Un acusado de abusar sexualmente de dos niñas cuando tenían entre siete y diez años en su domicilio en el norte de la isla entre 2002 y 2005 ha negado los cargos de forma tajante hoy en el juicio en la Audiencia de Palma.

El sospechoso, norteafricano de mediana edad, se enfrenta a una petición de condena de 14 años de prisión por cuatro delitos de abusos sexuales, uno de ellos con acceso carnal. Además, tiene pendiente otro juicio en la Audiencia Nacional por otros presuntos abusos a la misma menor y a otra niña que supuestamente ocurrieron en Argelia. Y una cuarta víctima también le denunció por hechos similares, pero el caso ya prescribió.

Hoy por la mañana, el procesado ha negado de forma insistente haber abusado de las dos niñas ante el tribunal de la sección segunda. Según su versión, a una de ellas la conocía desde muy pequeña porque tenía una relación de amistad y familiar muy estrecha con sus padres. La menor acudía con frecuencia a su finca, sobre todo en verano. "Nunca me quedé a solas con la niña, siempre estaba mi mujer y su madre delante", ha recalcado el hombre.

"La niña y su hermano me pedían que les rascara la espalda. Yo les rascaba a los dos. El niño se quitaba la camiseta, ella no", ha añadido el sospechoso ante la sala. "Nunca la he tocado. Cuando yo le rascaba la espalda, a lo mejor ella interpretó mal algún gesto", ha puntualizado. El encausado ha rechazado haber sometido a tocamientos íntimos a la víctima, así como haberle dado masajes. En una ocasión, cuando ella estaba en casa con el ordenador jugando, según ha recordado, únicamente la abrazó.

El hombre también ha negado los abusos a otra niña en esas fechas, entre 2002 y 2005, cuando esta contaba entre siete y diez años. Según ha indicado, no restregó su zona genital con la de la víctima. "No estuve a solas con ella en el gallinero", ha explicado, si bien ha admitido que cogió a la víctima por la espalda "casi sin tocarla" porque molestaba a las gallinas con una pala.

En cambio, las dos perjudicadas han confirmado durante la vista oral que ambas sufrieron abusos por parte del sospechoso. Una de ellas ha ratificado que en la entrada del gallinero de su finca el hombre la cogió por delante, cara a cara, y la hizo balancearse durante un tiempo frotando su zona genital contra la suya. "Le dije que parara y me dijo que no porque lo hacía para poner celosas a las perras. No paró. Estuvo un rato", ha detallado la joven.

Mientras, la otra víctima ha recalcado que el hombre la sometió a tocamientos íntimos en al menos cuatro ocasiones con la excusa de hacerle masajes. "Lo hacía cuando estábamos a solas los dos", ha manifestado la perjudicada. "Empezaba por la espalda y fue bajando haciendo masajes. Me hizo sentir muy incómoda", ha asegurado la joven, quien acabó escribiendo en su diario personal con posterioridad que había sufrido abusos.