Porreres intentaba ayer reponerse del impacto que causó el asalto mortal del sábado y el enorme despliegue de la Guardia Civil para capturar al resto de delincuentes. "La gente está asustada y asombrada. Todos estamos muy impactados, pero hay que estar tranquilos porque ha sido un hecho puntual y la situación está controlada", declaró ayer la alcaldesa, Francisca Mora.

"En el pueblo no se habla de otra cosa. Nunca se había vivido algo parecido a esto, es algo insólito. Pero hay que tener en cuenta que se trata de un caso puntual", señaló. Mora acudió ayer con la Policía Local a la zona donde se produjo el atraco mortal para tranquilizar a los vecinos. "Tenían miedo de que volvieran a actuar", dijo.

Confirmó que en los últimos meses se han producido en el municipio numerosos robos en domicilios, que han generado una importante alarma social. La alcaldesa explicó que se trataba de hurtos en domicilios del núcleo urbano, donde los delincuentes actuaban cuando no había nadie y sin violencia alguna.

Esta sucesión de robos llevó al Ayuntamiento, a finales de diciembre, a aumentar el horario de servicio de la Policía Local y a pedir a la delegación del Gobierno que se reforzara la presencia de la Guardia Civil en la zona. El problema, decían, es que el cuartel de Vilafranca debe asumir la seguridad de seis municipios del Pla sin personal suficiente. Tras entrevistarse con la delegada del Gobierno, Maria Salom, "se aumentó la vigilancia y se notó más presencia de la Guardia Civil" en Porreres, afirmó Mora. La alcaldesa continuaba en contacto con el instituto armado. "Me han dicho que harán todo lo posible para detener a los ladrones y que continuará la vigilancia en el pueblo", concluyó.