Un guardia civil ha sido juzgado hoy en Palma por presuntamente causar graves lesiones a otro agente con un vaso de cristal durante una pelea cuando ambos se hallaban fuera de servicio en una discoteca del Paseo Marítimo de la ciudad en el verano de 2013.

La fiscalía solicita para el acusado, de unos 30 años, una pena de cuatro años de prisión y una indemnización de 86.140 euros por las graves heridas y secuelas que padece la víctima. Mientras, la acusación particular reclama tres años y medio de cárcel y una compensación de 121.800 euros por los días que el perjudicado estuvo hospitalizado, por los dos años y tres meses que tardó en curar de las lesiones y por las severas secuelas que arrastra. El abogado defensor pide la libre absolución de su cliente.

La víctima, otro guardia civil que en aquellas fechas tenía 25 años, sufrió un profundo corte en el antebrazo que le afectó a los tendones y le seccionó un nervio. También resultó policontusionado, con hematomas en la rodilla y el costado y dermoabrasiones en cuello y espalda. Permaneció tres días en el hospital, tuvo que ser operado y tardó 823 días en recuperarse de las heridas. Actualmente, está de baja. No ha recuperado la movilidad de la mano izquierda. "Me operaron, me cosieron los tendones", ha detallado hoy en el juicio. Según su versión, ha perdido sensibilidad en esa mano, a veces la nota "acartonada" y tiene problemas para manejar el arma. "No sé si puedo trabajar como guardia civil. Cada vez que me pongo el uniforme tengo miedo", ha asegurado ante la sala.

Por su parte, el agente encausado ha negado de forma rotunda haber estampado un vaso de cristal en la cabeza a la víctima. El guardia civil, que está en activo, ha alegado que el profundo corte que sufrió el perjudicado en el antebrazo pudo producírselo cuando cayó al suelo, durante el forcejeo.

Los hechos se remontan a la madrugada del pasado 1 de septiembre de 2013 en el interior de una discoteca del Paseo Marítimo de Palma. El sospechoso ha recordado que el perjudicado empezó a molestar a varias chicas, entre ellas su novia, dentro del local. Según su versión, el joven iba bebido. Entonces, él intervino, le dijo algo y la víctima le dio un cabezazo. Acto seguido, el acusado decidió inmovilizarlo y empezaron a forcejear hasta que ambos cayeron al suelo.

El acusado ha indicado que tuvo cogido al joven unos 14 segundos sin caer, pero en el forcejeo se desplazaron unos cuatro metros hasta caer al suelo. Según su versión, su oponente le tiró de espaldas. "Yo caigo de espaldas porque él es más alto que yo. Y en el suelo sigue forcejeando", ha apuntado.

El guardia civil encausado también ha explicado que inmovilizó al joven para repeler el cabezazo que le dio y porque le iba a pegar. "Esta persona estaba agresiva y bebida", ha aclarado. "No hubiera pasado nada si el comportamiento de esta persona hubiera sido normal. No es verdad que yo le golpeara con un vaso. Yo no tengo sangre en mi camiseta. No me enteré de que él se hubiera hecho daño. No sabía que tenía ese corte. Yo también tenía un corte en la mano, fui a casa y luego al médico. Me lo hice al caerme al suelo durante el forcejeo", ha recalcado el sospechoso, quien ha negado haber huido del lugar tras la pelea. "Yo no me fugué de allí. Di mi nombre luego para aclarar que había estado allí", ha insistido el joven agente.

Mientras tanto, la víctima ha manifestado que esa madrugada estaba con un compañero en el pub y quería ir a otro lugar. Por eso, le preguntó a unas chicas dentro del local si sabían otro sitio para salir. "No dije ninguna grosería. Esa noche me tomé dos copas. Estaba perfectamente", ha indicado.

Tras preguntar a las jóvenes, notó como una colleja en el cuello. "Entonces, me giré y él me dijo que era compañero y me estampó un vaso en la cabeza. Me dijo ´soy compañero´ y me estampó el vaso. Vi con claridad quién me agredió. Tuve un corte importante en el brazo", ha relatado el perjudicado, quien presuntamente alzó el brazo para protegerse y entonces resultó herido.

"Después fue un movimiento muy rápido, no pude reaccionar. Me cogió del cuello. Recuerdo no poder respirar. Intenté quitarlo pero no podía. Estaba asustado porque vi sangre", ha apuntado la víctima. "Me tenía cogido del cuello, yo intentaba soltarme y, al final, caímos al suelo. Yo encima de él. Había otra persona que daba patadas", ha señalado. "Se estaba cebando conmigo, todo el rato golpeándome. Yo intentaba salir de allí", ha recordado el joven, quien ha destacado que estaba seguro de que el primer impacto que recibió "fue con un vaso de cristal".

Otros testigos, que acompañaban al acusado esa noche, entre ellos varios guardias, han recordado que ellos no vieron cómo el sospechoso le golpeaba en la cabeza con un vaso, sino que le inmovilizó por el cuello desde atrás y, tras forcejear, ambos cayeron al suelo.