"Si alguien tiene algo que objetar, que hable ahora o calle para siempre". Y la Policía tenía mucho que decir en esa boda. Una española, un indio y sus dos testigos fueron detenidos en Muro cuando estaban a punto de celebrar un matrimonio de conveniencia. Él llevaba una chuleta con el nombre de su futura esposa -Verónica- por si se le olvidaba en plena ceremonia. Ella había cobrado 2.500 euros y tras el enlace iba a recibir otros tantos. Han acabado compuestos y sin novia, acusados como sus dos testigos de un delito de favorecimiento de la inmigración ilegal.

La ceremonia iba a celebrarse el pasado jueves a mediodía en el juzgado de paz del pueblo. Media hora antes, los agentes de la Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsedades documentales (UCRIF) se presentaron allí. La investigación había comenzado días antes y sirvió para descubrir que aquella boda era un fraude.

Las pesquisas revelaron que un hombre indio de 31 años había contactado a finales del año pasado con una mujer española de 39 para proponerle un plan. Él le pagaba 5.000 euros si se casaba con él para poder obtener la nacionalidad y regularizar su situación en el país.

Ella le dio el 'sí, quiero' en noviembre y recibió la mitad del dinero. El resto, cuando se casaran. La pareja tramitó los papeles en Palma para acabó escogiendo Muro para oficializar su relación.

Encontraron un hueco en el juzgado de paz para el 8 de febrero a mediodía. Todo estaba preparado y los novios acudieron a la cita acompañados por sus testigos, dos indios de 42 y 43 años. Los cuatro se toparon con dos desagradables sorpresas. La primera, que la puerta del edificio estaba cerrada porque los funcionarios sabían lo que se cocía y estaban al tanto de lo que iba a ocurrir. La segunda, que acabaron esposados, pero por la Policía.

Los agentes identificaron a los cuatro sospechosos, inspeccionaron sus pertenencias y registraron sus vehículos. Unas gestiones que sirvieron para encontrar más pruebas del engaño. Al novio le encontraron, en uno de los bolsillos de su pantalón, una servilleta con el nombre de su pareja. Una chuleta como recurso por si se le olvidaba cómo se llamaba la mujer. Además, en la guantera de su coche había 2.500 euros, la cantidad exacta que debía recibir la española tras culminar con éxito su boda de conveniencia.

El dinero quedó intervenido. La pareja y sus testigos, ya detenidos, fueron trasladados a comisaría para ser interrogados formalmente y están imputados por un delito de favorecimiento de la inmigración ilegal. La Policía Nacional asegura que es un caso puntual y por el momento no se ha detectado ninguna trama detrás de este enlace.