala alegando que la niña se maquillaba, se ponía tacones y le provocaba.

El joven cuenta con una condena anterior, de fecha 26 de junio de 2017, por un delito de corrupción de menores. En esa ocasión, fue sentenciado a un año de cárcel, pero se le suspendió la pena por un periodo de dos años.

El médico forense que le examinó ha determinado que el acusado es imputable. Según su dictamen, se trata de una persona con una capacidad cognitiva normal, que es capaz de razonar y distinguir el bien y el mal y que conoce el alcance de sus actos.

El procesado se conformó ayer con ocho años de prisión, la prohibición de aproximarse y comunicarse con la víctima durante ocho años y el pago de una indemnización de 12.000 euros por los daños morales ocasionados.

Durante la vista oral, el tribunal escuchó la declaración que efectuó la menor en el juzgado de instrucción de Palma en la que relataba que los hechos ocurrían cuando el sospechoso y ella se quedaban a solas en su casa en Palma. Según manifestó la perjudicada, el hombre la sometía a tocamientos íntimos, la desnudaba y en tres ocasiones mantuvo sexo completo bajo amenazas. La adolescente explicó que el acusado, que se encargaba de cuidarla a ella y a sus hermanos, la amenazaba con hacerle daño a través del lenguaje de signos.

El sospechoso recordó que estos hechos ocurrieron entre noviembre y diciembre de 2014. En esas fechas, la víctima tenía doce años. Como consecuencia de los abusos, la niña se quedó embarazada y tuvo que abortar el 28 de febrero de 2015. Debido a los episodios vividos, la perjudicada quedó afectada en el normal desarrollo de su personalidad y precisó seguimiento psicoterapéutico.

El joven acusado que ayer aceptó ocho años de prisión, inicialmente se enfrentaba a una petición de pena de 12 años de cárcel por parte del fiscal y 16 años, por parte de la abogada de la acusación particular por un delito continuado de abuso sexual con acceso carnal. Al concluir el juicio, sus familiares le abrazaron.