Un grupo de jóvenes usaba las calles del polígono Can Valero de Palma para recrear a su modo la película A todo gas. Trompos, tirones del freno de mano y acelerones eran algunas de las prácticas con las que se divertían y atormentaban el sueño de los vecinos. Agentes de la Policía Local denunciaron a cinco de ellos la noche del pasado viernes y la madrugada del sábado por conducción temeraria. Un total de 28 acompañantes, por su parte, fueron denunciados por realizar un botellón.

Ante las reiteradas quejas de vecinos de Son Rapinya y de La Vileta por el ruido insoportable que padecían por culpa de las carretas ilegales, agentes de paisano de la Policía Local de Palma se desplazaron la noche del viernes a Can Valero para sorprender 'in fraganti' a los autores de dicho estruendo insoportable.

Los hechos se iniciaron sobre las diez de la noche del viernes en la calle 4 de noviembre de Can Valero y se prolongaron hasta la madrugada del pasado sábado. Una vez allí, los policías observaron con discreción cómo un grupo de jóvenes hacía acelerones y trompos con sus vehículos en la vía pública. Algunos de ellos tomaron la rotonda derrapando. También percibieron los funcionarios un fuerte olor a cannabis y vieron cómo muchos sujetos hacían botellón.

Trompos y derrapes

Los sucesivos trompos y derrapes se fueron extendiendo al caer la medianoche a las calles adyacentes. Tras tomar las matrículas disimuladamente, estos funcionarios se marcharon con prontitud del lugar después de avisar a los refuerzos.

A esas horas, el estruendo de los continuos acelerones y derrapadas era fácilmente perceptible en Son Rapinya y La Vileta. Buena prueba de ello es que la centralita del 092 no paró de recibir llamadas de vecinos indignados por el ruido insoportable, que les impedía conciliar el sueño.

Para entonces, un operativo especial estaba en marcha. Instantes después, un amplio dispositivo se desplegó por el polígono Can Valero. Agentes del Grup d'Acció Preventiva (GAP), de la Unitat d'Intervenció Immediata (UII) y de la Unidad Nocturna de la Policía Local se personaron por sorpresa y con celeridad antes de que ninguno de los presentes abandonara la zona.

De hecho, la rápida actuación policial logró esquivar a los vigías, que se encuentran apostados en lugares estratégicos para alertar por WhatsApp de la presencia de los agentes. Nada más recibir el mensaje, la concentración se disuelve a toda prisa.

En esta ocasión, a los convocantes de la reunión clandestina no les dio tiempo a escapar. Cuando los policías irrumpieron en la calle 4 de noviembre, hallaron a cinco coches con las puertas abiertas. La inmensa mayoría se trataba de vehículos destartalados, a excepción de un Audi A1, de reciente matriculación, que conducía el supuesto cabecilla y organizador del evento.

Los cinco conductores de los coches fueron denunciados por un presunto delito de conducción temeraria. Mientras, oros 28 jóvenes fueron denunciados por realizar una concentración no autorizada en la vía pública que afectaba negativamente a la convivencia: un botellón.