Caso Abierto - Diario de Mallorca

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Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico

GIAT, detectives de la carretera

Un equipo especial de la Guardia Civil de Tráfico investiga accidentes con fuga y otros delitos graves en las vías de la isla

Dos miembros del GIAT examinan el motor de un vehículo intervenido. manu mielniezuk

Noche cerrada en la carretera de Campos a Santanyí. Un hombre atropella con su coche a un ciclista marroquí. El conductor baja del vehículo y se da cuenta de que la víctima está muerta. Decide huir, pero antes trata de eliminar las pruebas que le relacionan con el accidente. No ha habido testigos del atropello y a esa hora no pasa nadie por la carretera. El hombre arranca las matrículas de su coche, borra con una lima el número de bastidor y se marcha a pie.

Cuando llegan al lugar las primeras patrullas de la Guardia Civil de Tráfico se encuentran con el cadáver de un hombre atropellado y un vehículo abandonado del que se desconoce su titular. Es un trabajo para el Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico (GIAT) de la Guardia Civil.

A primera hora de la mañana dos agentes vestidos de paisano examinan el motor del coche que arrolló al ciclista. El conductor problemente ignoraba que, además del número de bastidor, los vehículos cuentan con otros elementos que permiten identificarlo. En cuestión de horas los guardias han averiguado el número de bastidor borrado y a partir de él, la matrícula. Estos datos les conducen a un concesionario de Felanitx. En la localidad, ese mismo día, los investigadores localizan al propietario del coche, que explica que se lo ha vendido recientemente a un familiar.

Localizada esta persona, comenta que se lo ha dejado el día anterior a un primo. A última hora de la tarde los guardias se presentan en un domicilio de Llombards donde reside un ciudadano ecuatoriano. Le toman las huellas dactilares, que coinciden con las halladas en el interior del vehículo. Sometido a un interrogatorio, el hombre se derrumba y confiesa que, efectivamente, era él quien conducía el coche cuando arrolló al ciclista. Eran las nueve de la noche cuando los guardias del GIAT llegaban a la Comandancia de Palma con el detenido, tras trece horas de investigación frenética.

Este sería un caso clásico del trabajo del GIAT, un grupo dependiente de la Guardia Civil de Tráfico que emplea técnicas de la Policía Judicial para resolver los delitos más graves que se cometen en las carreteras de las islas.

En muchas ocasiones se trata de accidentes graves en los que alguno de los implicados se da a la fuga. Los agentes del GIAT inician entonces las pesquisas como si se tratara de un crimen. Hacen una inspección ocular del lugar, realizan un reportaje fotográfico, toman declaración a testigos, buscan posibles grabaciones de cámaras de seguridad, toman muestras de los restos que hayan podido quedar del vehículo fugado... La investigación se traslada a concesionarios y talleres donde se pretenda ocultar las señales del accidente. Un dato: por ahora no se les ha escapado ni uno solo de los responsables de los siniestros graves registrados en los últimos años. Estos son algunos de los casos en los que han intervenido.

Atropello mortal: El hombre que tenía dos vehículos iguales

En noviembre de 2012 un vehículo atropelló cerca de Artà a un ciclista, que falleció, y se dio a la fuga. Varios ciclistas que formaban parte del grupo de la víctima aportaron la descripción del vehículo, aunque no la matrícula. Podía tratarse de un Opel Frontera. Los agentes del GIAT, con la colaboración de la Policía Local de Artà, localizaron a un vecino del pueblo que tenía un vehículo de esas caracteristicas. El coche fue localizado poco después aparcado en un solar, pero estaba limpio. No tenía ninguna señal del atropello. Sin embargo, al examinarlo detenidamente los investigadores descubren algo muy extraño: la matrícula no corresponde con el número de bastidor. Al consultar la base de datos de Tráfico constatan que el hombre tenía dos coches idénticos, dos Opel Frontera del mismo color, y les había intercambiado la matrícula. Poco después encuentran el coche accidentado en un garaje subterráneo de su propiedad. El parabrisas estaba destrozado por el golpe y el hombre había intentado sacarlo a patadas desde el interior. Las huellas que dejó en el cristal correspondían a unas zapatillas que encontraron en su casa.

El conductor estaba escondido, pero al tener conocimiento de que habían encontrado el segundo coche, se entregó y fue detenido por homicidio imprudente, omisión del deber de socorro y falsedad documental.

Omisión de socorro: El cadáver de un motorista dentro de un coche abandonado

Eran la seis menos cuarto de la mañana del 27 de abril de 2014. Un hombre detuvo su moto en el arcén de la carretera de Sineu, cerca de Palma, porque había sufrido una avería, y otro motorista se paró a ayudarle. En ese momento un coche les arrolló a los dos. El impacto fue tan tremendo que una de las víctimas atravesó el parabrisas y quedó dentro del vehículo, sobre el asiento del copiloto. Murió en el acto. El otro salió despedido y sufrió lesiones graves . El conductor intentó huir con el coche y el cadáver dentro, pero el motor no arrancaba. Dejó el vehículo y las dos víctimas y se marchó a pie. Cuando llegó la Guardia Civil se encontró los restos de las motos, el coche abandonado con un motorista muerto en su interior y otro herido grave. Los agentes del GIAT identificaron rápidamente al titular del vehículo, pero el hombre se había escondido. Acudieron a un piso de s'Hostalot donde reside su madre, que dio una dirección en Son Ferriol. Allí no respondía nadie. El GIAT proseguía las pesquisas, pero dejaron a una pareja de guardias apostados en la puerta de ese domicilio. Efectivamente, el hombre estaba allí. Horas después, en cuanto salió a la calle, fue detenido por homicidio imprudente, imprudencia con lesiones y omisión del deber de socorr0.

Simulación de delito: El motorista que denunció en falso el robo de su vehículo

La noche del 10 de junio de 2017 un radar de la Guardia Civil capta una moto que circula por la autopista de Llucmajor. Iba tan rápido que las patrullas de la Guardia Civil no pudieron interceptarle. El motorista vio el flash y se dio cuenta de que le han cazado, así que esa misma noche presenta una denuncia por el robo de la motodenuncia por el robo de la moto. Los agentes del GIAT realizaron una investigación y desmontaron la coartada del hombre. Comprobaron que a la hora en la que el radar captó la moto, no estaba donde él decía. Las pesquisas posteriores permitieron localizar un taller donde estaban desguazando la moto. El propietario pretendía venderla por piezas y evitar la sanción. Finalmente fue detenido por un delito contra la seguridad vial y otro de simulación de delito.

Estafa: Coches de segunda mano con el cuentakilómetros rebajado

Las investigaciones del GIAT no solo se originan por accidentes de tráfico. A lo largo del año pasado y en lo que va de este año se han investigado a 19 personas por un delito de estafa, por manipular los cuentakilómetros de los coches que vendían. Una gran parte del trabajo de los agentes se centra en el análisis de anuncios de compraventa de vehículos en internet. Los investigadores cotejan la descripción de los vehículos en venta con la base de datos de la DGT y, en caso de sospecha, inspeccionan directamente los coches. De los 6.334 vehículos por el grupo revisados a lo largo de estos meses, 776 tenían el cuentakilómetros manipulado. En algunos casos los estafadores son propietarios de empresas de compraventa o de talleres, pero también hay una gran cantidad de particulares. Uno de los últimos detenidos por el GIAT compraba lotes de coches a empresas grandes, tanto en Mallorca como en la península y los revendía. De los 140 coches que había vendido en el último año, se comprobó que 34 habían sido manipulados.

Fraude: Profesionales de los exámenes del carné de conducir

Los agentes del GIAT realizan frecuentes controles en los exámenes para el carné de conducir, donde se ha detectado una gran incidencia de fraudes mediante la suplantación del examinado. Se trata de un fenómeno que se da especialmente entre asiáticos y africanos, que se aprovechan de la semejanza física entre la persona que tiene que examinarse y el que lo suplanta. Los investigadores han confirmado la existencia de auténticos especialistas en hacer los exámenes, que viajan por toda España. Pero también han encontrado casos en los que las diferencias físicas eran notables. En uno de ellos, el titular del carné lucía un enorme bigote y el suplantador no. "Es que me he afeitado hace poco", llegó a decir.

También han descubierto a gente que se examina con una microcámara disimulada en la ropa y un pequeño auricular en la oreja. Un cómplice lee las pregunta mediante la cámara y le "sopla" las respuestas.

Falsificación: El conductor de autobús que tenía un ojo de cristal

El GIAT ha imputado a tres médicos por un delito continuado de falsificación de certificados, ya que tramitaban las acreditaciones médicas para la obtención o renovación del carné a personas no aptas. Uno de los casos más flagrantes fue el de un conductor de autobús que tenía un ojo de cristal. También han detectado la llegada a Mallorca de coches robados por bandas organizadas en el extranjero con documentación falsa. Aquí fue detenido un ladrón profesional, que se llevaba coches de lujo con una grúa y los revendía. Uno de los coches sustraídos era un Lamborghini.

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