Un indigente de 36 años fue juzgado ayer por llamar cuatro veces al 112 desde Palma para alertar en falso de ataques terroristas inminentes tanto en la isla como en Madrid, Barcelona y Valencia. Sus avisos movilizaron a las fuerzas de seguridad en varios puntos de España. El hombre, acusado de un delito de desórdenes públicos y que no acudió a la vista, padece un trastorno mental. La fiscalía aprecia la atenuante de alteración psíquica como muy cualificada y pide para él una multa de 120 euros.

Las llamadas, efectuadas desde cabinas del aeropuerto de Son Sant Joan, donde vive el procesado, se sucedieron a lo largo de media hora en la tarde del 25 de noviembre de 2016. En cuatro ocasiones, contactó con el servicio de emergencias 112 para alertar de amenazas inminentes. "Llamo para avisar de un ataque terrorista. Tienen un ciudadano americano en Palma, prisionero político desde hace tres años. Atentado en Mallorca, Madrid, Valencia y Barcelona. Cien millones de euros. Póngase en contacto con la embajada, la Moncloa, la Casa Real. El Rey está muerto", anunció en sus comunicaciones.

Las llamadas, según confirmaron ayer dos policías, generaron cierta alarma y movilizaron a las fuerzas de seguridad en las ciudades indicadas para comprobar su veracidad e intervenir su era preciso. Uno de los agentes explicó que consiguieron localizar el teléfono desde el que se habían efectuado las llamadas, una cabina del aeropuerto palmesano. Esa misma tarde fue identificado un indigente que vive en Son Sant Joan y cuatro días después fue detenido. Al ser localizado, ofreció explicaciones contradictorias y llegó a presentarse como agente del FBI, dijo un policía, que añadió que el hombre ha provocado otros incidentes similares en los últimos meses.

La médico forense que examinó al sospechoso tras su arresto explicó que no quiso contestar a ninguna de sus preguntas y comunicaba ideas delirantes. El acusado había tenido varios ingresos previos por delirios de persecución. Según dictaminó, no entiende si sus actos están bien o mal hechos por los delirios crónicos que padece.

El abogado del acusado solicitó la absolución de su cliente por falta de pruebas o bien que se le declare inimputable por el trastorno mental que padece.