La reparación de unas goteras en su domicilio de la calle Safareig de Palma se tornó en un descomunal susto. El suelo del tejado cedió bajo sus pies y Joan y su hija se precipitaron desde una altura de algo más de tres metros al salón de la vivienda. El padre salió milagrosamente ileso y ella con lesiones en un codo fue atendida en Son Espases. "No pasó nada para lo que pudo haber sido", señaló ayer ante la puerta del inmueble.

El derrumbe ocurrió la tarde del martes en un inmueble situado en el número siete de la calle Safareig de Palma, una travesía de la calle Aragón situada en el barrio de Son Canals. "Me avisaron de que había goteras en casa y agua en el comedor. Vine para arreglarlas. Se lo dije a mi hija y, cuando subimos a la terraza estaba embalsada", precisó el dueño.

Así, padre e hija colocaron una tela para evitar las filtraciones y pusieron macetas para sujetarlas. "Entonces nos fuimos abajo. Suerte que mi mujer estaba en una salita. Si le caen los escombros y las vigas de hormigón encima, seguro que no lo cuenta", resaltó.

La peor parada fue la hija. La caída le provocó lesiones de carácter leve en un codo. En cambio, sus padres resultaron completamente ilesos. La madre porque estaba en otra habitación y el progenitor porque pudo amortiguar el impacto para no resultar lastimado.

La única afectada fue trasladada en ambulancia por las asistencias sanitarias a Son Espases. Aunque tras ser explorada, fue dada de alta poco tiempo después.

Pese a que le habían prohibido adentrarse en el inmueble, Joan permanecía ayer ante la puerta de casa a la espera de que se personaran técnicos municipales de Urbanismo. En su lugar aparecieron bomberos, que le acompañaron al interior de la vivienda para que cogieran algo de ropa y los alimentos más perecederos que se encontraban dentro del frigorífico.

La presencia de Joan acaparó durante la mañana de ayer la atención del vecindario. Muchos residentes no pararon de preguntarle cómo se encontraban él y su familia después del incidente y del tremendo susto.

El dueño de la vivienda no acertaba a encontrar una explicación de las causas del derrumbe del techo de su casa. "La vivienda tiene más de cien años, pero en el año 2010 se le hizo la Inspección Técnica de Edificios (ITE) y la superó satisfactoriamente hace ocho años. Está en vigor hasta el año 2020 y no hay que pasarla otra vez", puntualizó.

Otro de los interrogantes a los que se enfrentaba era ver la respuesta del seguro, para que subsanara los desperfectos en el menor tiempo posible. "Nos estamos alojando en casa de unos familiares, que viven aquí cerca", indicó el propietario del inmueble.

Inspección de la estructura

Joan no ocultó ayer sus molestias porque, tras el derrumbe, los responsables municipales no le habían dado ninguna solución para pasar la noche del martes y no sabía a ciencia cierta si podrían pernoctar en su casa. "Un policía local me pidió el número del teléfono móvil, se lo di, pero no se tradujo en nada concreto", señaló.

Hoy está previsto que se personen en el inmueble afectado del número siete de la calle Safareig Bombers de Palma y técnicos municipales de Urbanismo del Ayuntamiento de Palma. El objetivo es comprobar 'in situ' el alcance de los daños y verificar si la estructura de la vivienda se encuentra dañada.