Once emergencias diarias con situaciones de riesgo vital para las personas. Este es el pan de cada día de los operarios del 112 de Balears. El organismo que gestiona las urgencias en las islas presentó ayer su memoria de actividades con unas cifras mareantes: 781.074 llamadas entrantes a lo largo del año y 117.457 incidentes graves. De estos últimos, 4.092 -una media más de once al día- se referían a emergencias vitales, es decir, con serio riesgo para la vida de las personas.

La memoria de actividades del 112 de Balears durante 2017 fue presentada ayer en Palma por la consellera de Hacienda, Catalina Cladera, acompañada por el director general de Emergencias del Govern, Pere Perelló, y del director del 112, Vicente Soria.

La conselleria recalcó la necesidad de que todo el mundo conozca el 112, "un servicio público que coordina a los distinos organismos de emergencia necesarios para atender al ciudadano que necesita ayuda".

Los técnicos del servicio clasifican las incidencias por grupos en función de su gravedad. La primera, Prioridad 1, es la que implica una emergencia vital y supuso 4.092 intervenciones. Le sigue la Prioridad 2, que se refiere a emergencias no vitales. El año pasado hubo 50.766 de estas actuaciones. En la Prioridad 3, referida a asistencias, hubo 31.959. Respecto a las de Prioridad 4 -denuncias- fueron 29.310. La Prioridad 5 se refiere a alertas por personas desaparecidas y hubo 1.330.

Pere Perelló, director de Emergencias, destacó dos intervenciones que resultaron especialmente graves y que supusieron un reto para el servicio: el rescate del espeleólogo Xisco Gràcia, atrapado en una cueva submarina en Manacor, y la llegada de un ferry incendiado con 600 ocupantes al Port d'Alcúdia.

"Llamadas no procedentes"

A lo largo del año el servicio del 112 recibió también 163.429 llamadas consideradas "no procedentes". La mayoría fueron fruto de errores a la hora de marcar el número o disfunciones en la red telefónica, pero también hubo un número importante -8.067- de llamadas falsas. En este sentido, Cladera hizo un llamamiento público a acabar con estas prácticas. "La gente tiene que concienciarse de que no se pueden hacer bromas con el 112, porque mientras están atendiendo a una broma, es posible que los operadores estén dejando de atender una emergencia real".

Los responsables del servicio se mostraron satisfechos también del tiempo medio que pasó entre que se recibe una llamada y se activan los recursos para atenderlo: un minuto y 35 segundos. Este tiempo de respuesta se ha ido reduciendo paulatinamente durante los últimos años y Pere Perelló espera que se reduzca todavía más, pero advierte: "No mucho más, porque los operadores siempre necesitarán un tiempo para hablar con quien nos requiere y entender qué ocurre".

Los responsables del servicio destacaron también la diversidad de idiomas en las que se atienden las peticiones de ayuda. La mayoría fueron en castellano y catalán, aunque también se atienden numerosas llamadas de extranjeros en sus lenguas propias. "Es una de las cosas que se tienen en cuenta al buscar nuevos operadores", comenta Perelló. "Tienen que ser personas equilibradas, capaces de gestionar una situación grave con serenidad, y deben conocer varios idiomas".